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JULIUS EVOLA Y EL TRADICIONALISMO RUSO
Por Alexander Dugin
Traduccion de Juan Gabriel Caro Rivera
El trabajo de Evola fue descubierto en Rusia en la década de 1960 por un grupo muy pequeño de intelectuales disidentes anticomunistas, conocidos como "disidentes de derecha".
1. El descubrimiento de Evola en Rusia
El trabajo de Evola fue descubierto en Rusia en la década de 1960 por un grupo muy pequeño de intelectuales disidentes anticomunistas, conocidos como "disidentes de derecha". Era un pequeño círculo de personas que se habían negado deliberadamente a participar en la vida cultural soviética y habían elegido la existencia clandestina. La impugnación de la realidad soviética fue tan total entre ellos porque buscaban los principios fundamentales que podrían explicar las raíces de este juicio negativo absoluto. Es en este camino de rechazo hacia el comunismo donde se descubrieron algunas obras de autores antimodernos y tradicionalistas: especialmente los libros de René Guénon y Julius Evola. Dos personajes centrales que animaron a este grupo: el filósofo musulmán Geidar Dzhemal y el poeta inconformista Evgeni Golovin. Gracias a ellos, los "disidentes de derecha" conocieron los nombres y las ideas de estos grandes tradicionalistas de nuestro siglo. En la década de 1970 se realizaron las primeras traducciones de los textos de Evola (“La Tradición Hermética”), siempre dentro del mismo círculo y se distribuyeron en forma de samizdat (1). La calidad de las primeras traducciones fue muy mala porque fueron realizadas por entusiastas poco competentes, al margen del grupo de intelectuales tradicionalistas propiamente dicho. En 1981 apareció en el mismo ambiente la traducción de “Heidnische Imperialismus”, el único libro disponible en la Biblioteca Lenin de Moscú. Esta vez, la distribución de samizdat fue muy grande y la calidad de la traducción mejoró. Poco a poco se fue formando la verdadera corriente de los tradicionalistas que pasó del anticomunismo a la anti-modernidad, extendiendo el total rechazo de la realidad soviética al mundo moderno como tal, en línea con la visión integral tradicionalista. Cabe señalar que las ideas de los tradicionalistas en cuestión en ese momento estaban muy lejos de la otra rama de los "disidentes de derecha" que eran cristianos ortodoxos, monárquicos y nacionalistas. Por lo tanto, Evola fue más popular entre las personas interesadas en el espiritismo en el sentido amplio: yoga, teosofismo (2), psiquismo (3), etc.
Durante la Perestroika, todas las formas de disidencia anticomunista se manifestaron abiertamente y, a partir de los "disidentes de derecha", se creó la corriente ideológica, cultural y política de la derecha: nacionalista, nostálgica, antiliberal y antioccidental. En este contexto y siguiendo el desarrollo de la glastnost y las ideas propiamente tradicionalistas, los nombres de Guénon y Evola entraron en el complejo cultural de Rusia. Los primeros textos de Evola aparecieron en la década de 1990 en la prensa llamada "patriótica" o "conservadora" de gran circulación y el tema del tradicionalismo se convirtió en objeto de virulentas y muy animadas controversias en el campo de la derecha rusa en el sentido más amplio del término. Las revistas "Elementy", "Nach Sovremennik", "Mily Anguel", "Den", etc. comenzaron a publicar partes de los escritos de Evola o artículos inspirados en sus obras donde se mencionaba repetidamente su nombre. Poco a poco el campo "conservador" se fue estructurando ideológicamente y la separación entre la derecha arcaica, nostálgica, monárquica y la otra derecha más abierta, inconformista y menos "ortodoxa" - una especie de "novye pravye" en ruso, que se puede traducir como "Nueva Derecha", pero precisando que se trata de un fenómeno muy original y muy diferente a la ND europea. Este segundo partido de "patriotas" podría describirse como "terzaforzisti", "nacional revolucionarios", etc. La línea de ruptura pasa precisamente en la aceptación o rechazo de las ideas de Evola o más bien del espíritu de Evola que no puede calificarse sólo de "conservador" o "reaccionario" sino de la Revolución Conservadora, de la "revuelta contra el mundo moderno". Recientemente, el primer libro, “Heidnische Imperialismus”, se publicó en una gran tirada en 50.000 copias. Una transmisión de televisión en el primer canal de televisión estuvo dedicada a Evola. Entonces se puede decir que el descubrimiento de Evola a gran escala comenzó en ese entonces en Rusia. Lo que era un núcleo intelectual extremadamente marginal antes de la Perestroika en Rusia se ha convertido ahora en un importante fenómeno ideológico y político. Pero es evidente que Evola escribió sus libros y formuló sus ideas en un contexto temporal, cultural, histórico y étnico muy diferente. Entonces surge la pregunta: ¿qué es válido en Evola para la Rusia actual y qué parte de su obra debe ser adaptada o rechazada en nuestras condiciones? Esto requiere al menos un breve análisis de las divergencias y convergencias entre el tradicionalismo de Evola y la tradición sagrada y política estrictamente rusa.
2. Contra el Occidente moderno
Inicialmente hay que señalar que el rechazo del mundo moderno profano y desacralizado que se manifiesta en la civilización occidental del ciclo final es común a Evola y a toda la tradición intelectual rusa de los eslavófilos. Autores rusos como Homyakov, Kirievsky, Aksakov, Leontiev, Danilevsky entre los filósofos y Dostoievski, Gogol, Merejkovsky entre los escritores critican al mundo occidental de la misma manera que Evola. Entre ellos se encuentra la misma aversión al reino de la cantidad, al sistema de la democracia moderna, a la degradación espiritual y a la profanación total. Así, a menudo vemos correspondencias sorprendentes entre la definición de las raíces del mal moderno - la masonería profana, el judaísmo desviado, el advenimiento de la plebe, la divinificación de la razón - en Evola y en la cultura "conservadora" rusa. De alguna manera, la tendencia reaccionaria es común aquí, por lo que la crítica de Evola a Occidente es completamente comprensible y generalmente aceptable para los conservadores rusos. Además de esto, a menudo se encuentra en Evola la crítica formulada de una manera más cercana a la mentalidad rusa que a la europea: el mismo gusto por la generalización, la evocación frecuente de motivos místicos y mitológicos, el sentimiento vivo del mundo espiritual interior que comienza de la cual la realidad moderna inmediata se percibe orgánicamente como perversión y desviación. En general, para la tradición conservadora rusa, el estilo de la explicación mitológica de los acontecimientos históricos e incluso contemporáneos es casi obligatorio. La referencia al nivel supra-racional o no racional se entiende perfectamente en Rusia, donde más bien la excepción es un argumento racional. También podemos notar la influencia que ejercieron los conservadores rusos sobre Evola: en sus obras a menudo menciona a Dostoievski, Merejkovsky (a quien, además, conocía personalmente) y algunos otros autores rusos. Por otro lado, estas frecuentes referencias a Malynsky y Leon de Poncins lo hacen en parte ubicarse dentro de la tradición contrarrevolucionaria típica de Europa del Este. También se pueden citar sus referencias a Serge Nilus, el editor de los famosos "Protocolos" que Evola reeditó para Italia. Al mismo tiempo, es evidente que Evola estaba muy poco familiarizado con la cultura conservadora rusa en su conjunto, lo que, por otro lado, no le interesaba especialmente por su idiosincrasia anticristiana. Sobre la tradición ortodoxa, solo dijo algunas palabras insignificantes. Por tanto, la afinidad entre su posición frente a la crisis del mundo moderno y el anti-modernismo de los autores rusos se debe más bien a la similitud de reacciones orgánicas: excepcionales e individuales en el caso de Evola y tradicionales en el caso de los rusos. Pero gracias a la espontaneidad de las convergencias anti-modernas, el testimonio de Evola se vuelve aún más interesante y precioso. Sea como fuere, esta parte crítica de Evola encaja perfectamente en los marcos de la corriente ideológica de la derecha rusa y aporta mucho a esta visión de la decadencia histórica, dando nuevas fórmulas que en ocasiones son más completas, más radicales y profundas. En este sentido, las ideas de Evola son recibidas muy positivamente en la Rusia actual, donde el anti-occidentalismo es un factor ideológico y político extremadamente poderoso.
3. Roma y la Tercera Roma
El otro aspecto del pensamiento evoliano que es percibido por los rusos como un tema íntimo y extremadamente importante es su exaltación de la idea imperial. Roma es para Evola el punto crucial de su Weltanschauung. Esta fuerza sagrada, viva e inmanente que se manifiesta en todo el Imperio fue para Evola la esencia de la herencia tradicional de Occidente. Los restos del palacio de Nerón y los antiguos edificios romanos fueron percibidos por él como el testimonio directo de la sacralidad orgánica y concreta cuya unidad y continuidad han sido derrumbadas por el "castillo" kafkiano del Vaticano católico güelfo (4). Su fórmula gibelina es clara: el Imperio contra la Iglesia, Roma contra el Vaticano, la sacralidad orgánica e inmanente contra las abstracciones devocionales y sentimentales de la fe, implícitamente dualistas y fariseas.
Pero el complejo similar se encuentra naturalmente en los rusos, cuyo destino histórico está profundamente vinculado al Imperio. Esta noción fue fijada dogmáticamente en el concepto ortodoxo del starets Filofei - "Moscú - Tercera Roma" (5). Cabe señalar que la "primera Roma" en esta visión cíclica ortodoxa no es la Roma cristiana, sino la Roma imperial, porque la "segunda Roma" (o "nueva Roma") fue para los cristianos Constantinopla, la capital del Imperio cristiano. Por tanto, la idea misma de "Roma" entre los ortodoxos rusos corresponde a la comprensión de lo sagrado como la inmanencia de lo sagrado, como una "sinfonía" necesaria e inseparable entre la autoridad espiritual y el poder temporal. Para los tradicionalistas ortodoxos, la separación católica entre el Rey y el Papa es inconcebible y revela una herejía, precisamente llamada "herejía latina".
En esta concepción ruso-ortodoxa encontramos el ideal puramente gibelino en el que el Imperio es tan valorado teológicamente que la Iglesia no puede ser concebida como algo ajeno y aislado de él. Esta centralidad de la sacralidad del Regnum en la tradición ortodoxa rusa se basa en la epístola de Pablo donde se plantea la cuestión del "katehon", "el que apoya", identificado precisamente con el Sacro Imperio, el último obstáculo contra la invasión de “Hijos de la perdición” - equivalentes de los Gogs y Magogs bíblicos. De modo que el concepto de Moscú, la Tercera Roma, que de alguna manera es consustancial con el pensamiento tradicional ruso, corresponde perfectamente al ideal evoliano gibelino.
Más aún, la denuncia del catolicismo y su nefasto papel en la decadencia de Occidente es casi idéntica en Evola a las acusaciones de los cristianos ortodoxos contra la "herejía latina". También en esta ocasión vemos la perfecta convergencia entre la doctrina de Evola y la actitud "normal" del pensamiento conservador ruso. Y una vez más, la exaltación espiritual y lúcida del Imperio en los libros de Evola se vuelve invaluable para los rusos en busca de su identidad auténtica y tradicional. El "imperialismo sinfónico" de los ortodoxos rusos reconoce fácilmente su imagen en el "imperialismo pagano" de Evola o más bien "gibelino". Se puede agregar un detalle más importante. Se sabe que el autor del "Tercer Reich" Arthur Mueller van den Bruck estuvo profundamente influenciado por los escritos de Dostoievski, para quien la idea de la Tercera Roma era central. La misma visión escatológica del Imperio Final se encuentra en van den Bruck, en correspondencia simbólica con las ideas "paracléticas" de los montanistas (6) y con las profecías de Joaquín de Fiori (7). Moeller van den Bruck, cuyas ideas en ocasiones evocó Evola, adaptó a Alemania el concepto de la tradición ortodoxa rusa de la Tercera Roma, elaborando el proyecto político-espiritual retomado más tarde por los nacionalsocialistas. Detalle interesante: Erich Mueller, un discípulo de Nikisch (8), que se inspiró en gran medida en van den Bruck, sugirió que, si el Primer Reich alemán era católico (El Sacro Imperio Romano), el Segundo Reich protestante (Prusia después del reinado de Federico el Grande), ¡el Tercer Reich debería ser precisamente ortodoxo! Pero el propio Evola participó ampliamente en el debate intelectual del círculo de la revolución conservadora alemana (el "Herrenklub" de von Gleichen, del que era miembro, fue la continuación del “Juniklub” fundado por Moeller van den Bruck) donde se discutieron animadamente temas similares. Aquí está la otra vía intelectual que une la corriente conservadora rusa y el pensamiento de Evola. Obviamente no podemos hablar aquí de concepciones idénticas, pero hay al menos una afinidad extraordinaria y aproximaciones "naturales" sorprendentes que también explican la facilidad de asimilación del mensaje de Evola en Rusia, donde sus puntos de vista parecen mucho menos extravagantes que en Europa, donde el conservadurismo tradicional sigue siendo en su mayor parte católico y nacionalista en el sentido moderno y muy raramente imperial y ligado a lo sagrado.
4. Evola vista desde la izquierda
En Evola hay otro aspecto muy interesante que se manifiesta en la primera y última etapa de su vida. A veces se le describe como "anarquismo de derecha", lo que es evidente en sus obras artísticas juveniles y especialmente en "Cabalgar el tigre". Al mismo tiempo, su postura anti-burguesa constante y permanente lo aísla considerablemente de la derecha occidental convencional. Por otro lado, incluso dentro de la Tradición, siempre se sintió atraído por los dominios inusuales que caen más o menos dentro de la perspectiva del Camino de la Mano Izquierda. Indudablemente, en el conjunto de sus escritos, lo que se podría intentar llamar la "izquierda" del mensaje evoliano es muy destacado. El inconformismo total con la realidad occidental moderna, la contestación radical de los valores burgueses acercan a Evola a ciertas ramas de la izquierda. Este fenómeno no es la manifestación de su naturaleza personal. Aquí hay un lado sintomático extremadamente importante. La revuelta evoliana contra el mundo moderno tiene aspectos destructivos como cualquier revuelta, por otro lado. Su radicalismo intransigente lo empuja a romper con el conservador habitual que defiende los valores del ayer por inercia frente a los valores del hoy. Para Evola, el "ayer" no es del todo ideal. Su orientación va mucho más allá, hacia el mito primordial, hacia la Hiperbórea perdida, hacia la Trascendencia, hacia el Eterno Presente. Esta búsqueda del absoluto aquí y ahora nos obliga a superar los límites convencionales y también a romper con las formas secundarias de la Tradición adaptada al Kali-yuga. Evola no acepta una parte de lo Sagrado, lo quiere todo, de inmediato. Esta revuelta le hace tomar posiciones "anárquicas", cuestionar la legitimidad de formas tradicionales vaciadas de toda vida. Por otro lado, es la posición auténtica del adepto del Tantra, la que explica perfectamente en "El Yoga de la Potencia".
Pero, paradójicamente, la misma antinomia pertenece a la corriente de la izquierda radical y la fenomenología existencial y estética que a las dos revueltas, por distintas que sean, las une en cierto caso casi a la perfección. La Revolución, la guerra, la crisis, la convulsión social, siempre provocan un trauma profundo que necesariamente obliga al ser humano a encontrarse con la profunda realidad ontológica que supera los tópicos profanos de la vida "normal". Ernst Jünger, por quien Evola estaba muy interesado, desarrolló en sus novelas y escritos políticos este problema del reencuentro del hombre moderno, profundamente ajeno, con la realidad superior en situaciones de crisis extrema. Por otro lado, el propio Evola atravesó períodos de crisis personal que rayaron en el suicidio. Por tanto, la sed de absoluto se relaciona lógicamente con experiencias "negativas" y, a veces, incluso "antinómicas". Estas consideraciones también explican el interés de Evola en ciertos personajes juzgados por otros tradicionalistas (Guénon, Burkhardt, etc.) como claramente "contra-iniciáticos": Alister Crowley, Giuliano Kremmerz, Gustav Meyrink, etc. En la izquierda, especialmente en la extrema izquierda, se puede encontrar fácilmente el mismo complejo, la misma pasión, la misma exaltación de la experiencia traumática y al mismo tiempo el mismo rechazo al conformismo, la misma aversión visceral en relación a las normas y convenciones, la misma revuelta contra lo habitual.
Por otro lado, la cultura ideológica de la "izquierda revolucionaria" no está exenta de yuxtaposiciones esotéricas que a veces son las mismas que en el caso de los tradicionalistas y la "revolución conservadora". ¡Citemos como ejemplo a Theodore Reusse, activista de izquierda e iniciador en la masonería del propio Guénon! El lado "izquierdo" de Evola recuerda la paradoja política de la Rusia actual, donde los neocomunistas, antiliberales, unen fuerzas con los conservadores ruso-ortodoxos. También se pueden pensar en ciertos aspectos del bolchevismo ruso histórico en el que las tendencias profundas de la sacralidad ortodoxa rusa - la aversión al mundo occidental burgués, la búsqueda del Regnum, los factores escatológicos - se desarrollaron de manera heterodoxa y contradictoria con la experiencia directa, revolucionaria e inmediata de la Verdad. Más aún, en los albores de la corriente comunista rusa se produjeron yuxtaposiciones esotéricas extremadamente curiosas con los representantes de las corrientes espirituales locales y europeas. Se puede decir que entre Evola y Rusia no sólo existen correspondencias a nivel de la corriente ideológica "conservadora", "derecha", sino que también ciertos lados de la "izquierda" rusa, en su dimensión profunda y paradójica, pueden compararse con los escritos de Evola y también se aclaran gracias a su método de investigar la estructura de los fenómenos traumáticos. El mismo hecho de que el comunismo haya ganado en el país más conservador y tradicionalista de Europa nos obliga a revisar los esquemas conservadores habituales sobre el carácter profano y moderno del comunismo, como una etapa avanzada en la degradación de la civilización actual. Por otro lado, las predicciones de conservadores y contrarrevolucionarios (como Léon de Poncins) sobre la necesidad de la victoria de la cuarta casta proletaria en todo el planeta son refutadas por el triunfo actual de la civilización burguesa (presunta tercera casta) en la Rusia postsoviética. El mismo Evola cometió el mismo error al aceptar la posición radicalmente antisocialista y anticomunista, propia de los reaccionarios conservadores con los que, a nivel metafísico, estaba en total desacuerdo, debido a la profunda diferencia entre el Camino de la Mano Izquierda que era el suyo y el Camino de la Mano Derecha que (a veces) inspira indirecta y parcialmente a los conservadores convencionales. En otras palabras, la "izquierda metafísica" en Evola no ha podido encontrar la manifestación doctrinal coherente a nivel político y el lado "anárquico" y "esotérico" siguen de alguna manera muy contradictoriamente superponiéndose a su fidelidad a la "reacción" política.
El mismo malentendido existe en sus relaciones con el fascismo y el nacionalsocialismo donde criticó el aspecto político de izquierda y al mismo tiempo intentó fortalecer el aspecto de "izquierda metafísica" (por ejemplo, insistiendo en el paganismo contra las relaciones con el Vaticano). La historia política de las décadas de 1980 y 1990 muestra que el comunismo no fue la última forma del declive de castas. Por tanto, Evola se equivocó al predecir la victoria de los soviéticos y, en consecuencia, al adoptar la posición radicalmente anticomunista y no reconocer el lado paradójico y de alguna manera tradicional de la Revolución. A pesar de su particular interés en "El trabajador" de Jünger, Evola identificó falsamente, siguiendo la lógica de la derecha no revolucionaria, las castas tradicionales con las clases de la civilización occidental. En este sentido, podemos recordar la advertencia extremadamente importante de George Dumezil sobre el hecho de que, en la sociedad tradicional indoeuropea, por lo tanto, aria, los trabajadores pertenecen a la tercera casta y no a la cuarta. Además de esto, los comerciantes (es decir, los proto-capitalistas) no pertenecen completamente al sistema de castas en esta sociedad y todas las funciones de distribución de bienes y dinero han sido prerrogativa de los guerreros, los kshatryas. Esto significa que la clase comerciante no se corresponde en absoluto con la estructura de la sociedad aria y se superpone históricamente con la mezcla cultural y racial. Así, la lucha antiburguesa de los socialistas posee implícitamente la dimensión tradicional e indoeuropea, que explica perfectamente las tendencias “antijudías” (incluso antisemitas) de un gran número de teóricos socialistas comenzando por Fourier, Marx y hasta Stalin. Esta consideración muestra la justificación del elemento socialista (y también nacional-comunista) en las corrientes de la Revolución Conservadora, especialmente en Spengler, Sombart, van den Bruck, Jünger y hasta Niekisch. No hay duda de que Evola tenía excelentes relaciones intelectuales con este entorno alemán de antes de la guerra, lo que, lamentablemente, no lo ayudó a difuminar sus posiciones y rectificar sus costumbres doctrinales y tradicionalistas. Esta contradicción en Evola es notable si se comparan "Orientaciones" y "Hombres y ruinas" por un lado, y "Cabalgar el tigre" por el otro. El "Evola de la izquierda" aún no se ha descubierto y reconocido. Pero, una vez más, Rusia y su historia antigua y moderna, conservadora y revolucionaria, paradójica y reveladora, nos ayuda a comprender a Evola en sus ideas explícitas y sobre todo en el significado implícito de su mensaje que queda por descubrir y asimilar. No solo en Rusia, sino en este último aspecto también en Occidente.
5. La cuestión cristiana
Lo que plantea los mayores problemas en la asimilación de los escritos de Evola en Rusia es su enfoque decididamente anticristiano. Según él, toda la tradición cristiana es la expresión de la degeneración cíclica, la raíz de la decadencia del Occidente tradicional y de la "subversión" del espíritu del Sur, de la mentalidad "semítica" proyectada al Norte europeo ario. Es en esta cuestión donde hay aspectos inaceptables de su mensaje para el contexto del tradicionalismo ruso. Aquí debemos al menos distinguir dos aspectos diferentes del problema.
1) Por un lado, Evola conocía sobre todo la forma católica de la tradición cristiana, la propia de Occidente. Aquí la severa crítica de Evola al papel del cristianismo occidental en el proceso de caída de la civilización europea es bastante acertada (aunque no sin ciertas generalizaciones infundadas). Además de esto desde el punto de vista de la Iglesia Ortodoxa, y especialmente desde el punto de vista de la Iglesia Rusa después de la caída de Constantinopla y la adhesión del Patriarcado de Constantinopla a la Unidad Católica, las mismas razones se encuentran a menudo en la denuncia de la "herejía latina". El devocionismo, el racionalismo escolástico y el papismo vaticano son objeto de constantes críticas de la Ortodoxia contra el catolicismo con más o menos las mismas conclusiones sobre la responsabilidad de la "desviación católica" en la desacralización del conjunto europeo que ha llegado casi al rechazo total de la tradición y el advenimiento de la era secular. La tradición cristiana ortodoxa se diferencia mucho de la tradición católica en puntos esenciales dogmáticos, rituales y (lo que es más importante en nuestro caso) metafísicos. El espíritu ortodoxo es contemplativo, apofántico, hexicástico, comunitario y decididamente anti-individualista. El objetivo claramente declarado de la ortodoxia es la "deificación" del hombre por el camino ascético descrito en términos puramente esotéricos y utilizando procedimientos iniciáticos. Esta forma de deificación es absolutamente otra cosa comparada con el misticismo exotérico occidental donde se exalta el humanismo. Ésta es la visión tradicional de la realización metafísica. En otras palabras, la Ortodoxia no es una religión entendida en el sentido de Guénon (definición luego retomado por Evola), porque no apunta a la "salvación del alma individual", sino a una realización puramente espiritual y metafísica, por lo tanto, supraindividual y supra-psíquica. La ortodoxia no es un exoterismo que requiere la existencia de sociedades iniciáticas externas para alcanzar la realización espiritual completa (la ausencia histórica de sociedades iniciáticas fuera de la Iglesia en los países ortodoxos lo atestigua de manera sorprendente). Es más bien la tradición completa que abarca el esoterismo y el exoterismo como en el caso del Islam. El ejemplo más cercano en este detalle de la Iglesia Oriental se encuentra en el chiísmo iraní, donde ya no hay una distinción clara entre el dominio esotérico y exotérico (a este respecto, véase Henri Corbin: "L'homme de la lumiere"). La diferencia esencial entre las tradiciones católica y ortodoxa hace que la posición anti-católica y "anti-güelfa" de Evola sea completamente comprensible y aceptable. Además de esto, ciertas objeciones formuladas por Evola contra la insuficiencia metafísica de la actitud de la Iglesia occidental ayudan mucho a los ortodoxos a hacerse conscientes de su propia tradición, algo que falta de forma fatal en el catolicismo.
2) El otro aspecto de este problema consiste en el rechazo evoliano de la tradición cristiana primordial, en su desprecio por la naturaleza del cristianismo primitivo, al que siempre describió como "plebeyo", "semítico" y pre "antitradicional". Se inscribe definitivamente en la tradición romana precristiana y anticristiana, repitiendo en términos generales las acusaciones contra la Iglesia por parte de filósofos paganos y neoplatónicos. Sacó ciertos elementos de fuentes anticlericales masónicas a través de Arturo Reghini, etc. Tiende a identificar la tradición cristiana con la tradición judeocristiana que es sólo parcialmente exacta e históricamente se aplica sobre todo al origen y particularidad de la tradición propiamente católica, tanto que la Iglesia Oriental (o las Iglesias Orientales) debe ser calificada de Cristianismo helenístico. (Un excelente análisis de esta diferencia fundamental se encuentra entre autores rusos como Nikolaev "V poiskah sa Bojestvom", V.Lossky "Theologie mystique" y más recientemente en autores franceses como Jean Bies en "Voyage au Mount Athos" y Michel Fromaget en "Cuerpo, alma, espíritu"). La tradición de la devoción pasiva, la búsqueda de la salvación individual, el igualitarismo póstumo, etc., no caracterizan la esencia de la Tradición cristiana contrario a las afirmaciones de Evola. Pero es un tema demasiado complejo para tratarlo en este artículo. Solo puede notarse que a los ojos de los cristianos orientales este aspecto de la crítica de Evola no solo no es aceptable, sino que sigue siendo difícil de entender, porque los motivos propiamente judeocristianos son muy raros y marginales en la ortodoxia. La Iglesia bizantina y tras su caída la Iglesia rusa heredó la parte más sublime de la tradición helénica incorporándola al conjunto armonioso de la Revelación evangélica. En la Iglesia oriental, los apóstoles "gnósticos" y contrajudaicos son particularmente venerados: son San Pablo, Juan el Apóstol, Andrés (patrón de la Iglesia rusa), etc. Por el contrario, San Pedro o Santiago (los polos judeocristianos del cristianismo primitivo) tienen papeles secundarios. El espíritu de la Iglesia oriental sigue estando muy caracterizado por el marcionismo o monofitismo implícito. Cristo aquí es sobre todo Pantokrator y Zar, el Dios terrible y omnipotente de la Segunda Venida. También es el espíritu aristocrático y ascético activo y heroico. El punto culminante de la afirmación consciente de esta naturaleza de la Iglesia Oriental fue la santificación de San Gregorio de Palamas, el eminente esoterista cristiano cuya doctrina embriagadora de la Luz Increada y la deificación escandalizó tanto a los católicos como al sector procatólico de la ortodoxia. Este mismo hesicasmo pertenece a la mayoría de los santos rusos - San Sergei de Radohej, San Nil Sorsky, etc., hasta los artistas icónicos - Andrei Rubliev recientemente canonizado como santo por el consejo de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Así, en el rechazo absoluto del cristianismo como tal, Evola plantea un serio obstáculo para su asimilación por parte del tradicionalismo ruso.
La aceptación literal de su llamado al retorno al paganismo solo daría efectos ridículos debido a la ausencia total en Rusia de vestigios de la tradición eslava precristiana cuyas mejores partes se encuentran más en la particularidad de la tradición ortodoxa específicamente rusa que en los fragmentos incoherentes de los mitos y cultos cuyo significado y lógica se olvidaron por completo. La adaptación del anticristianismo de Evola a la realidad rusa se puede producir a través de la aceptación de su crítica del catolicismo, del espíritu judeocristiano con la búsqueda simultánea de los aspectos positivos - heroicos y viriles - dentro de la propia tradición ortodoxa y sobre todo en el dominio esotérico de éste, en el simbolismo de los iconos, en el hesicasmo, en los procedimientos iniciáticos de deificación. Se puede estar de acuerdo con el rechazo del espíritu "semítico" y con el elogio del espíritu "ario" y "helénico". Pero en Rusia todo esto está obligado a permanecer en el marco de la ortodoxia cristiana, porque tales son las condiciones históricas y "geográficas-sacras" de la civilización rusa.
6. Las raíces hiperbóreas de los eslavos
Hay en Evola un aspecto sumamente importante sobre los orígenes hiperbóreos de la Tradición. La misma idea se encuentra en otros tradicionalistas, especialmente en Guénon y B.G. Tilak y también del ensayista alemán Hermann Wirth. Por otro lado, Evola habla de Guénon y Wirth como dos de los tres personajes que le influyeron más que a otros (el tercero fue Guido de Giorgio). Este es el punto fundamental de su doctrina. El gran mérito de Evola consiste en que intentó resucitar el mito hiperbóreo, proponerlo como una realidad espiritual concreta, como la orientación por excelencia no solo en la investigación esotérica, sino también como factor metapolítico y casi existencial. Esta reactivación del argumento hiperbóreo es el aspecto más sorprendente de su Weltanschauung. Una vez más, esta idea de Evola aparece muy cercana al tradicionalismo ruso, porque el pueblo ruso, al ser un pueblo indoeuropeo, por lo tanto, ario, debe necesariamente tomar conciencia de su pasado más lejano para reafirmar su identidad y encontrar la esencia espiritual en sí mismo. Debe reconocerse que, a pesar de su importancia fundamental, esta cuestión casi nunca se planteó seriamente en el tradicionalismo ruso, salvo algunas intuiciones muy vagas de los ensayistas prerrevolucionarios que se ocuparon de los orígenes de los eslavos. La visión tradicional de los orígenes presupone el conocimiento de las leyes cíclicas y sus correspondencias cósmicas. En este caso, el trabajo de Evola nos proporciona mucha información valiosa sobre el tema. El propio Evola estaba bastante interesado en el estudio de las influencias hiperbóreas en Europa Occidental y el Cercano Oriente, aplicando los métodos de Guénon, Bachofen y Wirth para reconstruir la tipología cíclica de civilizaciones desde la Edad de Oro hasta nuestros días (“Revuelta contra el mundo moderno"). En sus obras dedicadas al problema de las "razas espirituales", ha concretado ciertos datos tradicionales sobre los tipos de hombres europeos en sus particularidades físicas, psíquicas y espirituales. En todas partes destacó la centralidad del tipo "hiperbóreo", "nórdico", "apolíneo". Estas investigaciones ayudan a comprender las relaciones que existen entre la dinámica histórica (entendida en la perspectiva tradicional) y el statu quo crítico de nuestra situación moderna. Trazó las líneas principales del itinerario de las corrientes hiperbóreas en correspondencia con las etnias y regiones europeas. Evidentemente, todo esto se aplica sobre todo a la realidad europea occidental o mediterránea. Los espacios étnicos y geográficos del noreste de Eurasia quedan fuera del marco de su investigación. Pero el método y los principios de investigación desarrollados por Evola, así como el ejemplo de su aplicación a la realidad concreta, nos da la oportunidad de hacer un trabajo similar en relación a Rusia y sus vínculos con las tendencias hiperbóreas. Se puede decir que Evola es sumamente importante para Rusia en esta cuestión porque abre vías de investigación de los orígenes primordiales que antes de él eran desconocidos y casi impensables. El otro motivo de gran interés para Evola en Rusia, donde inspira fuertemente los "estudios hiperbóreos" aplicados a Rusia y Eurasia. (Como ejemplo podemos citar a A. Dugin "Continente Rusia", Parma, Ed. Del Veltro, 1991, y del mismo autor "Rusia - Misterio del Eurasia", Madrid, Grupo libro 88, 1992, donde intentamos definir las líneas del estudio "hiperbóreo" de Eurasia).
6. Imperio euro-soviético de Evola y Jean Thiriart
La adaptación de las ideas de Evola a Rusia y el descubrimiento a través de su método tradicional de la sacralidad rusa plantea una serie de preguntas interesantes sobre la doctrina de la Tercera Vía en general, tanto a nivel metafísico como a nivel geopolítico y político. Estos dos niveles están en realidad siempre íntimamente ligados y la vida misma de Evola atestigua la absoluta importancia de descubrir esta correspondencia "natural" y sagrada que el mundo moderno siempre tiende a negar u ocultar. No hay nada casual o convencional en el compromiso político de Evola. Sus ideas esotéricas y puntos de vista políticos están en perfecta armonía. Es un extraordinario ejemplo de coherencia y firmeza de espíritu frente al caos moderno que siempre intenta engañar a los hombres en su búsqueda de la verdad. Se puede decir que existe una lógica notable entre el tradicionalismo metafísico de Evola y su defensa de la idea política imperial, antimoderna, "hiperbórea" y europea. Su posición ideológica parte directamente de la identificación de las dos formas de degradación espiritual de Occidente en el capitalismo estadounidense (polo occidental) y en el comunismo soviético (polo oriental). Por tanto, políticamente está contra el mundo burgués y el mundo socialista, geopolíticamente está contra el extremo Occidente (Estados Unidos, Francia, Inglaterra, por tanto, los países atlantistas) y contra el Oriente comunista (el bloque socialista euroasiático). De ello deriva lógicamente una cierta simpatía innegable, aunque vaga, por el fascismo y el nacionalsocialismo a nivel político y por la defensa de la Europa central germánica a nivel geopolítico. En esta visión muy coherente, Rusia (y el mundo eslavo) política, geopolítica e incluso racialmente ocupan la posición del enemigo natural, de ahí esta afirmación extrema de que "los eslavos nunca tuvieron la tradición" ("Heidnischer Imperialismus"). Se puede suponer que esta visión geopolítica tuvo en Evola los cimientos en la geografía sagrada o más bien en una cierta versión de la geografía sagrada propia del occidente imperial, primero helénico, luego romano y finalmente germánico, que vio en los espacios euroasiáticos las tierras de la barbarie, pobladas por "untermenschen” eslavo-tártaros. Esta misma concepción fue adoptada por el catolicismo occidental, especialmente después del cisma. Esta tercera fuerza de Evola (ni occidental, ni oriental, Europa) está íntimamente ligada a los demás aspectos ya mencionados que le impiden integrar plenamente su doctrina en el tradicionalismo ruso-ortodoxo sin matices.
La valoración del socialismo como algo esencialmente antitradicional va de la mano de la baja estima por la civilización eslava. Estos dos aspectos están intrínsecamente vinculados. Si en el caso de Evola existe una correspondencia directa entre visión metafísica y doctrina política, hubo otros representantes de la misma tendencia política que siguieron la misma línea sin ninguna referencia esotérica, pero en plena conformidad con los principios que ellos mismos ignoraban totalmente. El “terzaforzismo” geopolítico y político del Tercer Reich (que, por desgracia, no es el de van den Bruck, sino el de Adolf Hitler) y, en menor medida, el Estado fascista italiano que se han fundado en su ideología, en términos generales, sobre la misma base doctrinal. De ahí el ataque a la URSS y la guerra contra las potencias atlantistas: Inglaterra y Estados Unidos. Se puede decir que la misma visión ha sido hasta ahora típica de los círculos europeos de extrema derecha independientemente de que sus representantes lean o no "Orientaciones" o "Los hombres y las ruinas", sin mencionar "Revuelta contra el mundo moderno".
Es bueno recordar el caso sumamente interesante de la evolución política de la ideología de la " Joven Europa " de Jean Thiriart que perteneció a estos movimientos de tercera fuerza de extrema derecha en el sentido amplio de la posguerra, tratando de aplicar el concepto de patria en la realidad concreta de la Europa democrática y desnazificada. El Thiriart de los años sesenta representó la versión “secularizada” y “racionalizada” de la doctrina de Evola, desprovista de sus aspectos metafísicos, pero manteniendo una coherencia puramente política. El mismo Evola menciona a Thiriart en "Los hombres y las ruinas". Thiriart comenzó con la fórmula restringida "Ni Oeste ni Este - Europa Imperial", así que era la misma fórmula de la visión de Evola, solo que los negativos de esta fórmula ya no son iguales. Reconoció en el sistema socialista soviético mucha más afinidad con sus propios ideales que en el mundo capitalista. Lo mismo encontró en las corrientes de la Revolución Conservadora alemana, en el fascismo de izquierda europeo e italiano, en la República Social y también en el Nacional Bolchevismo Ruso, etc. A partir de esto, proclama el eslogan algo provocador del "Imperio euro-soviético desde Vladovostock a Dublín", afirmando así la compatibilidad política y geopolítica del “terzaforzismo” europeo con el socialismo euroasiático. Estas ideas han influido mucho en el entorno nacional revolucionario en las corrientes políticas europeas. Cabe señalar que todo esto se hizo en el espíritu del pragmatismo político más frío, sin apelar a la Tradición. Pero podemos, al menos teóricamente, encontrar la correspondencia metafísica exacta con la operación geopolítica de Thiriart. Esto significaría la revisión del pensamiento evoliano desde el punto de vista "eurasiática" y desde la perspectiva del tradicionalismo ruso-ortodoxo. Como Thiriart se mantuvo fiel a su primer impulso de compromiso político (era, además, un luchador de las SS) cambiando por completo su visión geopolítica, también se puede permanecer fiel a la profunda esencia metafísica del mensaje de Evola, adaptándolo a algunos de los aspectos de la visión “euroasiática” con todas las implicaciones necesarias. Thiriart y también algunos representantes de la ND europea y de las corrientes NR han optado decididamente por la designación del único enemigo absoluto que es el capitalismo cosmopolita y la dominación geopolítica de Estados Unidos. El campo socialista fue percibido más bien como "el posible aliado". Si esta evaluación política se traslada al más alto nivel espiritual, conducirá a una apreciación sumariamente positiva de la tradición ruso-ortodoxa, al descubrimiento del componente eslavo del conjunto indoeuropeo y también al reconocimiento en el bolchevismo ruso de sus aspectos anti-modernos y de alguna manera tradicionales. En este caso, llegaremos a la fórmula "Oriente contra Occidente", "socialismo y nacionalsocialismo contra el capitalismo", "eurasianistas contra atlantistas", "Rusia junto con la Europa germánica y continental contra los Estados Unidos y los países anglosajones", etc. Al mismo tiempo, se revisan las ideas de Evola, que corresponde exactamente a la lectura "rusa" de sus escritos (más la acentuación de su aspecto revolucionario, de "izquierda"). La Tercera Roma, el Tercer Reich y la Tercera Internacional se mostrarán repentinamente como símbolos íntimamente vinculados, como las tres formas diferentes pero complementarias de la Revuelta contra el mundo moderno, no siempre conscientes de sus trascendentes y, a veces, desviadas y puras implicaciones paródicas.
Pero quizás en la edad oscura en la que nos encontramos, en este Kali-juga, las realizaciones brillantes y sublimes de las verdades tradicionales no deberían esperarse de la realidad externa. Ciertos aspectos repugnantes de las ideologías contemporáneas y sobre todo su implementación pueden a veces esconder tesoros espirituales como los monstruosos y agresivos "guardianes del umbral" de la tradición tibetana, que custodian el preciado depósito de la Tradición (esta metáfora fue utilizada una vez por Prof. Claudio Mutti sobre el aspecto externo de los regímenes comunistas; hay que precisar que él mismo es un tradicionalista guenoniano y evoliano, un ruso y al mismo tiempo un admirador de las ideas de Jean Thiriart!). Se puede agregar que a pesar de muchas comparaciones en relación al lado esotérico del nacionalsocialismo y de muchas palabras severas al respecto, el mismo Evola aceptó participar en la lucha intelectual precisamente en este campo ideológico, tratando de "corregir los nombres" (según la expresión esotérico de la tradición china) y abrir las perspectivas del tradicionalismo auténtico, no desde el exterior, sino desde el interior del movimiento que representó, aunque sea aproximadamente, la Revuelta por lo Absoluto. Así, los "guardianes del umbral" del neoespiritualismo ariosofista no impidieron que Evola se entrometiera activamente en el combate espiritual junto a los nacionalsocialistas. Hay que reconocer que el propio Evola no llevó a cabo una evolución similar a la de Thiriart. Sin embargo, el hecho es que su último libro doctrinal es "Cabalgar el trigre" y no "Orientaciones". El Imperio euro-soviético desde Vladivostock a Dublín, el campo de la paradójica revuelta de los "roji-pardos" euroasiáticos en busca del Regnum, se opone totalmente a la modernidad, a esta modernidad que escatológicamente se concreta en la "dominación absoluta del capital" y en el " Mentalidad semítico-mercantil ", en el advenimiento final del tipo social que no pertenece ni a la tercera ni a la cuarta casta tradicional indoeuropea - todo esto se puede deducir de la lectura" rusa "de Evola, de la lectura" revolucionaria "de Evola que se desmorona impotente en el tradicionalismo escolástico, académico, y que anima y reaviva su espíritu que, además, no está muerto.
7. Conclusión
Julius Evola fue un hombre brillante. Más aún, fue el hombre arquetípico que vivió el destino de la Tradición en su destino personal en medio de la oscuridad escatológica. Su legado es más que precioso. Sus errores tan llenos de significado como sus auténticas revelaciones. Testificó la calidad de la realidad actual, mostró heroicamente la orientación que lleva más allá. Su mensaje es necesario para Europa. También es necesario para Rusia que atraviesa un momento histórico crucial en el que la cuestión de su identidad tradicional y sagrada surge en cada alma rusa. Gracias a la luz de sus ideas, aunque no estemos de acuerdo con todas ellas, podemos restaurar nuestra tradición metafísica, encontrar las claves olvidadas o perdidas. Esto explica la popularidad de Evola en la Rusia actual. Esto también explica el motivo de la apasionada polémica que provocan las traducciones de sus libros y artículos. El encuentro de Rusia con Evola no es una cuestión de erudición, de un extremismo político marginal o un asunto de "espiritualistas". Los aspectos que toca Evola son realidades vivas, las fuerzas sagradas que despiertan en anticipación a la "Acción Trascendente" de la que habla proféticamente Evola en sus primeros libros. Evola es el último héroe de Occidente. Pero sabemos que desde un punto de vista escatológico "el último es siempre el primero". Entonces, el mensaje de Evola concluye un ciclo determinado, pero abre el otro: esperamos que este sea el ciclo de la Revuelta Absoluta contra el mundo moderno.
Notas del Traductor:
1. Samizdat fue el sistema en la ex URSS a través del cual los libros oficialmente "inadmisibles" se abrieron camino en el país; generalmente eran copias de copias y no estaban bien producidas, pero tendían a entender su punto a través de ellos.
2. Escuela de pensamiento religiosa/filosófica fundada por la ocultista rusa Helena Blavatsky.
3. Un concepto teosófico relacionado con todos los fenómenos mentales; C.G. Jung también lo discutió ocasionalmente.
4. Para los que no están familiarizados con la obra de Kafka, esta es una referencia a su libro titulado "El castillo", que trata sobre un hombre que toma lo que debería ser un trabajo relativamente simple en un lugar distante inspeccionando la tierra de un noble local, pero que es incapaz de comenzar, y mucho menos completar, su trabajo debido a la oposición de la burocracia de su propio empleador (a quien nunca conoce en persona y solo a través de un representante o el representante de un representante) y que se siente aún más frustrado por el hecho de que el enorme y opresivo castillo del Conde siempre es visible desde cualquier parte de la ciudad, pero que nunca podrá ir allí para comenzar su tarea. Obviamente esta es una acusación metafórica contra el sistema judeocristiano general y cómo se relaciona con la aparente salvación inalcanzable. De manera similar, la palabra güelfo se refiere a una coalición alemana/italiana de la Edad Media que apoyó a la casa real de Guelph contra la dinastía imperial alemana gibelina que era hostil al Papa y al catolicismo.
5. Los starets eran consejeros espirituales, pero no sacerdotes: Rasputin podía ser considerado uno de estos.
6. Los montanistas fueron los antiguos precursores de las contemporáneas sectas pentecostales, es decir, los que creen en la revelación divina personal y el hablar en lenguas.
7. Joaquín de Fiori fue el abad de Corazzo, autor de un ensayo profético sobre la "edad de la razón" alrededor del año 1200 en el que escribió "en el nuevo día, el hombre no tendría que depender de la fe, porque todo estaría fundado en el conocimiento y la razón".
8. Ernst Nikisch, un nacionalista alemán de la misma época
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TEMA 6: LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL.
(PREVIOUSLY IN “MEMORIAS DE ESPAÑA”)
Los isabelinos ganan la Primera Guerra Carlista y Isabel II llega al trono.
(AND NOW)
Durante el reinado de Isabel II se implantan en nuestro país las bases de la España contemporánea, acabando así con el Antiguo Régimen. En esta fase se inicia la industrialización y las desamortizaciones. Pues bien, durante el reinado de la niña, porque no hay que olvidar que tiene 3 años cuando hereda España y que es su madre quién nuevamente hace de regente, yo a su edad lo más que tenía eran tazos y la mitad de ellos repetidos; el peso de la política recaía sobre tres potencias: la corona, el ejército porque esta guerra no se ha ganado ella sola y los partidos liberales; porque Isabel sigue siendo una cría incapaz de llevar p’alante un gobierno.
PUES BIEN, como la Guerra Carlista no se ganó ella sola, los militares van a tener grandísima importancia en la política, llegando a ser la “garantía de la seguridad ciudadana y la estabilidad” menos para los absolutistas carpeteros de Carlos María Isidro, que seguían por ahí también.
Durante el gobierno de Chabelita el liberalismo se divide en dos tendencias: moderados y progresistas. Son estos primeros (moderados) los que están durante la mayor parte del gobierno de Isabel y redactan el Estatuto Real de 1834 y las Constitución del 1845. Entre las cosas que defienden están la soberanía compartida entre Cortes y Corona, el sufragio censitario muy restringido o la defensa de la propiedad privada.
Luego tenemos a la Unión Liberal que aparece como que 20 años más tarde que engloba a los más moderados del partido progresistas y los más avanzados del partido conservador. Este nuevo partido era como central, un “ni pa’ ti ni pa’ mí” en toda regla.
Y también aparte de todo esto tenemos el Liberalismo Progresista, que llega al poder un par de veces mediante pronunciamientos, un golpe en la mesa y hale, aquí manda mi coñOTRA CONSTITUCIÓN SE FORMA BAJO EL MANDATO DE ESTOS. Con un carácter más liberalista, defendía cosas como que la Corona tuviese menos poder (solo el ejecutivo), un sufragio censitario menos restringido o la libertad de culto.
Y por si eran pocos parió la abuela y nació el Partido Demócrata, quienes defendían el sufragio universal y amplias libertades, que el Estado participase en la enseñanza entre otras cosas.
Y con esto cerramos el casting de los participantes de este tema.
AHORA HABLEMOS DE COMO TRANSCURRE LA PRIMERA GUERRA CARLISTA.
Fernando VII, padre de Isabel II, ante la posibilidad de que su futuro hijo pudiese ser mujer, aprobó la Pragmática Sanción, cosa que lo único que hacía era abolir la Ley Sálica, cosa que lo único que hacía era prohibir gobernar a las mujeres. Y aunque ya hiciese el spoiler antes os lo digo: nació una niña. Entonces al tío de la niña, Carlos María Isidro eso no le hizo ni puta gracia porque se le acababa el chollo, ahora sería ella la heredera del trono y no él. Carlos IV, quien estaba gravemente enfermo, fallece y nada más pisar el otro barrio, partidarios de Carlos María inician levantamientos armados a favor de su candidato favorito, comenzando así una guerra MÁS que tendremos que estudiar.
Esta guerra tiene carácter ideológico y dinástico.
AHORA CONOZCAMOS A NUESTROS CONCURSANTES:
- LOS CARLISTAS: Aman el absolutismo, el catolicismo y los paseos por España una, grande y libre. Si no dicen “Dios, Patria y Rey” cada pocos minutos se les hincha la vena del cuello. Su hábitat natural principal es el País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña. Se llevan guay con otros países absolutistas como Austria o Rusia; con el clero rural, la baja nobleza y artesanos que temían la disolución de los gremios. Les gustan los días soleados.
- LOS LIBERALES: Perritos falderos de la Regente. Vitoreados por las masas urbanas, los burgueses y la parte restante de los artesanos y coleguitas con países donde ya ha triunfado la Revolución Burguesa como Francia o Inglaterra. Son gente de gatos, peli y mantita.
Lo de que se llevan como el día y la noche, agua y aceite o Coco Montrese y Alyssa Edwards me lo ahorro porque lo considero obvio.
PUES DE CADA GRUPO HAY QUE DESTACAR DOS PERSONAS: Zumalacárregui (no había más letras en el alfabeto, ¿no?) por el bando carlista y Espartero por el bando liberal.
Al final del día, la paliza al bando carlista fueron tales que Carlos María se piró a Francia con el rabo entre sus monárquicas piernas. El Abrazo de Vergara concluyó la guerra y fue firmado por Espartero (el colega de antes) y Maroto (sucesor del impronunciable de antes). En dicho tratado se acepta a Isabel II como reina de España pero a cambio consiguen que se mantengan los fueros del País Vasco y Navarra. ¿Supuso el Abrazo de Vergara el fin del carlismo?
No solo no acabará sino que será una potencia política importante contemporánea, pero eso lo veremos más adelante. Al acabar la guerra, Isabel sigue siendo una niña y los militares tendrán suma importancia en la vida política y serán quienes lideren los partidos políticos y no pongo de nuevo el gif de Lil’ Poundcake porque no me da la vida y sería un poco redundante.
Ahora vamos a sentarnos porque lo que viene es largo de cojones así que lo dividiremos en tres fases.
- MINORÍA DE EDAD DE LA REINA: Como la reina era menor de edad su madre actuó de regente. La regente no estaba del lado de los liberales en realidad sino que les utilizaba como fuerza para mantenerles en el trono. Más tarde la regente recluta a Martínez de la Rosa (libera moderado) para su gobierno y que hiciese frente a los carlistas. Martínez redacta el Estatuto Real que no es una constitución sino una carta otorgada. En este documento se dicta que las Cortes solo estaban para consultas, que eso de aprobar leyes no es para ellos y estaría formada por dos partes: la cámara alta (elegidos por la Corona) y la cámara baja (elegidos por sufragio).
Este documento no contentó a absolutamente nadie, así que la gente se revoluciona y acceden al poder los progresistas. La regente nombra entonces a Mendizábal (progresista) como Jefe de Gobierno y él crea la 1ª ley desamortizadora. Al día siguiente Mendizábal estaba recogiendo las cosas de su despacho porque a la regente no le hizo ni puta gracia.
¿Recordáis a los liberales que en el fondo estaban siendo utilizados por la regente? Pues empiezan a coscarse de que “oye, que nos están utilizando”, así que cogen por banda a María Cristina y le obligan a jurar la constitución de 1812 y claro, o lo firma o se va a la puta calle.
Pero como esa constitución era inaceptable para los moderados, reforman dicha constitución y en 1837 crean una nueva donde, entre otras cosas, se defiende la libertad de prensa o el parlamento bicameral. Total, que los moderados vuelven a la carga junto al intento de la regente de implantar una nueva ley de municipios centralista, que causará, para sorpresa de to(no)dos, una nueva revolución. Espartero es llamado por la regente para formar gobierno y como no se ponen de acuerdo entre ellos dos, Mª Cristina con todo su coño coge y se pira de España dejándole el muerto a Esparte.
- REGENCIA DE ESPARTERO: Espartero sería buen militar pero la política no era ni de lejos lo suyo, de hecho por sus medido se provocó una enorme inestabilidad política. También firmó un acuerdo comercial con UK y eso a Barcelona no le gustó, ¿pero sabéis de quién fue el disgusto mayor? De Espartero de saber que Barcelona estaba en desacuerdo, ¿qué hizo Espartero al respecto?
Bombardear Barcelona.
Evidentemente esto supuso el fin de la regencia de Espartero porque le echaron a patadas. Para salir del paso porque esto era un tremendo caos político coronaron oficialmente a Isabel II, quien ya no es una cría de 3 años sino una moza de 14.
- REINADO DE ISABEL II: Se divide a su vez en Década Moderada y Bienio Progresista.
- DÉCADA MODERADA: Bajo el mando del general Naváez se inicia este periodo. Durante ese periodo estalla la Segunda Guerra Carlista que se desarrolló en Cataluña a mediados del S. XIX con motivo de la boda de Isabel II con un pretendiente Carlista. Entre las innovaciones de esta época encontramos la creación de la Guardia Civil o el concordato con el a Santa Sede. Este época entró en una potente crisis por una división dentro de sus propias filas y los progresistas, que no tenían otra cosa que hacer, se revolucionaron. Otra. Vez. Más.
- BIENIO PROGRESISTA: Por si trescientas revoluciones eran pocas, la gente hace una revolución triple. TRIPLE. Querían acabar con la política de los moderados y nada ni nadie les iba a parar. Para calmar los humos, Isabel dota de poder a los progresistas compartiendo el poder entre O’Donell y Espartero (quien por cierto fue exiliado a Inglaterra pero ha vuelto a casa por Navidad). Durante este periodo se redacta OTRA constitución, la de 1856 y se aplica la ley de ferrocarriles que permite la utilización de capital extranjero para la construcción de este.
A pesar de todos estos avances políticos y económicos la gente no está satisfecha, ahora son los carlistas los que se revelan. Por esto y por más, el pacto que había entre O’Donell y Espartero se va al garete.
Durante los años veniros se produjó una alternancia en el gobierno entre los Moderados con Narváez y la Unión Liberal con O’Donell. O’Donell tendrá el llamado “gobierno largo” que fueron 5 años y su gobierno estará marcado por el “boom de los ferrocarriles” además del intervencionismo exterior. Los últimos años del reinado de Isabel II se caracterizaron por un creciente autoritarismo de Narváez.
(Mira no puedo más con este tema, es infumable)
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Lo que sabemos hoy del rey emérito se conoce desde principio de los 90 y está escrito. Simplemente, nunca se difundió para que lo conociera la opinión pública. Hay libros, informes y noticias, muchas de ellas provenientes del exterior. Las personas interesadas, no sin dificultad, podían conocerlas y asombrarse de que nunca hubiera un debate público sobre ellas. En el Parlamento, la mención a estos asuntos era siempre oblicua, cuando no desestimada y alrededor de Juan Carlos I se fue creando una omertà que aún dura.
La dinámica es inquietante. Cada vez que el rey Felipe VI se distancia de su padre, lo incrimina más y, a la vez, profundiza en la crisis de legitimidad de la monarquía. La solución sería cortar de una vez y denunciar la sistemática y permanente corrupción que había ido anidando en torno a un rey obsesionado con acumular capital e intervenir en los grandes negocios que se hacían bajo la cobertura del Estado. Nada nuevo, por lo demás, en la casa de los Borbones. Una mentalidad patrimonialista, un uso y abuso de la Jefatura del Estado para ganar influencia y poder en los negocios, la impunidad como privilegio se mezcló con una concepción reaccionaria del poder y un desprecio sobresaliente a las clases populares recubierto de campechanía. Hablar de los Borbones, al menos, desde Fernando VII equivale a constatar su falta de grandeza, su carencia de un proyecto de país y de una corrupción convertida en el modo normal de gobernar.
Ahora muchos se rasgan las vestiduras y otros fingen ignorancia. Los mismos que desde el grupo Prisa, pasando por La Vanguardia y ABC, salían aguerridamente a defender a un rey intachable y promotor de la democracia, hoy se preocupan, no de condenar las prácticas abusivas que el rey emérito realizaba, sino de proteger a la institución monárquica y, específicamente, a Felipe VI. Lo lógico sería exigir transparencia, justicia y verdad. Hay que decirlo con claridad: las actividades de Juan Carlos las conocían todos los jefes de gobierno y los grandes partidos que se turnaron en el poder desde la Transición. Suarez, González, Aznar, Zapatero y Rajoy conocían lo que el rey hacía y lo protegieron. Sabemos que alguno intentó oponerse y la durísima respuesta del hoy rey emérito. Es más, por lo que se va conociendo, en esta protección de los negocios privados del rey, intervinieron instituciones del Estado y, específicamente, el Centro Nacional de Inteligencia.
Antes se ha dicho, y conviene subrayarlo, que los medios de comunicación han sido esenciales en el ocultamiento de las actividades de Juan Carlos, practicando un cierre de filas en torno a la institución y reprimiendo a aquellos periodistas que osaron ir más allá de lo políticamente permitido. Convendría no olvidar un dato para los tiempos que vienen: lo que ha destapado los negocios sucios del Rey no ha sido tal o cual señora, tal o cual inspector de policía encarcelado, sino las dimensiones de una corrupción que terminó llegando a los medios de comunicación internacionales y autoridades judiciales de algún Estado, como Suiza, nada proclives a una visión justiciera de la cosa pública.
La fuga del rey emérito tiene, al menos, tres consecuencias. La primera es que hace emerger las sombras en esa marcha triunfal en la que se ha ido convirtiendo la Transición democrática. Se conocen bien las estrategias y las actitudes y hasta el 23F ha sido esclarecido. La intervención del rey en la caída de Adolfo Suarez está clara y hace aparecer una paradoja que irá creciendo en el tiempo. Me refiero a que el rey ganó legitimidad por unos sucesos que, en gran parte, él contribuyó a provocar; que hoy los monárquicos y la derecha reclamen la figura de Adolfo Suárez, es algo más que una mentira histórica: Juan Carlos, en medio de una grave crisis en la UCD, fue quien forzó, en último término, su dimisión.
La segunda consecuencia es que la Casa de los Borbones, en su conjunto, queda dañada y su imagen pública, devaluada. El enriquecimiento del rey ha contribuido, directa e indirectamente, al nivel de vida y a la capacidad de gasto de su familia. Se trata de una enorme fortuna cuyo de depositario será Felipe VI. El caso Urdangarín hay que verlo ya de otra forma, en otro contexto y con otras implicaciones. La tercera consecuencia es una crisis de legitimidad de la monarquía parlamentaria como forma de gobierno. La reinstauración de la tradicional monarquía española por parte de Franco se convirtió en restauración gracias al proceso de democratización y al acuerdo con don Juan de Borbón. Se pretendió así blanquear la falta de legitimidad de origen. Las actividades del rey como jefe de la casa de los Borbones, el uso en beneficio propio y de su familia de la Jefatura del Estado, terminaron por destrozar la legitimidad de ejercicio.
Sabemos que no fue fácil convencer al rey para dejar la corona. La figura clave fue, una vez más, Felipe González. Lo que se le explicó a Juan Carlos para convencerle se puede suponer, la apertura de una crisis de régimen provocada por la ruptura del pacto social y las políticas de austeridad impuestas por la UE. El 15M, para sorpresa de muchos, puso en pie una crítica profunda al papel de los grandes poderes económicos, el cuestionamiento de una democracia bipartidista cada vez más cerrada y separada de la ciudadanía, la corrupción como forma normalizada de hacer política y la necesidad de una regeneración del sistema en su conjunto. Democratizar la democracia, poner freno al control que sobre la política ejercía el capital financiero, empresarial y corporativo; la defensa intransigente de los derechos sociales y, fundamentalmente, fortalecer el peso de las clases trabajadoras. El debate pronto giró hacia la apertura de un proceso constituyente y la monarquía se empezó a cuestionar a fondo.
No es difícil imaginar que en esas conversaciones influyó mucho el carácter juvenil de la movilización social y el masivo empleo de las redes sociales que rompían la muralla de protección que habían ido construyendo los grandes medios de comunicación. La corrupción era ya difícil de ocultar, la vida privada del rey contaminaba a la Jefatura del Estado de una manera sustancial. El asunto Urdangarín, los escándalos permanentes y, sobre todo, el desprestigio de la monarquía hicieron necesaria la abdicación de un rey súper protegido por las élites económicas y políticas. Su salida de España no pone fin al problema y abre un debate inexcusable sobre el papel de la monarquía en un país como el nuestro que vive una crisis existencial.
La coyuntura política se va a ver afectada por la crisis en la casa de los Borbones. Hay dos actores que han tomado la iniciativa, el PSOE y Vox. Pedro Sánchez intenta aprovechar la salida de Juan Carlos como instrumento para visualizar una nueva centralidad en el país; no le importan demasiado las críticas de Unidas Podemos. Es más, se cree con capacidad de convertirlas en un apoyo de su nueva posición política. Vox se adelanta y marca posición. Deja a un lado cualquier veleidad populista y aparece con su verdadera cara, la derecha tradicional española, monárquica, autoritaria y neoliberal. Pretende sintonizar con la calle y movilizar a una parte de la opinión pública contra el gobierno socialcomunista y en defensa del rey Felipe. Casado queda en una posición extremadamente difícil. En condiciones normales, debería propiciar un acuerdo con el Partido Socialista ante una crisis de Estado y de Régimen. Esto ya no es posible. La estrategia ideada por Aznar fracasa ante un Abascal que busca desesperadamente su hegemonía en el espacio político electoral de las derechas.
La situación de Unidas Podemos es difícil y con riesgo. Lo decisivo es acertar en la estrategia económica. No se trata solo de incrementar el gasto social. Hay que ir más allá: cambiar el modelo productivo fortaleciendo el papel de las clases trabajadoras, cambiar el modelo de poder (económico). La estrategia de la ministra Calviño es típica de los gobiernos social liberales: primero crecer y luego redistribuir. La economía no funciona así; el modo de distribución determina el tipo de crecimiento y el modelo productivo. Hasta ahora, las salidas a las crisis han supuesto una devaluación sustancial de salarios y precios. Si queremos hablar de verdad de transformar el modelo productivo, la clave es hacer las reformas ahora porque luego no serán posibles. Me refiero a las reformas laborales, a definir con precisión un nuevo modelo industrial y sus concreciones programáticas, a conseguir, de una vez por todas, un sistema fiscal justo, redistributivo y eficiente. Insisto, las reformas que no se hagan ahora, luego no se podrán realizar o serán solo un cambio de fachada.
La política es el arte de diferenciarse. Una fuerza como Unidas Podemos, que construyó una alianza de gobierno con un partido como el PSOE, corre el peligro de diluirse, de perder sustancia social y desdibujar su proyecto político. Las alianzas son siempre un modo de organizar el conflicto y no de ponerle fin. Es la continuación del conflicto por otros medios. El tema republicano es una fuerte identidad, ahora más que antes. ¿Por qué? Porque existe el peligro –que Vox y PP aprovecharán a fondo- de que república e independentismo acaben identificándose. Hace falta un republicanismo español claro, que mire hacia el futuro; es decir, hacia la III República. Pasar del republicanismo como nostalgia al republicanismo como proyecto y programa. Movimiento hacía la III República (M3R).
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Las paguitas de Abascal
Curioso las vueltas que da la vida, curioso, de ver personajes como el Señor Abascal, ser beneficiario del clientelismo político del PP, ver como hace años, cuando él estaba afiliado al PP y les concedían un chiringuito creado a su medida, una fundación creada para la nada desde el dinero público, esa paguita que parece que a él en aquel entonces no le molestaba, bueno lo de paguita es más bien una forma de llamarlo sarcásticamente, ya que de paguita tenia bien poco, este señor en esos momentos no podía ni era crítico con el PP cuando chupaba del bote, claro hasta cuando se le acabó el chollo, monto su propio chiringuito, Vox, que al agarre de su huésped (nosotros) consiguió de forma nada casual otro huésped de donde chupar como buen parásito que es, en este caso una organización terrorista iraní para financiar su partido en el año 2014, concretamente el dinero recibido de ese grupo terrorista fue de 1,156 millón de euros, cabe resaltar que la formación de Abascal ha acusado y denunciado a Podemos de financiarse ilegalmente de Venezuela, basando sus denuncias en el sostén de una trama policíaca patriótica montada por el propio PP y el excomisario Villarejo, es curioso cuando analizamos todas estas cosas, ver lo fácil que se desmonta un grupo político como es el de vox, con hechos y no con bulos, como acostumbran hacer ellos con sus rivales políticos. Que mi artículo mencione la palabra “paguita” tienen mucho que ver con el relato anterior, puesto que esa forma de llamar tan despectivamente lo que es un derecho constitucional lo cuestionan al tildar dichas medidas como de bolivariana y comunista, con un desprecio donde deja una y otra vez retratado a este ente político, quizás no les haya dado por pensar que la transición y la constitución española se construyeran en este país con la voluntariedad del partido comunista en los década de los 70, quizás no entiendan que muchos artículos de nuestra constitución esté la impronta del mismo partido comunista de los pueblos de España, el articulo más significativo y que así lo demuestra es el artículo 128 donde se expresa… Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante Ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.” Alberto Garzón de forma muy astuta puso este artículo en su muro en las redes sociales hace unos años, se formó un gran revuelo, expresiones como de “comunista vete a Cuba, el comunismo lo único que trae es pobreza” después de dejar a los perros ladrar y ladrar dejó claro que… primero la poca cultura política que existe en este país, segundo el adoctrinamiento social que existe contra el comunismo y los comunistas en España, dejó quebrados a todos cuando Alberto dijo “esto que pone aquí es el artículo 128 de la constitución española", dejando boquiabiertos a todos los que minutos y horas atrás lo atacaban. El ser constitucionalistas es algo de lo que siempre presumen las derechas reaccionarias en este país, pero sin saber que quizás nosotros, los comunistas seamos más leales a sus principios que ellos, está claro que no somos amantes de la norma monárquica, no hay dudas, pero sinceramente nos daríamos por satisfechos con que se cumpliera ese artículo tan denostado y olvidado de nuestra constitución. Señores de Vox y compañía, han estado ustedes tejiendo un discurso de odio con satélites en redes sociales y páginas webs, acusando a este gobierno de regalar paguitas a los inmigrantes, bulos más cercanos a las tácticas de propaganda nazi que de aquellos que pretenden vender falsos crece pelos, una mezquindad tremenda y una irresponsabilidad infinita intentando crear realidades falsas en nuestro país, todo eso de que los inmigrantes al llegar a España cobran una paguita es totalmente falso, pero lo que no es falso es que con esta terrible pandemia, ustedes, los supuestos defensores del pueblo se han opuesto con el término “paguita” una ayuda social a los españoles, sí, han oído bien, los españoles, no inmigrantes, curiosamente su narrativa ha sido la de ir en contra de nuestra propia constitución y de los propios españoles, esto demuestra que ustedes, primero, no son nada patriotas, segundo, nada cristianos, igual se creen que ser cristianos es defender los toros, la monarquía y a la momia de Franco, pero queda claro que eso no es ser cristiano, más bien cosas de fachas. No sólo saben crear crispación del mal de todos, como es el de esta crisis, tanto de nosotros como del mundo entero, no solo eso sino que se enfrentan directamente al Papa, donde lo llaman “ciudadano” por cierto, cosa que no hacen con el ciudadano Felipe, actualmente Rey de España, curiosidades de la vida, su Majestad, viva el Rey ¿de verdad creen ustedes están defendiendo a la monarquía expresando “viva el Rey”? óigalo bien señor Abascal he dicho nuestra monarquía, un rojo diciendo eso, hooooo… claro que sí, porque nos ceñimos a la ley, al compromiso que marca la institucionalidad, sueño todos los días de mi vida con una república como la portuguesa, como la italiana o la alemana, una cosa no quita la otra, con eso le demuestro señor Abascal que nosotros nunca jugaremos al juego al que usted juega, un juego que realmente rompe a los españoles y no sus homólogos de derecha catalana, lo del Papa es algo que ciertamente no me lo esperaba, que mala suerte han tenido de que tengamos un Papa con sentido común, tanto en lo político como en lo cristiano, puesto que humanismo cristiano tienen más en común con nosotros y nuestra constitución que ustedes, les da mucho por despreciar otras culturas, otras religiones, sepa usted que cuando el PAPA Francisco hace tales manifestaciones (supuestamente comunistas) muchos de esos musulmanes a los que tanto odian, hacen en sus redes y foros internos manifestaciones públicas de respeto y admiración por las palabras del ciudadano Francisco, un ejemplo de tolerancia y por qué no decirlo, sentido común de muchos musulmanes, ellos y sus dirigentes podrían jugar al mismo juego que jugáis vosotros, el de prodigar el odio, esa semilla que lo destruye todo, pero que casualidad, no son las cosas así, cuando se predica trigo y no guerras en las mentes más sensatas permanece la defensa del trigo, ustedes son en el ahora presente más peligrosos que el propio coronavirus, ustedes tienen una meta, el golpismo y tumbar nuestra democracia, no lo digo yo, sus acciones y su manifestaciones así lo dicen, por favor dejen de insultar a nuestra democracia y nuestra constitución, ustedes no son constitucionalistas, si así lo fueran hubieran apoyado una renta mínima para la gente más desprotegida de nuestro país puedan llenar su nevera, para que al menos tenga para comer, queda mucho que hacer en este país, pero no dejaremos que nos arrastren de nuevo al fascismo del siglo pasado, esta vez no tienen a tito Hitler ni Mussolini para que les apoye, su basura argumental he insultos a nuestra democracia hará que se desinfle todas sus mentiras a la misma velocidad que generaron esos bulos de odio miserables para intentar llegar al poder. 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Monarquía: de sondeo en sondeo hasta la derrota final
Ha pasado ya un lustro desde la abdicación de Juan Carlos Borbón en favor de su hijo Felipe, quien ejerce ahora de jefe de Estado. Es probable que no se recuerde muy bien la ceremonia pues fue una operación de urgencia, urdida para salvar la monarquía borbónica que se encontraba cercada por múltiples asuntos turbios en su vida familiar y en sus negocios. El prestigio de la familia real, ya de por sí débil debido a su vuelta al poder originada en la decisión del dictador Franco caía en picado y necesitaba de una operación decisiva para salvarse.
Esa debilidad de origen era bien conocida por el gobierno de Adolfo Suárez que puso todos los medios para impedir que se celebrara un referendo para decidir entre monarquía y república, sabedor de que podía perderlo con altísima probablidad. La protección a la monarquía se completó con un acuerdo no escrito entre todos los grandes medios de comunicación para esconder cualquier asunto familiar, político o de negocios que pudiera enturbiar mínimamente la imagen idílica y modélica que se pretendía transmitir al pueblo.
Pero ya conocemos la frase, atribuida a Lincoln: Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo. Con el tiempo fueron conociéndose diversos problemas que minaron seriamente ese prestigio. Y una de las soluciones consistió en dejar de realizar sondeos sobre la monarquía desde los organismos públicos encargados de estos menesteres, léase básicamente el CIS.
El truco de considerar innecesarios los sondeos funciona bastante bien, pero aún así es inevitable que, de vez en cuando, surja algun sondeo encargado por algún medio de comunicación privado. Es el caso del último sondeo aparecido en El confidencial (1), justificado precisamente en el quinto aniversario del ascenso al trono de Felipe Borbón Grecia.
Nos preguntamos ahora, ¿qué podemos deducir de los resultados de esta encuesta? La primera lectura, evidenciada en el propio título elegido por El Confidencial es que los monárquicos son mayoría, algo que debería alegrar al rey, a su familia y a todos los monárquicos. Sin embargo, hay algo que chirría. Si los monárquicos son más que los republicanos, ¿por qué se sigue evitando hacer sondeos en el CIS sobre ello? ¿por qué no convocar un referendo cuanto antes y resolver el problema de la legitimidad monárquica de una vez por todas?
La respuesta a las preguntas anteriores es evidente si leemos con algo de atención los datos proporcionados por el sondeo. Un 50,8% de españoles se considera monárquico, pero los que prefieren la república (46,1%), se sitúan a muy poca distancia. Desde luego, sería terriblemente aventurado convocar una consulta popular para decidir entre monarquía y república confiando en ese escaso margen. Ya se sabe que los referendos los carga el diablo, que se lo pregunten a los británicos.
Pero incluso si la balanza cayera del lado monárquico, una diferencia tan pequeña proclamaría a los cuatro vientos el hecho de que la monarquía española es la que menor apoyo recibe de los ciudadanos (¿o súbditos?) de su país entre las que quedan en Europa occidental. Hay que recordar que una de las más recurridas justificaciones para mantener las monarquías es la idea de que el mantenimiento de la monarquía en la actualidad obedece a su papel como símbolo de la unidad nacional frente a la división territorial y su poder arbitral frente a los distintos partidos políticos (2). El segundo de estos argumentos es inconsistente con el hecho de que la mitad de la población no está a favor de mantener en la jefatura del Estado a la persona que supuestamente debe ejercer esa labor arbitral. Algo que se evidenció cuando Felipe Borbón intervino en la crisis catalana el 3 de octubre de 2017 mediante un mensaje televisivo. Es evidente que su discurso no fue interpretado en ningún momento como una mediación; ni entre sus partidarios, los llamados constitucionalistas, que aplaudieron y jalearon sus palabras como una reafirmación de sus propias posturas, ni entre sus detractores, los independentistas, que se tomaron como una afrenta el discurso.
Queda aún el argumento de la monarquía como garante de unidad nacional. Esta tesis es ampliamente difundida y defendida por los partidarios de la actual monarquía española; algo natural por otra parte si pensamos en su origen en la anterior dictadura franquista, que tanto ensalzó el lema de España, una, grande y libre como muestra de su visión de la unidad de la patria como algo prácticamente sagrado. Pero, de nuevo, los datos de la encuesta derrumban implacablemente esta posible justificación de la institución monárquica. Es sabido que el principal desafío para la unidad de España reside en las llamadas comunidades históricas; Cataluña, País Vasco y Galicia. Y en todas ellas la población es mayoritariamente republicana. El 74% de los catalanes y el 70,6% de los vascos se declaran republicanos. De hecho, en Cataluña y País Vasco, el porcentaje de republicanos rebasa ampliamente al de independentistas, dejando claro que la población ve al rey como un impedimento para normalizar las relaciones actuales y futuras entre estas comunidades y el resto de España.
Naturalmente, siempre queda la opción de tapar el problema y dejar que el paso del tiempo baje el suflé, pero de nuevo la encuesta es demoledora. Las nuevas generaciones son cada vez más republicanas, de manera que la mayoría monárquica de la población puede desaparecer en cuestión de unos pocos años. Aun así, ese es el único proceder razonable que le queda al rey y a su familia: esperar sin hacer mucho ruido, confiar en su armamento mediático y, suponiendo que les quede algo de fe en esa religión católica que les sustenta desde su jerarquía, rezar fervorosamente para que las cosas cambien.
Y, efectivamente, parece que se han convertido en especialistas en aguantar el chaparrón sin pestañear y cultivar en todo lo posible la imagen de familia modélica que quedó destrozada con el anterior rey. Tras un pomposo acto en el que la reina Isabel de Inglaterra, que ya se sabe es de la familia, le impuso la distinción de la orden de la jarretera, una ridícula y medieval dignidad entre las varias que los monarcas europeos se conceden periódica y mutuamente, el rey Felipe volvió apresuradamente a España para compartir auditorio público con 41 personas distinguidas con la medalla al mérito civil. Una distinción otorgada a personas con vidas anónimas pero con actuaciones extraordinarias que les sitúan como merecedores de un reconocimiento especial. Justo lo contrario de un rey.
Salud
(1) www.meneame.net/story/espana-sigue-siendo-monarquica-gracias-andaluces
(2) es.wikipedia.org/wiki/Monarquía
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Comunismo colombiano: El Partido por la mitad
Las actuales circunstancias del intento de Golpe de Estado a plazos que la izquierda radical y los sectores del establecimiento no favorecidos por la elección del Nuevo Gobierno y sus grupos de apoyo y estructura, entre ellos el cerebro criminal del Partido Comunista Colombiano-PCC demuestra una vez más su incoherencia y dogmatismo con dos problemas principales de su cosecha: la persecución contra las Fuerzas Armadas y la Fundación Universidad Autónoma de Colombia (FUAC)
��Un Partido Comunista no puede hablar oficialmente a sus simpatizantes una cosa y al mismo tiempo hacer lo contrario”.
José Cardona Hoyos, político y académico vallecaucano de origen conservador que posteriormente haría parte del Partido Comunista Colombiano, asesinado en 1986 por las FARC presuntamente por órdenes del Comité Político Central de dicho partido por oponerse a sus prácticas políticas.
Ser comunista en Colombia es….
Vengo de la universidad pública y estoy eternamente agradecido con ella por sus aprendizajes, luchas, muestras y oportunidades formativas, laborales, políticas y de inicios en el periodismo de opinión, sobre todo en los tiempos de las reformas de Santos a la Ley 30 en 2011. Por esta razón soy consciente de sus virtudes y defectos. Y allí conocí muchos jefes políticos pertenecientes a todas las especies de la fauna política izquierdista, entre ellos, obviamente del Partido Comunista Colombiano, del MOIR, hasta del maoísmo radical, milicianos del ELN y las FARC –hasta sus amenazas de muerte tuve que ver- y hoy en día he visto como muchos, se aburguesaron, otros, los más vagos me lo he llegado a encontrar en la plaza de Bolívar el año pasado durante los desmanes estudiantiles que ahora el duquismo aplaude y hace que el pueblo colombiano quiera olvidar –así como todos los prematuros hechos de corrupción, atentados terroristas y renuncias de funcionarios- volví a ver a muchos –y a muchas- dizque “estudiando” y “en movilización” por el estudiantado….Las cosas que debe oír uno…
Pero todos, exitosos o no tanto tienen algo en común: la mayoría en un momento de su vida abandonaron el Partido Comunista. Desde ediles hasta profesionales que hoy día están contratados por Presidencia de Colombia siguen siendo de izquierda y de principios y moral antisocial, pero en otros espacios políticos.
Los mismos teóricos del Partido Comunista Colombiano, que no son más que loritos mojados que pusieron sazón criolla a la paranoia, sectarismo y antipatía pedagógica soviética en sus textos daban las señales perfectas de arruinar su desarrollo vivencial político.
Para concluir esta primera parte, mi problema desde el punto de vista de la administración y la gerencia de las ideas, es que las colectividades completas no cumplan un papel representativo moral de sus poblaciones focales. Eso fue el Partido Comunista Español donde en la etapa de finales de los años cincuenta y años sesenta de máxima oposición al franquismo, muchos sectores contrarios de principio se aglutinaron por el espacio de resistencia, formación, progreso y acción política, incluso carlistas, falangistas y partidarios de la restauración monárquica.
El Partido Comunista Colombiano ha cumplido el papel de ser un experimento de nuevas formas de imperialismo contra el país de potencias y de sus satélites –Cuba y Venezuela- y es una maquinaria 2.0 de la política tradicional hegemónica que tanto criticaron y contra la que supuestamente engendran las guerrillas marxistas.
Reforma democrática o efecto Pastor López….
Muchos de los militantes del uribismo y en general de sectores institucionales se equivocan al quedarse quietos y confiar en un Gobierno Nacional que no tiene hoja de ruta y que va de error en error, que es una amalgama de intereses y pugnas que de lo poco que sale a la luz, ya queda mucho que desear. Esto hace que se olvide lo importante y que pase desapercibido.
Las FARC, el ELN y en general el Partido Comunista lleva más de cincuenta años infiltrando a través de formas muy variopintas de infiltrar al Estado colombiano, y obviamente a las Fuerzas institucionales Armadas y de Policía que los han combatido. Eso y la irrigación en la academia de los comunistas ha creado un movimiento de academia contra la Seguridad Nacional, que malinterpreta los Derechos Humanos como bloqueo a las actividades misionales de defensa y un aparato judicial y mediático de propaganda contra todo lo militar. El Semanario VOZ, periódico oficial del Partido Comunista tiene como titular principal de su última edición lo siguiente: “Nicacio debe ir a la Justicia Especial para la Paz”. (Enlace virtual del 29 de mayo de 2019: http://semanariovoz.com/nicacio-ir-la-justicia-especial-la-paz/ ) resume la agenda siniestra de sacar generales radicalizada con los cambios de cúpula de Santos –quien llegó a cambiar altos mandos militares hasta tres veces en un año-. Muy seguramente a mediano plazo estén acomodando desde la tribuna judicial y las comisiones segundas de Cámara y Senado –donde se discuten ascensos militares y asuntos diplomáticos y de seguridad-. ¿Para qué? Pues si gente como Sandra Borda, opinadora de emisoras y ex decana de la Jorge Tadeo Lozano dijo que “ojalá este gobierno no dure cuatro años”, es muy previsible que se esté apostando al desgaste, desespero y mediocridad del gobierno actual…o a realizar la estrategia de crear caos para legitimar un Pronunciamiento Militar que la derecha aplaudiría…pero con generales y altos mandos de ellos…
Esta realidad puede ser exagerada, pero si no pensamos en una solución que reforme la justicia y que acabe con la impunidad de las FARC, del narcotráfico y todas las formas de corrupción y criminalidad, malos tiempos pueden soplar para todos…
La educación Comunista…un fraude…
Hablar de la corrupción y el comunismo, ya creo que, con los sucesos del carrusel de la contratación de Bogotá, las crisis de Venezuela y Nicaragua, el chiste se cuenta solo. Una universidad fundada por el comunismo para demostrar el éxito de lo que debería ser la educación pública según ellos, ha sido el peor experimento de nepotismo, corrupción y falta de pedagogía existente en la historia.
La siguiente noticia es también del Semanario VOZ (29 de mayo de 2019, Enlace virtual: http://semanariovoz.com/paro-la-universidad-autonoma/ ) la universidad
“Uniautónoma: “De sin ánimo de lucro a sinónimo de lucro” …” Para la comunidad universitaria de la Universidad Autónoma en Bogotá no fue sorpresa el cese de actividades de profesores y trabajadores iniciado desde el pasado 20 de mayo. La situación financiera que hace meses se presenta y los diversos mítines y manifestaciones de descontento de profesores, trabajadores y estudiantes así lo hacían preveer.
El problema no es nuevo, desde hace dos años esta institución de educación superior ha venido incumpliendo con los pagos de salarios, prestaciones sociales y seguridad social a sus trabajadores, pero en 2018 el problema llegó a un punto alto y se tuvo que trabajar en mesas de diálogo, con la medicación del Viceministerio de Trabajo, para encontrar fórmulas de salida”.
“(…) Nombró como vicerrector académico a alguien que no conocía a la Universidad e hicieron lo mismo con una persona de talento humano, lo que desvirtúa la crisis económica que ellos argumentan. Además, creemos que no es necesario porque en la institución hay gente capacitada para eso, y de la misma manera nombró a una profesora de tiempo completo, sin que haya pasado ningún tipo de concurso. Han nombrado a otros profesores, más por tenerlos de su lado que por sus condiciones académicas. Aquí, en el sector privado vemos la misma corrupción que en el sector público, con el agravante que es menos controlable”, anotó el dirigente sindical, al mostrar otra causa de la crisis de esta institución que cuenta con 574 trabajadores, de los cuales 363 son docentes y el resto administrativos y tiene 4.600 estudiantes.
“Sabemos que los primeros perjudicados son los estudiantes, queremos levantar esta huelga rápidamente, pero por ser atribuible al patrón por su incumplimiento, lo haremos cuando veamos un compromiso serio para que la universidad retome su rumbo.
“Lo que pasa es que a la dirección de la universidad se han cambiado muchas personas, y el sentido de la fundación se ha ido cambiando, ha pasado de ser una institución para ayuda a personas de escasos recursos a ser un negocio, ha pasado de ser sin ánimo de lucro, a ser sinónimo de lucro”, concluyó el profesor Morantes”.
Epílogo
Las incoherencias manifiestas en estos titulares de la prensa oficial del Partido Comunista Colombiano, el mismo que ha sido protagonista en la novela de la destrucción de la Nación, son los mismos que proponen soluciones que no funcionan como sus universidades, y quieren que un General del Ejército vaya a una instancia judicial por algo sucedido después de la firma de los Acuerdos de La Habana. ¿No que deben tener justicia ordinaria los militares? Herramientas de chantaje y persecución para generar retiros y hacer “cabezas de proceso” que posteriormente serán usados contra… cualquier persona, incluso usted querido lector o lectora.
Solamente una salida emanada de la ciudadanía para transformar y derogar el actual sistema jurídico y político de la Nación, podrá de forma pacífica, civilizada y políticamente útil.
@armesto1989
Instagram: @armesto2018
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#UnDíaComoHoy: 14 de julio en la historia
El 14 de julio es el 195.º día del año. Quedan 170 días para finalizar el año. Veamos algunos sucesos importantes que ocurrieron un día como hoy 14 de julio.
-1223: en Francia, Luis VIII asume como rey luego de la muerte de su padre, Felipe II.
-1520: en México, el conquistador español Hernán Cortés y sus hombres derrotan a los aztecas en la Batalla de Otumba.
-1789: una multitud de franceses sitia la Bastilla, una imponente fortaleza y prisión medieval, símbolo de la tiranía monárquica. Los guardias realistas abren fuego contra la muchedumbre, pero se rinden poco después. A partir de ese momento, el rey francés Luis XVI pierde progresivamente el poder frente a los ideales revolucionarios. A pesar de haber heredado enormes deudas de su antecesor, Luis XVI continuó sosteniendo gastos extravagantes, como la ayuda a las colonias americanas en las batallas por su independencia de Gran Bretaña. A finales de la década de 1780, el gobierno de Francia se encontraba al borde del desastre económico. Para empeorar las cosas, malas cosechas en 1788 provocaron una hambruna. El precio del pan se elevó tan alto que, en su punto máximo, el trabajador promedio debía gastar 88 por ciento de su salario en pan. El desempleo también era un grave problema que la población atribuía a la nueva reducción de los derechos de aduana entre Francia y Gran Bretaña. Después de un invierno frío, se produjeron violentos disturbios en las panaderías, graneros y otras instalaciones de almacenamiento de alimentos de todo el país. En medio de la crisis, la destitución por parte de Luis XVI del ministro de finanzas, Jacques Necker, único ministro no-noble, desencadenó una revolución.
-1816: muere Francisco De Miranda, político, militar, diplomático, escritor, humanista, prócer e ideólogo venezolano.
-1862: nace Gustav Klimt, pintor austríaco. Fue uno de los exponentes más grandes de la secesión vienesa, un movimiento artístico que posteriormente se conocería como modernismo.
-1903: nace Irving Stone, escritor estadounidense. Conocido por sus obras biográficas de Miguel Ángel.
-1904: Isaac Bashevis Singer, escritor polaco, premio Nobel de Literatura en 1978. Fue un escritor judío. Ganó el Premio Nóbel de Literatura en el año 1978. Entre sus obras destacaron: Satán en Goray (1935) La familia Moskat (1950) El Mago de Dublín (1957) Sombras sobre el Hudson (1957-58). Este libro tiene la particularidad de haber sido traducido directamente del yidis (idioma hablado por comunidades judías del centro de Europa) al español sin pasar por el inglés. El Esclavo (1962) Plaza & Janes, En el Tribunal de mi Padre (1966) La Casa de Jampol (1967). El certificado (1967), Los Herederos (1969), Un Día Placentero: Relatos de un Niño que se Crió en Varsovia (1973) El Penitente (1973), Shosha (1978) y Amor y Exilio (1984).
-1918: nace Ingmar Bergman, director, escritor y cineasta sueco. También trabajó en el mundo de la televisión, la radio y el teatro.
-1933: el Partido Nazi de Alemania estableció su infame Ley para la Prevención de Progenie con Enfermedades Hereditarias, la primera ley nefasta en el establecimiento de un sistema que permitía el exterminio de millones de personas por el estado. La ley fue la creación de tres figuras importantes en el movimiento de “higiene racial”: los eugenistas y genetistas Ernst Rüdin y Arthur Gütt, y el abogado Falk Ruttke. Fueron nombrados por el partido Nazi para redactar una ley que permitiera a la sociedad deshacerse de ciudadanos “problemáticos”. El partido opinaba que los enfermos mentales socavaban a toda la sociedad y eran un estorbo para la aspiración de Alemania a ser fuerte, saludable y pura. La conclusión diabólica de esta política, la llamada Solución Final, fue el establecimiento de los campos de la muerte en la Europa controlada por los nazis, en donde se asesinaron a millones de ciudadanos “no deseados” bajo el programa T4. Los judíos, comunistas, gitanos, homosexuales, junto con los enfermos mentales, fueron reunidos de forma sistemática y enviados a la muerte, y se consideraban no merecedores de vivir, según un régimen convencido de su superioridad racial.
-1954: muere Jacinto Benavente, escritor y dramaturgo español, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1922 y autor de “Los intereses creados” y “El nido ajeno” entre otras.
-1960: nace Jane Lynch, actriz estadounidense. Conocida por participar en producciones como Glee, Wreck-It-Ralph, The 40-Year-Old Virgin, A Mighty Wind, entre muchas otras.
-1966: nace Matthew Fox, actor estadounidense. Es conocido por participar en proyectos como Party of Five, Lost, World War Z, Bone Tomahawk, entre otras.
-1992: en Gatlinburg (Tennessee) se incendia el Museo de Ripley.
-1995: en el año de 1987 el Instituto Fraunhofer se propuso desarrollar un método para transmitir audio en un formato digital comprimido. Idearon un algoritmo (codec) capaz de comprimir el sonido sin una pérdida de calidad apreciable. En 1992, el Motion Picture Experts Group (MPEG) aprobó la tecnología y nació el MP3 (MPEG1 Audio Layer 3 – 3er nivel de compresión del MPEG1). Aunque se patentó el formato en 1986, no fue sino hasta el 14 de julio de 1995, cuando MPEG dio a conocer formalmente el formato MP3. La verdadera revolución llegó con el crecimiento espectacular de Internet: cualquiera podía descargar una canción a su PC ignorando esa cosa que se conoce como copyright. Este formato desencadenó una revolución comercial en la que las casas discográficas lucharon por obtener los derechos de autor.
-1999: en Londres se firma un acuerdo entre Argentina y Reino Unido que permite el acceso de argentinos a las islas Malvinas.
-2003: muere Compay Segundo, cantante y guitarrista cubano.
-2006: se realiza el primer matrimonio homosexual en Venezuela, en la Embajada Británica, entre un venezolano y un inglés.
-2008: en la ciudad de Nueva York, tiene lugar la preiere de ‘Batman The Dark Knight’. La esperada película “Batman, El caballero de la noche” llegó a los cines de diversos países de Latinoamérica entre el 14 y el 18 de julio de 2008, 6 meses después de la muerte de Heath Ledger, uno de los actores principales. Es la segunda película de la serie inspirada en este oscuro superhéroe de DC Comics dirigida por Christopher Nolan. La primera, “Batman inicia”, se estrenó en el año 2005, y en 2012 llegó la tercera parte: “Batman – El caballero de la noche asciende”. “Batman – El caballero de la noche” tuvo una extraordinaria repercusión, recaudó unos 158 millones de dólares en su fin de semana de estreno (más que cualquier otra película en la historia). El director junto con su hermano, Jonathan Nolan estuvieron a cargo del guion, y la música fue realizada por Hans Zimmer y James Newton Howard. La película, protagonizada por Christian Bale, estaba en post producción cuando Heath Ledger, quien realizó un asombroso trabajo en su interpretación del Guasón, fue hallado muerto en su departamento de Nueva York. Diversos rumores circularon acerca de su fallecimiento, ocurrido el 22 de enero de 2008. Finalmente se concluyó que una sobredosis accidental de medicinas recetadas fue la causa de muerte del talentoso actor de 28 años de edad.
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Descentralizar el Estado francés, por Mises Hispano.
Con las protestas de los gilets jaunes (chalecos amarillos) durante más de tres meses, se cuestiona la viabilidad de la Unión Europea como entidad política.
De hecho, la UE ha atravesado un torbellino de trastornos económicos y políticos desde la crisis de la eurozona de 2009. En 2016, la UE experimentó un terremoto político cuando se produjo el referéndum del Brexit, y los votantes británicos decidieron que era hora de que el Reino Unido abandone el país de la UE.
Hasta cierto punto, el voto del Brexit fue una manifestación del populismo británico. Ahora, los populistas franceses se han dado a conocer en la forma del movimiento del chaleco amarillo.
¿Pero cuáles son las implicaciones de esto?
Leviatán fuera de control de Francia
Francia no está exactamente en la mejor forma económica. La tasa de desempleo ha oscilado entre el nueve y el diez por ciento durante la última década. El costo de la vida ha aumentado considerablemente gracias a las regulaciones gubernamentales. Por lo tanto, la propuesta fallida del impuesto a la gasolina de Macron, que habría perjudicado bastante a la clase trabajadora, solo exacerba la situación económica subóptima de Francia.
Y este es sólo el iceberg de la punta en lo que respecta a la sobrecargada economía de Francia.
La investigación del Institut Économique Molinari encontró que la carga fiscal que enfrentan los «trabajadores típicos» en Francia es más alta que cualquiera de sus contrapartes europeas. La restricción fiscal no ha sido la fuerte demanda de Francia con el gasto gubernamental que representa el 56% del PIB. En el frente regulatorio, Francia es un desastre. Su Code du Travail, una monstruosidad legislativa 1.600 páginas y 10.000 artículos, ha paralizado enormemente su mercado laboral. Según el Índice de Libertad Económica 2019 de la Fundación Heritage, el puntaje de Libertad Laboral de Francia lo sitúa muy cerca de la categoría «reprimido».
En un cruel giro de ironía, Francia ha vuelto a su economía política monárquica, dominada por un estado intervencionista que regula, subsidia y controla en gran medida ciertos sectores de la economía.
Lamentablemente, muchos de los manifestantes del chaleco amarillo no han comprendido el elefante de 800 libras en la habitación que es el estatismo francés.
¿Podría la ideología defectuosa descarrilar el movimiento del chaleco amarillo?
Claudio Grass observó que los manifestantes de los chalecos amarillos «no tienen creencias políticas unificadas u homogéneas, afiliaciones partidistas o motivaciones ideológicas». De hecho, algunas de sus demandas son bastante contradictorias y apestan a estatismo. Cuando echamos un vistazo a las demandas de los chalecos amarillos, están por todas partes. Desde los recortes de impuestos para la clase trabajadora, hasta el control de alquileres y un aumento del salario mínimo, este movimiento es la encarnación de la incoherencia ideológica.
Sin embargo, los chalecos amarillos no están condenados necesariamente, ya que siempre hay un lado positivo en crisis políticas como estas.
La guarnición de plata de la descentralización
El movimiento del chaleco amarillo presenta una oportunidad de oro para posicionar las ideas de descentralización.
En otras palabras, este movimiento debe primero girar hacia un «Frexit» de tipo que enfatice una retirada de la UE. Pero al igual que el Brexit, Francia no debería detenerse con solo salir de la UE. Como Philip Booth señalócon el Reino Unido, la mayoría de los países europeos como Gran Bretaña y Francia todavía tienen trabajo que hacer para liberalizar sus economías.
Convencer a millones de franceses de llegar a algún tipo de consenso político que favorezca los mercados libres sigue siendo una tarea difícil en el actual clima intelectual de intervencionismo. En lugar de quedar atrapados en las complejidades ideológicas de promover cambios drásticos en la economía política francesa, debería centrarse en formas más radicales de descentralización.
Las propuestas que incluyen la descentralización del estado de bienestar obviamente deben estar sobre la mesa. Pero ¿por qué detenerse allí? Los franceses deberían escuchar los movimientos separatistas que tienen lugar en regiones como Bretaña y la Cataluña francesa y dejar que se separen. Cuantas más jurisdicciones compitan en Francia, mejor es para la libertad humana y la innovación.
El siglo XX fue uno de hipercentralización e invasión gubernamental en todos los aspectos de la vida humana. Francia puede liberarse de este ciclo de centralización llevando a cabo su propio Frexit y luego facilitando los movimientos disidentes dentro de sus fronteras tradicionales de estado-nación.
El siglo XXI no necesita repetir los errores del siglo XX. Francia puede liderar la acusación oponiendo la sabiduría política universalista y abrazando completamente el separatismo.
El artículo original se encuentra aquí.
de Centro Mises http://bit.ly/2ZeEZFD http://bit.ly/2UhE6IF
de nuestro WordPress http://bit.ly/2VVRJ1G Difundimos las ideas liberales, libertarias, minarquistas y anarcocapitalistas. http://bit.ly/2UhE6IF April 16, 2019 at 04:31PM
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EL MUNDO DIVIDIDO Y LA GUERRA FRÍA (primera parte). Por el historiador Esteban Alberto González.
Para adultos y universitarios. Lectura gratuita.
Revista HISTORIA
COLECCIÓN LIBROS
UNIVERSAL.
HISTORIADOR ESTEBAN ALBERTO GONZÁLEZ.
ÍNDICE.
Capítulo 1.
La revolución comunista rusa y la caída del gobierno del Zar Nicolás II.
- El devenir histórico de la revolución bolchevique.
- La economía del zarismo y los revolucionarios socialistas.
- La filosofía de Karl Marx.
- Las causas del estallido revolucionario. La pérdida del botín de la guerra y los conflictos sociales. El imperio ruso y las nacionalidades. Los enfrentamientos por las desigualdades económicas. El bolchevique Lenin. Las consecuencias sociales de la Primera Guerra Mundial.
- La Duma y el gobierno provisional burgués.
- El fracaso del gobierno provisional burgués. La revolución de octubre y el triunfo de los bolcheviques.
- El gobierno de Lenin. La Cheka. Las nacionalidades y la designación de Stalin en la Comisaría de Asuntos Nacionales. La Constitución de la URSS en 1924.
- La guerra civil. La coalición militar contra Rusia. La alianza militar contra los comunistas soviéticos. Los gobiernos enemigos de los bolcheviques. La contrarrevolución derrotada. Las consecuencias de la guerra civil, con la intervención militar extranjera. Los desacuerdos entre los aliados antibolcheviques
-El comunismo de guerra del gobierno de Lenin. La transición económica hacia el socialismo. Una década de la N.E.P. de Lenin, mezcla del capitalismo y el socialismo. El comunismo de guerra. La finalización de la Nueva Política Económica.
-La muerte de Lenin en 1924. Los tres nuevos organismos soviéticos. La concentración del poder político. Su fallecimiento.
- El gobierno de Stalin (1924-1939).
- La federación estatal centralizada.
- La colectivización de la agricultura. La producción agrícola deficiente. Los kulaks. La gran explotación agrícola colectiva. El XV Congreso del Partido, reunido en 1927. El argumento de Stalin.
- Las purgas políticas del oficialismo, el sabotaje minero y los nuevos técnicos comunistas. La expulsión del bloque trotskista-zinovievista del Partido Comunista. El oficialismo contra los kulaks. La ofensiva oficialista del comunismo y la resistencia de los kulaks. La aplicación del artículo 107 del Código Penal, contra los kulaks. El sabotaje en las minas de Shajti. La preparación de los nuevos técnicos soviéticos. La expulsión del bloque Bujarin-Rykov. El asesinato del probable sucesor de Stalin: Sergio Mironovich Kirov, en 1934. El “Gran Terror” de las purgas stalinistas. Los campos soviéticos de la exterminación. La colectivización forzada.
- Los planes quinquenales. El primer plan quinquenal (1928-1933).El segundo (1933-1937) y el tercer plan económico quinquenal (hasta 1941).
Capítulo 2.
El fascismo.
La guerra civil española (1936-1939) y el triunfo del militarismo fascista de Franco.
- El gobierno de Primo de Rivera.
- La Segunda República.
- La guerra civil. La intervención extranjera en la guerra civil española. El financiamiento de la guerra. El putsch del comunismo en la República. La purga de Stalin en el mundo. El bombardeo de Guernica. La propaganda comunista y la versión de Orwell. Los intelectuales y el Congreso de Escritores de Madrid. La finalización de la guerra civil. El gobierno de Franco y la sucesión monárquica.
El nazismo.
- Los hombres del Este y la cultura alemana. El pueblo judío alemán.
- El Tercer Reich.
- El antisemitismo en la cultura Volk alemana.
- Las escuelas de la cultura Volk.
- La reacción de la comunidad judía.
- La casa Rothschild.
- La civilización y la cultura.
- El libro de Spengler: “La decadencia de Occidente”.
- La formación política de Hitler y su ideología. Los personajes influyentes en Hitler. La concepción política de Hitler. La importancia de la raza aria alemana. La división de Alemania en Gaue. Su régimen centralista y participativo.
-El nacionalsocialismo alemán. El partido político de Hitler: del DAP al NSDAP. El programa político de Hitler para el pueblo alemán. Los afiliados.
- El putsch fracasado de Hitler en 1923.
- Hitler en la prisión de Landsberg. Su libro “Mein Kampf”.
- Los aliados de Adolf Hitler.
- La estabilización de la moneda alemana.
- La nueva estrategia de Hitler: el político de la democracia. Su salida de la cárcel en 1924.
- El ascenso gubernamental de Hitler. La economía de la República de Weimar y la desocupación alemana. Las elecciones, los afiliados y el financiamiento del Partido Nazi. Las organizaciones paramilitares (S.A. y S.S.) y la propaganda nazi. El Sicherheitsdienst SD de Reinhard Heydrich. La organización de la SS al asumir Hitler.
El canciller Hitler (1933). Los partidos políticos de Alemania.
- El gobierno de Adolf Hitler. La legislación nazi. El gabinete. La Gestapo. Las políticas de la Gleichschaltung y la uniformidad ideológica. Las promesas electorales inclumplidas y las purgas políticas.
- El “Nuevo Orden” del nazismo. Los campos de concentración nazi. La “solución final” para exterminar a los judíos y la experimentación médica nazi.
- La economía nazi. El campesinado. La economía industrial.
- La intelectualidad y el arte en el régimen nazi.
- El nazismo y la religión cristiana.
El fascismo italiano.
- El ascenso gubernamental de Benito Mussolini. Las escuadras de acción fascista. Balbo. El régimen parlamentario y la crisis italiana. El Partido Comunista de Italia. La Marcha fascista sobre Roma.
- El gobierno de Mussolini y su totalitarismo.
- La economía fascista. El corporativismo. Las políticas fascistas para la economía y la sociedad.
Capítulo 3.
La revolución comunista en China.
-La fundación del Partido Comunista. Su primer trabajo: la huelga ferroviaria.
- Etapas de la revolución comunista en China.
- La Primera Guerra Revolucionaria Comunista (1924-1927).
- Los dirigentes del Partido Comunista Chino.
- Las clases sociales de China. Los amigos y los enemigos del comunismo chino. Clasificación de las clases sociales chinas. La gran burguesía de los compradores y la clase de los terratenientes. La burguesía media. La pequeña burguesía. El semiproletariado. El proletariado. El lumpemproletariado.
- El ejército productivo.
- El partido comunista chino entre 1928 y 1935. La Larga Marcha a Yenán (1934-1935). La doctrina de la Nueva Democracia.
- La guerra civil en China (1945-1949). La proclamación de la República Popular de China.
- La República Popular de China. La China de Mao. La reforma agraria. Las nacionalizaciones comunistas. Las cooperativas.
- El primer plan quinquenal de China (1953-1957).
- La campaña de las “Cien Flores”.
- El gran salto hacia adelante de Mao (1958-1961).
Capítulo 4.
La Primera Guerra Fría.
- El inicio de la Primera Guerra Fría y la cultura.
- La fundación de las Naciones Unidas y el plan Marshall.
- El militarismo occidental y la creación de la OTAN.
- El proteccionismo industrial y el nacionalismo.
Las conquistas de Japón. China. Los nacionalistas
asiáticos. La economía argentina. La guerra de Corea.
- La carrera de armamentos.
- La Comunidad Europea.
- Los ahorros y los gastos elevados del Estado.
- Las elecciones presidenciales. Kennedy: el guerrero de la
Guerra Fría.
-El conflicto del gobierno de Kennedy con los empresarios norteamericanos.
- Los Estados Unidos de América: la policía de América
Latina. Los misiles nucleares soviéticos en Cuba.
- La carrera espacial entre los Estados Unidos de
América y la Unión Soviética.
- La guerra de Vietnam.
Capítulo 5.
La Segunda Guerra Fría.
- Las revoluciones mundiales y la Segunda Guerra Fría.
- Los gobiernos peronistas. La guerra civil en la Argentina.
- La guerra de las Malvinas.
Capítulo 6.
Los universitarios.
- La Reforma Universitaria de 1918. Salazar y su gobierno de los profesores. La culpa colectiva. El espionaje. La filosofía de Hegel. La militancia universitaria y la propaganda de la extrema derecha. La persecución ideológica y la guerra racial. La estética nacional y la pasión de la propaganda estatal. La represión a los profesionales, la reeducación y la uniformidad ideológica. La inteligencia universitaria en la autocracia de Stalin. La juventud del Komsomol. La reeducación de los guardias rojos de Mao. La reeducación en Camboya. El tratamiento de electroshock y el psicoanálisis de Sigmund Freud. El castigo psiquiátrico. La pérdida de la autonomía universitaria y las purgas ideológicas. La población universitaria. Los profesores y el movimiento político de los universitarios. El sindicalismo. Las diferencias ideológicas entre los ricos y los pobres. Las universitarias. El capital intelectual y las oportunidades laborales.
Capítulo 7.
El final de la Guerra Fría.
- Ronald Reagan y la nueva derecha ideológica. Margaret Thatcher y el sindicalismo. Las privatizaciones. La guerra de las Malvinas. La finalización del gobierno de Thatcher. La policía ideológica de U.S.A. en el mundo. El terrorismo de sus enemigos. El rearme norteamericano con las nuevas tecnologías bélicas. La dirigencia soviética, La O.P.E.P. t el aumento del precio del petróleo. Japón ante la crisis petrolera. La economía petrolera de la Unión Soviética. El crédito bancario de la O.P.E.P. para el mundo. M. S. Gorbachov y la crisis soviética. La impopularidad de Gorbachov y la popularidad de Yeltsin. La disolución de la Unión Soviética. El fracaso del putsch de agosto de 1991. Las consecuencias del putsch. El desmembramiento y un nuevo tratado para la Federación de Estados Soberanos. La terminación de la Guerra Fría. La Federación Rusa. La población, la superficie y los límites. Las islas y los archipiélagos. El relieve. El sistema hídrico. El río Don. Los lagos. El Mar Caspio. La rusificación. La economía agrícola-ganadera. Las riquezas forestales. La fauna de Siberia. La pesca. La riqueza del subsuelo. George Bush y la intervención norteamericana (Panamá y Granada). La invasión militar de Irak a Kuwait y la guerra del Golfo, Los cambios por la finalización de la Guerra Fría. La economía petrolera de la Argentina.
Capítulo 8.
Israel, los países del Islam y la descolonización europea en el siglo XX.
La creación del Estado de Israel en Palestina. La partición de Palestina. La superficie de Israel. La guerra por la división de Palestina. La composición poblacional de Israel. La ciudadanía israelí. La economía israelí. Las obras para el riego. La educación, el ejército y la religión. Las empresas petroleras. La inestabilidad política y las rivalidades ideológicas. La importación del petróleo en U.S.A. La Guerra de los seis días. La guerra de Yom Kippur. Las amenazas de la O.P.E.P. a los aliados de Israel. La revolución islámica iraní. El capitalismo y la economía socialista. La militancia islámica y la uniformidad religiosa. Las sectas musulmanas. La influencia cultural europea en África del Norte. El anticolonialismo y la independencia. La falta de solidaridad de las potencias coloniales. La descolonización francesa con De Gaulle. Nigeria. Nyerere y su totalitarismo en Tanzania. El Congo. Joseph Mobutu en Zaire. Bokassa y la República Central Africana (Centroafricana). El régimen racista de Idi Amín en Uganda.
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Capítulo 1.
La revolución comunista rusa y la caída del gobierno del Zar Nicolás II.
El devenir histórico de la revolución bolchevique.
Desde 1879, la revolución rusa contra el gobierno del Zar Nicolás II era una posibilidad; entre 1905 y 1906, este fermento revolucionario aumentó para el zarismo; en 1915, la revolución era previsible; en 1917, la revolución bolchevique se concretó. (HOBSBAWM, 1997, p 64). La desaparición del liberalismo en la sexta para de la humanidad, por la revolución socialista rusa, cambió los principios de la sociedad de Occidente en los países comunistas y aumentó los conflictos ideológicos en los países capitalistas, argumentó H. Laski. (CROUZET. 1981, T. VII, p 230).
La economía del zarismo y los revolucionarios socialistas.
Rusia era un país con una economía casi feudal, agraria y atrasada; su proletariado industrial no era muy numeroso, pero favoreció a las ideas revolucionarias. La doctrina de Karl Marx (1818-1883) se enseñó en Rusia desde 1870. Una figura importante del marxismo ruso era V. Plejánov (1856-1918); él fundó el Grupo por la emancipación del trabajo y se exilió porque fue perseguido por el gobierno zarista.
En 1895, la primera de las sociedades socialistas inició sus actividades en San Petersburgo. En 1893, un grupo de estas sociedades fundó la Unión en la lucha por la emancipación de la clase de los trabajadores. Al comienzo del siglo XX, el Partido se dividió en dos grupos: el primero era el de los bolcheviques, liderado por Vladimir Ilich Ulianov (o Lenin, 1870-1924); el segundo estuvo integrado por los mencheviques y sus líderes eran Z. J. Martov y Plejánov.
La burguesía liberal fue muy poderosa en los países industriales del oeste europeo; el proletariado industrial y los campesinos propietarios eran más abundantes. No obstante, la revolución socialista triunfó en Rusia; el socialismo ruso, para Karl Marx, fue el detonante para otras revoluciones proletarias en los estados industriales y capitalistas. El progreso del capitalismo estatal en Rusia fue importante, pero su burguesía local no era tan fuerte ni independiente, por dos causas: los capitales económicos extranjeros y la importancia del rol del Estado. La economía estatal era dueña de varias riquezas: el petróleo, las minas de carbón y de oro, muchas industrias y los ferrocarriles. El gobierno zarista otorgó los subsidios, los créditos a través de sus bancos, cobró las tarifas de sus aduanas y permitió las concesiones. La industria privada rusa tenía una dependencia extremadamente alta con respecto al poder estatal. El capitalismo estatal tuvo éxito en la Rusia Imperial.
La filosofía de Karl Marx.
La filosofía de Hegel y el materialismo científico confluyeron en la doctrina de Karl Marx. Con Hegel finalizó el idealismo alemán, que siguió a Kant y prevaleció en los primeros cincuentas años del siglo XIX. El materialismo científico o cientificista estuvo representado en la Alemania del Siglo XIX por estos personajes: J. Moleschott (1822-1893), L. Büchner (1824-1899) y K. Vogt (1817-1895); esta filosofía era la herencia materialista del siglo XVIII: La Mettrie, Holbach, etc.
De la filosofía de Hegel derivaron dos tendencias: la derecha siguió la dirección de Hegel y la izquierda hegeliana fue revolucionaria. La filosofía de Karl Marx procedió de la izquierda hegeliana de Ludwig Feuerbach (1804-1872). Con Feuerbach, la dialéctica espiritualista hegeliana se convirtió en materialista; la materia y no el espíritu era la realidad en permanente desarrollo.
Pero el materialismo dialéctico era “simple materia” y no explicó la conciencia. El materialismo histórico quiso explicar la evolución histórica. Para Karl Marx, la historia era forjada por el fundamento material:
- La situación económica objetiva,
- La estructura de la “forma de economía”.
- La relación entre la producción y el consumo.
- La relación entre la fuerza laboral y los medios de producción.
Desde el materialismo histórico se afirmó que la situación social era la respuesta a la estructura económica. El orden jurídico, el orden político y el montaje ideológico estuvieron condicionados por la situación social. La filosofía, la moral y la religión eran del montaje ideológico, expresado por Karl Marx, para mantener los privilegios de “la clase dominante”. Las fuerzas productivas eran: los instrumentos de la producción, los trabajadores, las experiencias de ellos, etc. Las relaciones de producción incluyeron a todas las disposiciones de la legalidad con respecto a los bienes económicos. Los instrumentos productivos y las relaciones de la producción siempre cambiaron, por los cambios en la producción; el molino de viento permitió prevalecer a los señores feudales en la sociedad; y el molino de vapor hizo posible el capitalismo industrial en la sociedad. En el devenir histórico, desde la comunidad más primitiva hasta la actualidad capitalista, después de pasar por la esclavitud y el feudalismo, se evidenció el paralelismo entre las relaciones económicas y las fuerzas. El hombre, las relaciones entre los humanos y la superestructuras estuvieron condicionadas por ambas; el ser humano, los pensamientos de él y sus sentimientos se dirigieron a satisfacer sus necesidades económicas; las relaciones entre los hombres incluyeron: al amo y al esclavo, al señor y al siervo, al capitalista y al proletariado, etcétera; las ideologías (moral, religión ciencia y filosofía) y la organización jurídica y política estuvieron en la superestructura (TORCHIA ESTRADA, 1960).
Las causas del estallido revolucionario.
La pérdida del botín de la guerra y los conflictos sociales. El absolutismo ruso intentó mejorar su economía estatal con la guerra. Nicolás II quiso una guerra chica y victoriosa contra el Japón, entre 1904 y 1905, para aumentar el prestigio de su gobierno contra el socialismo revolucionario ruso, pero fracasó. Para Lenin la guerra siempre tuvo un papel revolucionario en historia de los pueblos. En 1905 los campesinos se sublevaron, los proletarios urbanos hicieron huelgas y las peleas eran abundantes en Moscú; y el 23 se conoció la matanza del domingo sangriento en Rusia (ocurrió el 22 de enero, el 9 de enero para el calendario juliano de Rusia). Se amotinaron los marinos del (acorazado) Príncipe Potemkin y otros militares no obedecieron al gobierno ruso. Para Nicolás II, la monarquía constitucional era la salida política de esta crisis, pero después él reprimió porque consiguió el financiamiento francés.
Los soviets. Trotzki y otros revolucionarios organizaron los soviets en San Petersburgo; ellos trabajaron para lograr un gobierno socialista, pero Lenin advirtió sobre un posible fracaso. La Duma y la reforma agraria del zarismo no bastaron para disminuir los antagonismos (CROUZET. 1981. T. VII, pp 230 a 234 ).
El imperio ruso y las nacionalidades. El absolutismo del gobernante ruso se favoreció con la influencia de la iglesia ortodoxa. Este monarca aplicó su política hegemónica y centralista, apoyada por su poder militar, para lograr la rusificación de las otras naciones de su gran imperio. Pero había mucha oposición y se crearon partidos políticos nacionalistas. Los antagonismos políticos, sociales y económicas aumentaron. La guerra tribal en las estepas, enfrentaron a los pueblos nómades contra el gobierno central entre los años 1905 y 1906; la represión rusa fue brutal porque masacraron y deportaron a los vencidos. En junio de 1916, el Congreso de las Nacionalidades reunió a los representantes de los diversos pueblo en Lausanne; en este lugar, un miembro de la delegación de Bujara incluyó a toda esta región en su petición de independencia, para establecer la soberanía del Turkestán (HAMBLY. 1971, p 226).
Los enfrentamientos por las desigualdades económicas. Las riquezas concentradas en poder del Estado y la corrupción de los funcionarios públicos aumentaron esta crisis rusa; los proletarios industriales tenían salarios miserables y los campesinos no poseían tierras. La falta del progreso de la empresa privada y la arrogancia de una administración zarista arcaica eran las quejas de la burguesía rusa.
El bolchevique Lenin. Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) nació en 1870 y murió en 1924, era un intelectual marxista muy influido por Engel y un revolucionario dispuesto a concretar un gobierno comunista en Rusia. Lenin era filósofo ruso, muy importante para el materialismo dialéctico; en su obra: Materialismo y empiriocriticismo, publicada en 1909, Lenin escribió sobre su teoría del conocimiento realista y racionalista. La concepción filosófica de este revolucionario era partidista; además del determinismo económico, proveniente de Marx, Lenin acentuó la importancia de la voluntad humana al explicar el proceso de desarrollo social (TORCHIA ESTRADA, 1960). Los alemanes ayudaron a Lenin en su traslado a Rusia, desde Suiza, para atravesar el suelo de Alemania y dirigir su revolución contra el Zar Nicolás II (FLORIA Y GARCÍA BELSUNCE. 1992. Vol. 2, 261). El nacimiento de Lenin ocurrió en Simbirsk. Su padre fue un inspector de las escuelas de la educación primaria. Alexander, su hermano mayor, fue ahorcado por intentar asesinar al zar, con una bomba casera. Lenin fue expulsado de la Universidad de Kazán, por sus “actividades revolucionarias”. Se pasó al marxismo, después de este hecho estudiantil. Recibió una sentencia de 3 años y fue desterrado a Siberia, por importar libros “sediciosos”, en una maleta de doble fondo. Lenin se casó con la revolucionaria Nadezhda Krúpskaya. Él era de una familia cristiana, pero no aceptó esta religión. Lenin no se preocupó por los sacerdotes corruptos, porque no gozaron de una gran influencia cultural en la sociedad rusa, sino por los santos cristianos (JOHNSON.2000, pp 72 y 73).
Las consecuencias sociales de la Primera Guerra Mundial. Esta gran guerra enfrentó a las nacionalidades e incrementó los odios entre las clases sociales. Los gobiernos de los países involucrados buscaron aliados contra sus enemigos. Las promesas falsas del manifiesto del gran duque Nicolás enojaron a los polacos, enemigos de los austríacos y alemanes. Los finlandeses y los habitantes del Báltico fueron germanófilos y simpatizaron con la revolución. La falta de la organización económica, los sufrimientos del pueblo y la pérdida de la guerra enfrentaron a estos grupos sociales: los agricultores con los propietarios, los obreros con los burgueses y los soldados con los oficiales del ejército.
La Duma y el gobierno provisional burgués.
Rusia afrontó tres crisis graves para la supervivencia del gobierno zarista. La primera de estas crisis era la posibilidad de la derrota militar ante Alemania, durante la Primera Guerra Mundial; perder esta guerra significó, para la monarquía rusa, su ruina económica y no solamente por la pérdida del botín de guerra, sino por la fragmentación del imperio ruso, debido a la invasión militar de su enemigo. La segunda crisis era aún más difícil para el gobierno de Nicolás II, porque necesitó tener éxito en la represión de la revolución social. La sociedad rusa se dividió, harta de sufrir las calamidades de esta gran guerra mundial; los habitantes rusos más pobres carecieron de sus comidas. El gobierno exigió aumentar la producción agrícola al campesinado ruso, pero no alcanzó para alimentar al ejército ni a los obreros de las fábricas de armamentos. La única alternativa para las autoridades era comprar alimentos en grandes cantidades, pero los precios se elevaron y se incrementaron las revueltas agrarias. Hasta el mes de diciembre de 1916, la cantidad de los levantamientos campesinos era de 557.
Los odios aumentaron en esta sociedad clasista; los obreros se quejaron de la explotación económica capitalista; y durante las manifestaciones revolucionarias, los soldados no obedecieron las órdenes de los oficiales y no reprimieron a los manifestantes. Muchos de los soldados provinieron de las familias campesinas; ellos y los campesinos sufrieron la guerra y la crisis económica; las ideas revolucionarias se propagaron desde las ciudades hacia los campos, a través de los parientes de las familias residentes en ambos lugares. También los campesinos pobres quisieron la reforma agraria para convertirse en propietarios, pero el reparto de las tierras era inaceptable para los privilegiados del régimen monárquico. La caída de la monarquía, las huidas de varios terratenientes y el triunfo de la revolución socialista permitieron que las propiedades rurales estuvieran disponibles para los campesinos sin tierras. El tercer gran conflicto era con las nacionalidades, con la pérdida de poder político del gobierno central.
El gobierno del Zar fue abandonado por las autoridades, excepto por una parte de la policía. Todos se amotinaron; los obreros y soldados favorecieron la caída del régimen y terminaron formando los soviets, una asamblea popular tradicional y proveniente del campo, desde la época monárquica; en 1905, ya lo hicieron con sus diputados de los obreros y de los soldados. La monarquía zarista no pudo mantenerse, pero los nobles y los burgueses liberales la defendieron para hacer obedecer a los militares y solucionar los conflictos sociales más difíciles, enemigos de sus intereses creados.
La monarquía rusa fue derribada en marzo de 1917 y dos bandos quisieron gobernar Rusia. El primero era el bando contrario al gobierno provisional burgués: el Soviet (consejo popular), con los obreros y los soldados revolucionarios como diputados. El Soviet contó con un Comité Ejecutivo, integrado por un revolucionario del socialismo: Kerensky y un menchevique. El ministro del Interior: el príncipe Lov presidió la Duma y ésta creó el gobierno provisional.
Con la burguesía casi sin poder político, el gobierno ruso se caracterizó por su dualidad. Los soviets aumentaron su cantidad y estuvieron presentes hasta en los pueblos muy pequeños. El Soviet (la asamblea popular) era cada vez más activo y dinámico; su influencia política creció en Rusia.
Los socialistas lograron más poder político cuando aparecieron nuevos consejos populares o soviets en los territorios rusos. Los liberales eran los aliados de la nobleza. El gobierno provisional burgués aplicó políticas reformistas, copiadas del modelo occidental: la separación Estado e Iglesia ortodoxa, el sufragio universal para elegir los consejos administrativos locales, la administración de la justicia a través de los jurados y la jornada laboral de 8 horas. Se mantuvo la concepción de la unidad de este país: Rusia era una e indivisible, aunque se reconoció la independencia de Polonia. Pero este gobierno burgués no realizó la reforma agraria, impulsada por los bolcheviques y esperada por los campesinos revolucionarios.
El fracaso del gobierno provisional burgués. La revolución de octubre y el triunfo de los bolcheviques.
El programa político de los bolcheviques fue revolucionario y popular: terminar con la guerra y restablecer la paz, asegurar la libertad para las nacionalidades y expropiar las tierras a los terratenientes.
Los bolcheviques tuvieron sus locales partidarios en las ciudades más grandes de Rusia. Este partido obrero logró mucha influencia política en dos ciudades: Petrogrado y Moscú. También contó entre sus partidarios a los militares del ejército ruso, especialmente a los soldados del campesinado. Cuando un general monárquico intentó un golpe de Estado para derrocar al gobierno provisional burgués, la derecha política acudió a los bolcheviques para sofocar este levantamiento militar y gobernar a Rusia.
El ejército alemán era una amenaza para Rusia y su gobierno burgués. Los militares alemanes ocuparon el límite fronterizo septentrional de Estonia, ubicada a muy poca distancia de Petrogrado, la capital política de Rusia. Esta última ciudad era San Petersburgo, en la época monárquica; después de la muerte de Lenin se denominó Leningrado. (CROUZET. 1981. T. VII, pp 232 y 233).
Para Lenin, líder del partido revolucionario bolchevique, era el momento adecuado para realizar su golpe de Estado en Rusia. Los liberales carecieron de suficiente fuerza política para impedir la anarquía en Rusia, dijo Lenin, mientras era posible el gobierno del partido bolchevique en este país. Otro argumento de este líder comunista fue la pérdida de la soberanía por la posibilidad de la rendición de la derecha gubernamental rusa, ante el ejército alemán del Káiser Guillermo II. (HOBSBAWM. 1997, p 65).
Petrogrado y el Instituto Smolny recibieron a los cosacos, perteneciente al ejército de Krasnoff (Krasnov). Los cosacos vieron al ejército comunista y comprendieron que no era posible vencerlos con un millar de la caballería de los cosacos. Ellos negociaron para volver a sus tierras del Don o estar en el frente. Krasnoff (Krasnov) y los cosacos se retiraron hacia Gatchina. Los oficiales del ejército enemigo de los bolcheviques cayeron presos de los cosacos. El Palacio de Gatchina fue ocupado por los militares bolcheviques. En una de las salas de este palacio estuvieron los oficiales de Krasnoff (Krasnov). Kerensky se escapó antes, para dirigirse al Palacio de Invierno. Krasnoff (Krasnov). Esta fuga de Kerensky fue escrita por Krasnov el 14 de noviembre de 1917. A través de este documento se conoció que el general Krasnov fue llamado por el comandante Kerensky, jefe del ejército antibolchevique, porque se quejó del descontento de los militares cosacos y su amenaza de arrestar a Kerensky (TROTSKI. 1973, pp 120 y 121).
En octubre de 1917, los bolcheviques derrocaron al gobierno provisional burgués; Kerensky perdió su prestigio ante la población y cayó sin la resistencia de sus partidarios.
El gobierno de Lenin.
Después de la revolución de octubre, Lenin y sus partidarios bolcheviques necesitaron tener un gobierno central. Pero la oposición política reaccionó e intentó constituir una nueva fuerza social contra el gobierno bolchevique, porque no deseó perder sus privilegios. En este grupo opositor estuvieron: los políticos de la derecha burguesa y partidarios del gobierno provisional derrocado, varios socialistas y los militares más recelosos de los nuevos intereses del Estado. Estos militares eran los oficiales formados durante la monarquía rusa y los cadetes, con una educación similar; ellos eran privilegiados y muy diferentes a los soldados del campesinado pobre que quisieron la reforma agraria de los bolcheviques, para acceder a la propiedad rural. Los comités políticos de las ciudades más importantes de Rusia no reconocieron al gobierno central bolchevique; tampoco obedeció el Comité de la Salvación de la Patria y la Revolución, creado por el Consejo Municipal de dicha ciudad, con sede en Petrogrado, la capital política de Rusia.
El gobierno de Lenin aplicó sus nuevas políticas gubernamentales y centralistas; entregó nuevamente las tierras a los campesinos pobres, aliados de la revolución bolchevique; además, negoció con Alemania la salida de Rusia de la Primera guerra mundial. En 1918 se conoció la proclama del comisario de todas las nacionalidades: Stalin; esta “Declaración de los pueblos de Rusia” era una política aceptada por los pueblos de Rusia y convocó a la alianza con los pueblos islámicos rusos y orientales. Los soviets de obreros y de campesinos se fusionaron. La asamblea constituyente, formada en noviembre y con posterioridad a la aprobación de la ley agraria, fue disuelta por el gobierno bolchevique. Los militantes comunistas cubrieron los puestos gubernamentales y trabaron cualquier intento de volver al régimen político anterior.
Finalmente, el V Congreso General de los Soviets se reunió en 1918 para aprobar una nueva constitución y reglamentar con los procedimientos del gobierno bolchevique, aplicados desde meses atrás. Esta constitución eran prohibió votar a sus enemigos ideológicos: los nobles, los patronos, los religiosos y los políticos opositores. La representación política de la ciudad y el campo se hizo de una manera desigual: un representante cada 25.000 habitantes de la urbe y uno para 125.000 del ámbito rural. El poder político era constituido en forma de una pirámide, con los soviets superpuestos de los pueblos o de las ciudades; sus directivos eran elegidos a través del sufragio directo; en la cumbre estuvo el Comité Nacional Ejecutivo, elegido por el Congreso pan ruso de los Soviets. Durante el intervalo de sus sesiones, fueron delegados todos los poderes a este comité, para designar al Consejo de comisarios del pueblo, cuya función gubernamental era el poder ejecutivo. (CROUZET. 1981. T VII, pp 232 y 233).
La Cheka.
El comité Revolucionario del soviet de Petrogrado fue la fuerza armada de los bolcheviques, con anterioridad a los sucesos del 25 y 26 de octubre. Dicho comité fue convertido en un subcomité, subordinado al ejecutivo del gobierno central, para controlar la seguridad ante los contrarrevolucionarios e impedir los sabotajes ni tener problemas con los suministros, las cargas, etc. Este organismo de seguridad fue creado el 12 de noviembre de 1917, por un decreto del Sovnarkom. El polaco Félix Dzerzhinski fue el jefe de una sección especial, encargada de vigilar a los sospechosos. El comité militar se disolvió el 7 de noviembre de 1917, a través de un decreto del Sovnarkom (Consejo de Comisarios del Pueblo), pero Dzerzhinski siguió con su sección, convertida en la Comisión Extraordinaria Rusa (Cheka), responsable de eliminar a los contrarrevolucionarios y no permitir ningún sabotaje. Esta organización se conoció oficialmente más de una década después, cuando se publicó el de decreto de la creación de la Checa en el periódico Pravda del 18 de diciembre de 1927. La Cheka contó con un comité, integrado por 8 miembros y dirigido por Dzerzhinski; los cuadros, el cuerpo de los inspectores y los agentes fueron de esta organización de seguridad. Muchos de sus miembros eran polacos o letones. Se destacaron M. Y. Latsi, Peter y Kedrov.
La Cheka aumentó su poder, entre diciembre de 1917 y enero de del año siguiente, para crear un servicio de inteligencia nacional. Exigió que los soviets dieran informaciones sobre los contrarrevolucionarios. Otra exigencia de la Cheka fue la creación de un comité de seguridad para cada soviet, destinado a transmitir la información a sus agentes profesionales. La Ojrana fue la policía política secret del zar y contó con 15 mil miembros, pero la Cheka utilizó a 250 mil agentes. La Ojrana arrestó a los sospechosos, para entregarlos a los tribunales. Los tribunales especiales fueron controlados por la Cheka, para condenar a los detenidos. La Ojrana eliminó a 17 humanos en un año, por todos los delitos. La Cheka ejecutó, cada mes, a mil acusados por delitos políticos, entre 1918 y el año posterior. La Cheka asesinó a 6 mil individuos en el segundo semestre de 1918; al año siguiente, las víctimas totalizaron 10 mil; en 1920, las sentencias de muerte alcanzaron a 50 mil.
Los primeros campos de concentración, dedicados a los trabajos forzados, fueron administrados por la Cheka, por un decreto del Sovnarkom, para castigar a los burgueses. Con posterioridad, los alrededores de las ciudades y el ámbito rural sirvieron para construir los campamentos de trabajos forzados. Estas prisiones se convirtieron en el centro del enorme archipiélago de Gulag.
El gobierno de Petrogrado fue trasladado a Moscú, por la seguridad de Lenin. El Sovnarkom quedó protegido por las murallas del Kremlin. Dzerzhinski organizó su propia estructura para servir a Lenin, con independencia del Sovnarkom. Una prisión fue construida frente a la plaza Lubyanka, en un edificio que perteneció a una compañía de seguro. Un poco antes del inicio de la guerra civil, en enero de 1918, Lenin quiso fusilar a los individuos ociosos. Posteriormente, esta orden fue extendida a otros enemigos de su gobierno: los burgueses, las prostitutas, los especuladores, los estafadores, etc. Todas las categorías y las clases de la sociedad fueron incluidas en la culpa colectiva de la purga política leninista. El decreto de enero de 1928, dictado por Lenin, ordenó la eliminación de todos “los insectos dañinos” para Rusia; esta orden era un invitación para la criminalidad masiva (JOHNSON. 2000, pp 92, 93, 94 95 y 96).
Las nacionalidades y la designación de Stalin en la Comisaría de Asuntos Nacionales.
Joseph Stalin fue designado comisario, por Lenin, en el Comisariato del Pueblo de las Nacionalidades (Narkomnats) . Era un burócrata capaz de soportar las tareas más tediosas, elegido para dirigir la maquinaria partidista o el Estado.
Rusia se quedó sin Finlandia, Polonia y los Estados bálticos, porque se convirtieron en repúblicas burguesas. Ucrania fue obligada a integrar la Unión Soviética, con la aceptación de la autodeterminación proletaria, entre 1921 y 1922, porque era necesaria para la producción alimenticia; el ejército Rojo controló este país en 1920. El Cáucaso y el Asia rusa conocieron de esta técnica, aplicada por Stalin. La autodeterminación burguesa en los países de la Unión Soviética era rechazada por la lucha socialista, porque la autodeterminación proletaria era el derecho de los trabajadores. Era imprescindible gobernar, en estas naciones, con los soviets y otros organismos del proletariado. Stalin instaló sus funcionarios partidarios en las nacionalidades, para seguir la tradición de la rusificación, favorecer la cohesión y la unidad de las Nacionalidades en la Unión Soviéticas, concretada en 1920 con el “centralismo democrático”. Lenin y Stalin reconstruyeron el imperio zarista; después Stalin lo amplió. El concepto de Lenin era la “la unión voluntaria”, utilizada para su propaganda (JOHNSON. 2000, PP 103, 104, 105 Y 111). La fusión era libre y voluntaria, por el principio de “la libre disposición de los pueblos”. El socialismo era posible con un estado centralizado, para detener el separatismo causado por la revolución. El comisario de las Nacionalidades Stalin dijo, en 1921, que el acercamiento de los países subdesarrollados era necesario para dejar el atraso (cultural, económico y político). Apenas finalizó la revolución de octubre, el Consejo de Comisarios del Pueblo reconoció, a través de la Carta de las Naciones de Rusia, el derecho de cada nación de la Unión Soviética para ejercer su propia decisión política; este documento político incluyó: la secesión y la terminación de los privilegios que diferenciaron a las naciones, además del “principio del libre desarrollo” de las minoría étnicas y nacionales. Rusia prometió respetar las costumbres y las creencias de los pueblos del Islam, en esta propaganda. Los cosacos fueron despojados de sus colonias; las repúblicas Checheno-Inguche (Checheno-Inguchétia) y Kazajistán, en las regiones Semiretchie y Oremburg (Oremburgo), se liberaron de los cosacos. La lengua nativa fue oficial en las repúblicas autónomas. Moscú, Ashkhabad, Bakú y Tashkent contaron con la Universidad de Trabajadores de Oriente (CROUZET. 1981. T.VII, p 281).
La Constitución de la URSS en 1924.
El primer Congreso Panruso de los Soviets fue realizado el 10 de enero de 1923. Una Comisión integrada por 25 miembros; Rusia y las repúblicas de Transcaucasia tuvieron tres representantes; 5 fueron enviados por Ucrania y otros 5 representaron a las repúblicas autónomas. Un funcionario del oficialismo bolchevique ruso fue destinado en cada uno de los grupos, para obedecer las órdenes partidarias. La elaboración de esta constitución se hizo en Moscú. Esta constitución federal estableció la legalidad, pero el gobierno soviético fue una autocracia centralizada, en la práctica (JOHNSON. 2000, p 105). Varias repúblicas: Rusia Blanca, Ucrania y la república Federal de Transcaucasia (Georgia, Armenia y Azerbaiyán) integraron, con la república de Rusia, la Unión Soviética en 1922. Turkmenistán y Uzbekistán ingresaron en 1924. Tagirikistán (Tayikistán) se unió en 1929. Las repúblicas federales eran 11 en 1936, porque se unieron Kirguizistán (Kirguistán o Kirguizistán o Kirguisia) y Kazaquistán (Kazajistán), además de las tres repúblicas de la federación de Transcaucasia que fue disuelta. También se integraron a la URSS: 22 repúblicas autónomas, 9 regiones autónomas y 12 distritos nacionales /CROUZET. 1981. T. VII, pp 281 y 282).
La guerra civil.
La coalición militar contra Rusia.
La alianza militar contra los comunistas soviéticos.
Los comisarios soviéticos enfrentaron a dos realidades difíciles para la supervivencia del gobierno comunista ruso. La primera era la guerra civil, en un país con una economía arruinada; la oposición de sus enemigos: los dirigentes y otros privilegiados, anteriores a la revolución bolchevique; y el sistema gubernamental desorganizado, con graves problemas administrativos. La segunda era la guerra contra los extranjeros anti-soviéticos, una coalición militar destinada derribar al gobierno leninista.
Las Consecuencias territoriales del Tratado de Brest-Litovsk. 18 Enero 2008 (UTC). Del Departamento de Historia de la Academia Militar de los EE. UU. West Point.
La decisión política de no participar más en la Primera Guerra Mundial, por parte de los rusos, favoreció a sus enemigos extranjeros. Después de la paz Brest-Litovsk, Rusia perdió sus tierras más ricas con muchos habitantes. Los alemanes ocuparon Ucrania, el granero de la Unión Soviética. El separatismo político del gobierno de Skoropadsk fue apoyado por Alemania. Las tropas anti bolcheviques, invadieron Finlandia para aportar soldados al general Mannercheim y derribar al gobierno bolchevique de dicho lugar. También enviaron tropas para sostener al gobierno menchevique en Georgia. Los turcos ocuparon los Cáucasos y Bakú, conquistaron Azerbaiyián (Azerbaiyán) y realizaron propagandas panturiana en dos estados políticos: Crimea y Turquestán.
Las mejores tierras rusas, las minerías y las industrias petrolíferas fueron cercenadas al nuevo estado comunista, heredero del ex imperio del Zar, por los imperios centrales; eran las tierras extendidas desde Finlandia hasta el Caspio. Por el abandono de la guerra por Rusia, sus aliados de gran guerra consideraron traición a la paz de Brest-Litovsk e intentaron involucrar a los rusos, nuevamente, en la guerra para crear un nuevo frente en el este. Además, estos ex aliados quisieron terminar con las propagandas bolcheviques en el extranjero, el reconocimiento de las deudas económicas contraídas por el gobierno del Zar y el respeto de las propiedades extranjeras.
La política intervencionista se inició y fue una guerra directa para derrocar al gobierno bolchevique, después de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. El intervencionismo consistió en el desembarco de las tropas en Rusia y el apoyo militar, con el envío de las misiones militares, armas, municiones y el dinero para los rusos blancos: los conservadores, los mencheviques y los socialistas revolucionarios; esta ayuda extranjera involucró a otros aliados: los partidarios del gobierno zarista, el régimen parlamentario y liberal, los defensores de las nacionalidades y los opuestos a la independencia comunista. Todos ellos desearon mantener la unidad de Rusia.
En el Caspio, los británicos armaron un gobierno menchevique, socialista y revolucionarios, para gobernar Ashkabad y tomaron Merv. Otros desembarcos de tropas se realizaron en el norte: Murmansk y Arkangel; el objetivo era equilibrar las tropas alemanas ubicadas en Finlandia. Los japoneses desembarcaron en Vladivostok para recoger a dos grupos: los prisioneros de guerra y los desertores, integrantes de las tropas checoslovacas, para su próximo destino que era combatir en Francia.
Los gobiernos enemigos de los bolcheviques.
La intervención militar anti bolchevique, por parte de los aliados extranjeros, fue complementada con la ayuda a los gobiernos opositores a los soviéticos, organizados en el interior, especialmente en las provincias periféricas. Los vendeés lograron quitarles territorios al gobierno de Moscú. En julio ocurrió la sublevación de kov en Yavoslav; el ejército anti bolchevique se organizó en el territorio de los cosacos del Don, con Kornilof como jefe y después con Alexeiev. En Arkangel se estableció un gobierno blanco. Samara y Kazan fueron ocupadas por las tropas checoslovacas que interrumpieron su retirada. En Omosk se instaló un gobierno socialista revolucionario en septiembre.
Después del armisticio del 11 de noviembre, los aliados anti bolcheviques intervinieron más directamente: los soldados franceses desembarcaron en Odessa y las tropas de franceses, griegos y polacos ocuparon una zona costera del Mar Negro de 150 km de ancho, en diciembre de 1918.
El gobierno de Omsk fue derrocado por los oficiales de Siberia y el almirante Koltchak se proclamó jefe supremo de Rusia. La guerra contra los bolcheviques se unificó con la jefatura de Denikin, sucesor de Alexeiev; Debikin al mando de las tropas de Kuban, reconoció el gobierno de Koltchak. Clemenceau escribió sobre la estrategia anti bolchevique y el plan consistente en realizar un cerco económico contra los bolcheviques y organizar el orden utilizando a los rusos. Siguiendo dicho plan, el almirante Koltchak, asesorado por los generales: Knox y Janin, empujó a los bolcheviques hasta el Volga. Pskov fue ocupado por un ejército equipado por los ingleses y liderado por el general Yudénitch, quien llegó cerca de Petrogrado (actual San Petersburgo, Rusia). La caballería de Denikin se dirigió hacia Moscú, pero éste fue derrotado por la caballería roja al finalizar 1919. Los cosacos abandonaron a Denikin y los estonianos a Yudénitch, en 1920. Desde entonces, la retirada fue total; el ejército de Koltchk se retiró a Siberia y su líder fue fusilado en febrero. Wrangel sustituyó a Denikin y sus militares fueron enviados a Crimea, pero en noviembre abandonó dicho lugar. Kiev, en Ucrania, cayó bajo el ejército polaco en mayo, pero su éxito militar no duró y este ejército fue perseguido. Polonia terminó siendo invadida; una contraofensiva defendió Varsovia y se hicieron los preliminares de la paz de Riga, en octubre.
La guerra civil e internacional terminó en 1920, con los ejércitos blancos eliminados. Georgia, reconocido por jure en la alianza anti-bolchevique, cayó en 1921. Los norteamericanos y los británicos exigieron que los japoneses se fueran de la Provincia Marítima. Los blancos de la República de Extremo Oriente terminaron derribados y la unidad rusa recuperó dicho territorio.
La intervención fracasada.
Las causas. La victoria bolchevique sucedió por varias causas:
- Los objetivos bélicos aliados no siempre coincidieron y eran, mayormente, contradictorios.
- El presidente norteamericano Wilson se negó a la pérdida de la unidad rusa.
- Los motines y las deserciones en el bando aliado no permitieron proseguir la guerra anti bolchevique.
- Tanto en Francia como en Inglaterra, los obreros eran contrarios a la política intervencionista en Rusia. La C. G. T. protestó y lo mismo hizo el partido socialista francés. En las ciudades inglesas ocurrieron algaradas y huelgas. El partido laborista exigió dejar tranquila a Rusia.
- Los problemas en Finlandia, India y la revolución en Hungría, exigieron enviar a los militares. La Rusia bolchevique se favoreció con estas urgencias militares. En Alemania, los disturbios y la política del gobierno alemán de firmar la paz por separado, con su par ruso, preocuparon a los intervencionistas en Rusia.
- La intervención necesitó a 400.000 soldados, pero era una cantidad demasiado exigente. A esta realidad militar favorable a la independencia rusa, se agregó el objetivo de los partidarios de la reconstrucción de Europa; los hombres de negocios británicos quisieron incluir a Rusia en sus planes. La intervención fue desaconsejada o atenuada, con el objetivo de establecer relaciones comerciales con todos los países. El Cáucaso y Odessa fueron abandonados, por esta política de no intervenir directamente; pero se estableció un cordón sanitario, para impedir la expansión comunista rusa.
La contrarrevolución derrotada.
Los anti-bolcheviques ya carente de una fuerza militar importante estaban divididos en dos grupos: la izquierda y la derecha. La primera, integrada por los mencheviques y socialistas revolucionarios, era la más importante fuerza popular, pero su objetivo de lograr una reforma agraria dependía de la votación de una Asamblea Constituyente. La segunda tampoco era tan coherente ideológicamente ni estaban muy unidos y los liberales eran pocos; constituyeron su fuerza: las gentes de la derecha y la extrema derecha, los funcionarios de altas jerarquías, los grandes propietarios y los oficiales, especialmente de ideología monárquica que establecieron gobierno dictatoriales en los lugares ocupados por ellos. Cuando volvieron al poder político las antiguas clases dirigentes, las fuerzas populares se pasaron al bolchevismo. Los terratenientes recuperaron sus propiedades y su autoridad sobre los campesinos; los obreros bolcheviques fueron vigilados y terminaron presos. Pero al carecer de una base popular, no lograron la movilización de muchas gentes. Además, ellos soportaron levantamientos de los campesinos exasperados. Los soviets y los grupos anárquicos se favorecieron con las guerrillas; en Ucrania, la retaguardia de los ejércitos de sus enemigos: Koltchak y Denikin fue atacada por los guerrilleros de Malhno.
Posteriormente, las nacionalidades también eran contrarias y se rebelaron con la política unitaria. Nikolái Nikoláyevich Yudénich o Yudénitch fue apoyado por estonianos, pero temerosos de la dominación rusa, hicieron fracasar la ofensiva anti bolchevique. Por el mismo temor, Krasnov y Denikin fueron abandonados por los cosacos (Don,Térek y Kubán). La población de Ucrania también era hostil con los anti bolcheviques y Petliura era más enemigo de ellos que de los bolcheviques. Las características negativas de los anti-bolcheviques los perjudicaron: su estado era muy corrupto y anti popular, sus jefes eran arrogantes y muy incapaces, la arbitrariedad y la falta de una buena administración no favorecieron la adhesión popular; para peor, los anti bolcheviques eran considerados agentes de las potencias extranjeras.
El general Brusílov se pasó a las filas bolcheviques, cuando los polacos invadieron Ucrania; y la población ucraniana defendió favorablemente la causa nacionalista ante los invasores polacos. Los anti-bolcheviques estaban más divididos que los comunistas. Los soviets aplicaron políticas federalistas y las nacionalidades se tranquilizaron; la política agraria causó la adhesión del campesinado. Los blancos significaron la vuelta de los terratenientes como propietarios de las tierras y el gobierno de la unidad blanca. El gobierno bolchevique representó, en su propaganda gubernamental, la defensa de Rusia ante los extranjeros. Esta moral rusa se reforzó con la creación del Ejército Rojo en 1918, integrado por los jóvenes obreros, los campesinos y los antiguos soldados; sus oficiales se originaron en las tropas y en el antiguo ejército. Estos soldados eran los desertores de la Primera Guerra Mundial, que abandonaron el frente y se negaron a luchar; a ellos se agregaron los campesinos dispuestos a luchar ante la vuelta del régimen político derechista. Totalizaron 350.000 soldados en octubre de 1918 y aumentaron a 1.500.000 en mayo del año siguiente. La cercanía de las tropas de Yudénitch a Petrogrado y las de Denikín en Orel movilizó a los obreros de las fábricas, quienes se armaron para la guerra. En Ucrania, el 90 % de los miembros del partido comunista se alistaron para enviarlos a la guerra contra los enemigos del bolchevismo. El Ejército Rojo era superior por sus efectivos; su posición central y la capacidad para maniobrar, con la utilización de sus transportes, favorecieron a los comunistas en esta guerra contra los blancos (monárquicos) y los extranjeros.
Las consecuencias de la guerra civil, con la intervención militar extranjera.
La escasa fuerza militar aliada intervencionista no fue suficiente para derrotar al bolchevismo; a esta realidad se sumó la incapacidad y la impotencia de los gobiernos blancos, creados artificialmente y auxiliados. El programa propuesto de la monarquía constitucional no alcanzó a vencer el temor ruso por la vuelta al régimen social anterior. Pero la intervención militar aliada prolongó la guerra civil. Los pobladores del país, especialmente de Siberia y de Ucrania, soportaron la opresión más extremista. Fueron abundantes los saqueos y las miserias; la represión muy violenta y sangrienta prolongó la guerra civil y el intervencionismo extranjero, durante 3 años. Se exiliaron los blancos vencidos: los aristócratas, los industriales, los oficiales, los comerciantes y los soldados que combatieron en los ejércitos de Koltchak y Wrangel; los representantes de las clases liberales, los socialistas revolucionarios y los intelectuales, en una cantidad de 2 millones, se fueron de Rusia. Los ucranianos y los georgianos se refugiaron en Manchuria. Bulgaria, Checoslovaquia, Yugoslavia, China, todo el Oriente, Francia y hasta América acogieron a los refugiados. Ellos se tuvieron que adaptar a las sociedades de los países que los recibieron y muchos soportaron las miserias económicas (CROUZET. 1981. T. VII, pp 234 a 238)
Los desacuerdos entre los aliados anti bolcheviques.
Al finalizar 1918 participaron 180 mil militares aliados en el suelo ruso: los franceses, los norteamericanos, los japoneses, los griegos, los italianos, los serbios y los checos; a esta fuerza militar se agregaron 300 mil rusos, enemigos de los bolcheviques, que contaron con las armas, el dinero y los consejos técnicos extranjeros.
Gran parte de la opinión pública de Occidente no creyeron en el expansionismo bolchevique, sino en una Rusia debilitada, impregnada de internacionalismo. El general Denikin (Antón Ivánovich Denikin).y el almirante Kolchak eran, para esta gente, el imperialismo del zarismo ruso. Los aliados se decepcionaron con el almirante Kolchak, porque no aceptó independizar Finlandia ni los Estados bálticos; tampoco quiso las elecciones de la democracia en Rusia. Denikin era contrario a los polacos; Ucrania, el Cáucaso y otros países chicos no fueron incluidos en ningún plan de libertad por este general, sino quiso restablecer el imperio del zar. Alrededor de 100 mil judíos fueron eliminados por su tropa, en 1919, porque culpó al judaísmo de la revolución bolchevique.
Los jefes militares antibolcheviques no coincidieron con los nacionalistas oprimidos. Denikin se dirigió a Moscú, después de la caída de Kiev, pero los militares aliados fueron evacuados del norte. Lenin aprovechó y envió su ejército al sur. Los militares del general Yudenich estuvieron a 40 kilómetros de Petrogrado, el 10 de octubre de 1919. Denikin estuvo en las cercanías de Tula (oeste de Moscú), en esta fecha. Siete días después, los cosacos se retiraron de la guerra civil rusa, los nacionalistas se alzaron en Ucrania y una “rebelión general” ocurrió en el Cáucaso. La causa blanca estuvo perdida a fines de este año (JOHNSON. 2000, pp 99, 101 y 102).
El comunismo de guerra del gobierno de Lenin. La transición económica hacia el socialismo.
Una década de la N.E.P. de Lenin, mezcla del capitalismo y el socialismo.
El campesinado ruso pobre era un aliado importante para el gobierno de Lenin, porque muchos de sus miembros lucharon contra los blancos de la derecha ideológica, para tener sus tierras. El 80 % de la población de este país perteneció al ámbito rural y este porcentaje tan alto lo convirtió en un aliado muy valioso para atraerlo hacia el socialismo. El proletariado industrial era el aliado tradicional de los marxistas europeos, pero en Rusia reunió a un número más insignificante de obreros.
Desde el inicio de su gobierno, Lenin necesitó de una década para la economía de transición hacia el socialismo. Mantener la alianza, sin conflictos graves, con los campesinos y destruir a los contrarrevolucionarios eran importantes para consolidar la economía comunista. Esta transición económica era necesaria para Lenin y sus primeras políticas gubernamentales no eran socialistas, sino se originaron en las ideas provenientes de una burguesía más radicalizada; el gobierno comunista no quiso expropiar las empresas privadas sino controlarlas. Los bancos, las empresas de seguros y los negocios monopólicos: el petróleo, la metalurgia, la hulla y el azúcar se nacionalizaron; los industriales y comerciantes fueron agrupados en los sindicatos y se crearon sociedades para el consumo. Lenin utilizó este tiempo para capacitar a sus dirigentes políticos, destinados a dirigir las empresas socialistas. Su gobierno aumentó las propagandas gubernamentales sobre la importancia de la revolución socialista para la economía del pueblo.
Para su administración gubernamental, Lenin utilizó a los técnicos burgueses y a otros funcionarios del anterior gobierno del Zar. El leninismo trabajó con los propietarios, por su importancia económica en dicha transición. La derecha política era muy contrarrevolucionaria y no favoreció a la economía comunista. Lenin adelantó sus políticas socialistas para transformar a la economía. Los contrarrevolucionarios dificultaron la aplicación del Código de Trabajo de 1918; el comunismo gubernamental exigió trabajar a todos los ciudadanos aptos y asumió el control de las industrias. También nacionalizó los bancos, las tierras y el comercio exterior. Además, el gobierno comunista creó cooperativas de consumo, confiscó las fincas de los campesinos ricos y prohibió la propiedad territorial, para favorecer la economía estatal. Otras políticas aplicadas fueron: la prohibición del trabajo asalariado en la agricultura y el reparto de las tierras entre los nuevos campesinos propietarios. El gobierno de Lenin fundó comités agrarios, integrados por dos grupos del campesinado: los pobres y los medianos, para controlar las entregas de las tierras.
El Estado eligió no recaudar los impuestos y careció de dichos ingresos económicos. La economía era crítica; los propietarios no cuidaron las herramientas y los equipos para el trabajo rural. Con el transporte estropeado y sin una economía de explotación racional, el campo no abasteció a la ciudad con sus productos en cantidad necesaria; la producción de trigo disminuyó ¾, comparada con la administración zarista. La decadencia económica era todavía peor, porque la producción minifundista era muy inferior a la economía de los terratenientes de la época monárquica; los campesinos pobres no contaron con los capitales económicos, las máquinas ni las herramientas de los campesinos ricos. Las urbes perdieron gran parte de su población porque cambiaron las políticas económicas; Petrogrado y Moscú disminuyeron sus habitantes con porcentaje altos, el primero hasta un poco más de 50 % y el segundo con 45 %.
Las industrias soportaron esta crisis económica; en 1920, su producción en la fundición era 2,4 % menos que en 1913 y el acero disminuyó un 4 %. También otros productos manufacturados bajaron: el algodón industrial cayó un 5 % y el azúcar un 5,8 %. Las mercancías destinadas al consumo bajaron en un porcentaje del 1/8 con respecto a 1912. La mano de obra asalariada cayó un 24 % y los ferrocarriles disminuyeron un 37 %. Las movilizaciones, las bajas de la guerra revolucionaria y las migraciones de los habitantes de las ciudades hacia los campos, para conseguir trabajos y alimentos, resultaron en una merma del 34 % en la cantidad de los obreros disponibles para la construcción. (CROUZET. T. VII, 1981).
El comunismo de guerra.
La finalidad del “comunismo de guerra” fue reglamentar el consumo y la producción. Se nacionalizaron las empresas con 5 empleados y con un motor disponible para los trabajos; también las de 20 empleados, pero sin utilizar ningún motor. La gran industria y las mayorías de las empresas medianas y chicas fueron expropiadas; el control de las empresas por los obreros cambió por la gestión de estos últimos. El director de cada una de estas empresas, era designado por los sindicatos y un consejo obrero, integrado con los miembros elegidos, acompañó al mismo en su gestión económica. El gobierno creó una dirección central para la producción de las diferentes industrias y monopolizó los cereales. También formó “los comités de los campesinos pobres” para anular la resistencia política de los campesinos ricos y confiscar sus reservas de trigos, destinadas para la economía estatal; otras de sus funciones eran: entregar las semillas, además de otros “recursos agrícolas” a los campesinos y fijar los salarios de los trabajadores rurales. Los miembros de dichos comités, inspeccionaron las cooperativas y los mercados. El gobierno comunista creó “las granjas colectivas y de consumo”, pero estas últimas apenas alcanzaron el 1 % del total de la economía rural.
Ucrania era la gran proveedora de los productos agrícolas para la economía rusa; pero la guerra se prolongó durante 6 años y arruinó su agricultura. El gobierno comunista necesitó de los alimentos de la agricultura de otras economías rurales y realizó las requisas en los campos de los propietarios: los grandes, los medianos y los pequeños; los minifundistas fueron afectados para obtener los excedentes de las cosechas. Las resistencias antigubernamentales de los campesinos ocurrieron por estas pérdidas económicas. El campesinado no solamente se levantó contra el gobierno de Lenin y se dedicó a producir nada más que para su subsistencia, sin aportar los alimentos para el Estado. Los resentimientos de los campesinos aumentaron, porque desde las ciudades no se enviaron los productos industriales al campo. En las ciudades faltaron los alimentos agrícolas y en el campo carecieron del petróleo, los objetos manufacturados y el jabón. Los campesinos sembraron 1/3 menos y las cosechas de 1920 disminuyeron un 2/3 en 1917 y un 50 % al año siguiente. Los campesinos pobres fueron aliados de la revolución comunista por el reparto de la tierra, pero los sacrificios exigidos por la guerra eran muchos, porque ellos fueron obligados a servir en el ejército y a proveer de los alimentos al Estado; estas penurias económicas no favorecieron la cohesión revolucionaria del comunismo. Además, después de la victoria comunista, los campesinos eran los dueños de las tierras y ya no temieron a los blancos (los monárquicos). La crisis económica causó: los conflictos entre los campesinos y el gobierno de Lenin, una gran inflación monetaria, el papel moneda cambiado por vales y la creación de un sistema de trueque entre los obreros y los empleados del gobierno. Los pagos en especies no evitaron los precios altos de la inflación. La moneda prácticamente desapareció.
Los enfrentamientos entre los habitantes de las ciudades y los campesinos, la desintegración social, el empobrecimiento de las fuerzas de la producción y la escasez de los productos terminaron con “el comunismo de guerra”.
La finalización de la Nueva Política Económica.
Después de concluir la guerra civil, el gobierno comunista permitió el capitalismo privado para reconstruir la economía. El Estado apoyó a las pequeñas industrias privadas y al desarrollo económico del campo; ambas economías fueron complementarias. El gobierno de Lenin optó por no incautar la propiedad privada, sino únicamente cobró un impuesto en especie a los propietarios. Pero esta declinación del socialismo era solamente temporal, porque no tardó en aplicarse las políticas socialistas y éstas se incluyeron, posteriormente, en las bases del “Plan quinquenal”; la nacionalización, la movilización laboral, el control de la industria y otras políticas se abandonaron, especialmente las referidas a la moneda y a la economía. Varias empresas fueron estatizadas: las dedicadas a los créditos, los transportes, el comercio exterior y las industrias; estas empresas totalizaron el 92, 4 % y los trabajadores alcanzaron el 84,5 %. En las cooperativas y en las empresas privadas, los trabajadores y la producción de cada una de ellas fueron inferiores en cantidad; en la primera de estas sociedades económicas, su producción era de 2,7 % y la mano de obra asalariada era de 15 %; en la segunda, con su capital económico privado, trabajaron el 2 % y su producción era el 4,9 %. La economía industrial se caracterizó por la escasez de su producción.
El gobierno aplicó “la Nueva Política Económica”, desde 1921, para aumentar la producción rural e incentivar la economía industrial. El trueque fue sustituido por la economía monetaria, los excedentes de las mercaderías fueron comercializados por sus productores en el mercado libre (CROUZET. 1981. T. VII, pp 238 a 248 ).
La muerte de Lenin en 1924.
Los tres nuevos organismos soviéticos.
En la primavera de 1919 se reunió el Octavo Congreso del partido, para agregar tres nuevos organismos; uno de ellos era el Buró de organización (Orgburó), destinado a dirigir el partido diariamente; otro organismo era el secretariado del Comité Central, integrado por 5 miembros; el tercero era el Organismo Político o Politburó, con 5 miembros, ocupado de las decisiones de los asuntos más urgentes. La integración de estos organismos fue interrelacionada, para impedir los enfrentamientos entre ellos. El Politburó y el Orgburó contaron con Stalin.
La concentración del poder político.
Entre 1919 y 1921, Stalin colocó a sus hombres en el gobierno soviético, para tener la maquinaria estatal dócil, disciplinada y homogénea; las jerarquías del partido, los órganos de la Unión Soviética y los funcionarios del gobierno fueron afectados por esta política de desplazamiento gubernamental stalinista. Stalin conoció, por su trabajo, a las personalidades soviéticas y armó su propio grupo de funcionarios incondicionales, porque era el proveedor de los puestos públicos.
El Décimo Congreso del Partido convirtió a Stalin en secretario privado y sus ayudantes fueron Molotov y Kuibysher. La maquinaria estatal quedó en poder de Stalin. El bolchevique Preobrazhensky se quejó por la concentración del poder político en Stalin, porque se ocupó de los comisariatos, el Orgburó y el Politburó y 12 comités del partido.Tiempo después, Lenin sufrió su primer ataque cerebral (1922).
En el último Congreso del Partido que contó con la presencia de Lenin, este líder bolchevique destacó la importancia de la lucha contra los enemigos del oficialismo, para castigarlos con la cárcel o el fusilamiento; los contrarrevolucionarios y la intervención extranjera, el espionaje y el bloqueo se condenaron. Lenin no quiso tomar una licencia larga, decidida por el Orgburó en junio de 1921, después de sufrir de jaquecas muy severas. Lenin volvió a trabajar un poco en julio. El Politburó comunicó las nuevas órdenes para proteger la salud de Lenin. En septiembre trabajó normalmente, pero en el mes siguiente su empeoró y descansó en su casa rural de Gorki. Lenin sufrió el primer ataque cerebral el 25 de mayo de 1922. Estuvo varios meses sin trabajar; el 2 de diciembre volvió a sus tareas, pero el Comité Central aplicó un “régimen riguroso” para cuidar su salud y no pudo acceder a la documentación. (En diciembre de 1922 quedó paralizado en su lado derecho, por otro ataque cerebral). Stalin supervisó el estado de la salud de Lenin.
Su fallecimiento.
El testamento de Lenin fue dictado el 24 de diciembre. Criticó el excesivo poder de Stalin y el peligro de su uso, Otra nota fue dictada por Lenin el 30 de diciembre, para mostrar su contrariedad con Stalin y su Comisión de Control. En postdata de su testamento, escrito el 4 de enero de 1923, Lenin tachó de grosero a Stalin y su propuesta, para sus camaradas, era el alejamiento de Stalin de todos sus cargos públicos. El 5 de mayo se quejó del maltrato telefónico a su esposa, por parte de Stalin; Lenin amenazó con romper su relación gubernamental con Stalin. El habla, el pensamiento y el movimiento de Lenin se perdieron por su ataque cerebral del 9 de marzo de 1923. Otro infarto cerebral, en enero de 1924, causó su muerte (JHONSON. 2000, pp 111 a 116).
El gobierno de Stalin (1924-1953).
Iósif Vissariónovich Dzhugashvili (Iósif Stalin o José Stalin). Su estatura era de 1,60 m, pero gobernó a muchos eslavos muy gigantes. La importancia de la superestructura, con su ingeniería social.
Lenin murió en 1924 y subió José Stalin, el secretario general del Partido Comunista (Panruso) y heredero de una autocracia ya completada, pero con la idea de eliminar a sus rivales políticos en el comunismo. Este burócrata fue un seminarista en una época anterior (jOHNSON. 2000, pp 327 y 328).
La federación estatal centralizada.
Tres constituciones: 1918, 1924 y 1936 rigieron en Rusia, desde la revolución bolchevique de octubre hasta la Segunda Guerra Mundial. La confederación, concretada en 1924 y confirmada en 1936, fue constituida por un gobierno federal, similar a otros estados federales en el mundo. La dirección estatal y la elaboración de los planes quinquenales, para concretarlos después, fueron sus responsabilidades. Era soberano “en los asuntos comunes”, encargados a los comisarios y después a los ministros; sus funciones eran: la guerra y la marina, las relaciones exteriores, las comunicaciones, los transportes y otras. Los gobiernos locales se atribuyeron: la instrucciòn (la educación) pública, la administración de la justicia, la higiene, los servicios sociales y la administración interior, pero recibieron las “directivas de carácter general”.
El gobierno soviético contó con varios organismos. El Congreso de los Soviets de la Unión se reunió cada 24 meses. El Comité Central Ejecutivo de la Uniòn (Tsik) se convirtió en Soviet Supremo y fue elegido por el Congreso; se reunió cada 6 meses y fue compuesto por dos Cámaras. El Soviet de la Unión se eligió en proporción a los habitantes de cada territorio y república. En el Soviet de las Nacionalidades fueron representadas: las repúblicas federadas, con 5 diputados (posteriormente 25) por cada una de ellas, las repúblicas autónomas con 5 (después 11), las regiones autónomas con 1 (luego 5) por cada región y el distrito regional contó con un representante. El Presídium fue elegido por los dos consejos (el Soviet Supremo con sus dos cámaras), con 27 integrantes provenientes de los dos consejos y otros 9 “elegidos en común”; era el Jefe de Estado colegiado y funcionó por delegación “permanente de poderes” del Soviet Supremo, cuando no estaba sesionando; sus prerrogativas eran similares al presidente norteamericano. El Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom) se subordinó al Soviet Supremo y al Presidium. Las repúblicas se ocuparon de la educación superior (CROUZET. 1981. T. VII, pp 282 y 283).
La colectivización de la agricultura.
La producción agrícola deficiente.
En 1927 la producción de cereales en la U.R.S.S. no alcanzó la cantidad lograda antes de la Primera Guerra Mundial. Otros productos agrícolas aumentaron, pero era preocupante la disminución y la poca productividad del trigo. El 37 % del cereal era destinado a las ciudades soviéticas y la crisis afectó a sus pobladores.
La gran explotación agrícola, propiedad del terrateniente, desapareció a favor de la distribución de las tierras a los minifundistas, por la revolución socialista, pero causó la disminución de la producción agrícola y aumentó el hambre en la ciudad. La falta la alimentación afectó negativamente al ejército y la crisis agrícola fue perjudicial para la ganadería. (CROUZET. 1981. T. VII, pp 260 a 264 ).
Los kulaks.
Ante la crisis económica, el gobierno intentó aumentar la producción de la agricultura y aplicó su economía socialista, contra el capitalismo de la gran explotación económica privada de los kulaks (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946). Para el campesinado pobre de Rusia, el kulak (puño) era un al mal campesino, pero como clase social fue un invento del oficialismo bolchevique para su purga política, afirmó Paul Johnson (JOHNSON. 2000, p 339).
No era posible mejorar la economía soviética con los minifundistas, sino a través de la gran empresa socialista y su economía colectivista. Para concretar esta nueva economía, la colectivización del campo y eliminar a los kulaks, la clase social de los privilegiados, eran políticas necesarias La colectivización rural se realizó simultáneamente con el Primer Plan Quinquenal. (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
La gran explotación agrícola colectiva.
El Partido siguió las políticas de Lenin sobre la necesidad de la gran empresa agrícola colectiva, aún después de su muerte en 1924. Las indicaciones dejadas por él, eran para salir de la miseria y el hundimiento de la economía de las pequeñas explotaciones agrícolas y sustituirlas por la gran explotación agrícola colectiva: las cooperativas (artels) (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
El XV Congreso del Partido, reunido en 1927. El argumento de Stalin.
El 2 de diciembre de 1927, se reunió el XV Congreso del Partido, con 898 delegados presentes con voz y voto y 771 con voz únicamente. Ellos representaron a 887.233 afiliados y a un total de 348.357 aspirantes. En este congreso, Stalin argumentó sobre la importancia de aniquilar a los elementos capitalistas de la U.R.S.S. El minifundio era incompatible con la técnica moderna y Stalin habló de solucionar la crisis agrícola, con el cultivo común del suelo, con las técnicas, los tractores y otras maquinarias (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946). Las tareas del XV Congreso fueron:
-Acordar la obra de colectivización agrícola con la creación de una red integrada por los koljoses (las cooperativas campesinas) y los sovjoses (estas granjas soviéticas no tuvieron el carácter cooperativo de los koljoses, sino que se caracterizó por su dependencia directa del Estado).
- Desarrollar una ofensiva contra la clase de los kulaks, restringir el capitalismo en el ámbito rural y dirigir a la economía campesina hacia el socialismo.
- Eliminar al bloque trotskista zinovievista.
Las purgas políticas del oficialismo, el sabotaje minero y los nuevos técnicos comunistas.
La expulsión del bloque trotskista-zinovievista del Partido Comunista.
El Congreso XV acusó al bloque trotskista-zinovievista de realizar “lucha antisoviética” y tener un programa político incompatible con el Partido bolchevique. Los integrantes de este bloque fueron expulsados: Radek, Rokovski, Preobrazbenski, Piatakov, Ismithov, Serebriakov, Kamenev, Safaron, Sarkis, Lifsjitz, Smilga, Mdivani y los miembros del grupo centralistas democráticos: V. Simirnov, Sapronov y otros. Posteriormente, Trotski, Radek y otros fueron acusados oficialmente de “espías de los extranjeros”, enrolados en los servicios secretos de los países capitalistas. Zinoviev, Kamenev y otros fueron acusados de colaborar con el capitalismo extranjero antisoviético. Algunos expulsados del Partido fueron readmitidos, pero sometidos a un período de prueba, aunque no duraron mucho y terminaron expulsados por sus actividades anti soviéticas (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
La destrucción de Trotsky no fue difícil para Stalin, porque las luchas entre los revolucionarios eran más por el temor y la ambición que por los programas comunistas. Zinoviev y el general Kamenev coincidieron con la izquierda de Trotsky, pero Stalin trabajó con ellos para no permitir un golpe estatal del Ejército Rojo de Trotsky. Esta estrategia política de Stalin fue hecha en 1923, cuando Lenin estaba en coma (murió al año siguiente). Stalin fue apoyado por dichos aliados para detener a Sultán-Galiyev (Mirsaid Sultán-Galiev). El Comité Central y otras organizaciones políticas locales recibieron a más leales de Stalin. Zinoviev y Kamenev sirvieron a Stalin para convertirlo a Trotsky en un hereje del comunismo, por sus disputas con Lenin en una época pasada. Trotsky fue apartado de la conducción del ejército en enero de 1925, por la decisión del Partido Comunista. Su expulsión del Politburó ocurrió en octubre de 1923 y se exilió en México, pero fue asesinado por un espía de Stalin en 1940. Trotsky, Kamenev y Zinoviev afirmaron que era necesario coaccionar y hasta aplastar a los campesinos para hacerlos obedecer; Stalin los expulsó por este argumento político, contrario al campesinado aliado de la revolución comunistas (JOHNSON.2000, pp 330 a 332).
El oficialismo contra los kulaks.
El Partido bolchevique hizo su purga política para excluir del socialismo gobernante a los grupos: primero trotskista-zinovievista y el segundo Bujarista. Al primero de ellos, el oficialismo acusó de oponerse a la colectivización y “la edificación del socialismo”; el segundo grupo era imputado por diversas causas: la oposición a los koljoses, su insistencia sobre el fracaso de estos últimos y la defensa de los intereses económicos de los kulaks y favorecer a la burguesía. Los bujaristas argumentaron sobre la incorporación de los kulaks al socialismo y descartaron el peligro político del enriquecimiento burgués, para el Gobierno Soviético (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
La ofensiva oficialista del comunismo y la resistencia de los kulaks.
Los kulaks se negaron a las ventas al Gobierno Soviético de los sobrantes del trigo cosechado por ellos y acumularon gran cantidad de esta producción en sus graneros. El Partido Comunista culpó a los kulaks de utilizar el terror contras sus militantes, los koljosianos y los soviets en la aldea. El oficialismo comunista culpó a los Kulaks de incendiar los koljoses para destruir los cereales acopiados por el Estado; esta acusación del oficialismo fueron: causar el hambre con la falta de pan entre los obreros y soldados e impedir “el carácter de masa” de los koljoses.
La aplicación del artículo 107 del Código Penal, contra los kulaks.
De acuerdo a las políticas del XV Congreso, el Partido Bolchevique concretó su ofensiva contra los kulaks. El gobierno comunista aplicó el artículo 107 del Código Penal contra el acopio ilegal de los sobrantes del trigo de los kulaks, porque se negaron a venderlos a “precio de taza”dichos y estos productos agrícolas fueron confiscados. Los soviéticos entregaron el 15 % del trigo mencionado a los campesinos pobres, a través de una serie de franquicias. Los kulaks fueron perjudicados por la alianza bolchevique con el campesinado y perdieron más poder político en el ámbito rural.
En 1928, el Estado Soviético aumentó las reservas de trigos y mejoró económicamente el movimiento de los koljoses.
El sabotaje en la minas de Shajti.
En el mismo año, el gobierno comunista desbarató un sabotaje en las minas del sector de Shajti, ubicadas en la cuenca del Donetz (Donets). El grupo saboteador fue integrado por varios técnicos contrarrevolucionarios y quiso el fracaso de la extracción de la hulla y la destrucción de las máquinas utilizadas en las minas. Los acusados fueron sometidos a la justicia de los Tribunales. Stalin aconsejó formar técnicos soviéticos capaces para sustituir a los técnicos menos confiables para el oficialismo.
La preparación de los nuevos técnicos soviéticos.
El Comité Central se ocupó del ingreso de miles de comunistas a las escuelas técnicas superiores, para su capacitación laboral y formación profesional.
La expulsión del bloque Bujarin-Rykov.
El grupo Bujarin-Rykov se unió con el Partido contra el bloque Trotskista; ante el ataque del Gobierno Soviético contra los kulaks, este grupo se enfrentó con los bolcheviques para defender a dicha clase económica. El bloque Bujarin exigió la abolición de las medidas extraordinarias del Gobierno Soviético, porque eran contrarias a los intereses económicos de los kulaks. El oficialismo comunista acusó a sus integrantes de favorecer la ideología burguesa, contraria a la lucha de clases. Para la tesis leninista, solamente con la aniquilación del enemigo de clase era posible la extinción de dicha lucha de clases.
El 10 de julio de 1928 se reunió el Comité Central y Bujarin dijo que los kulak no eran peligrosos ante las ametralladoras de los comunistas, pero la colectivización rural forzada era resistida por el campesinado. Bujarin se juntó con sus aliados: el jefe nominal de dicho gobierno Rykov y el jefe de los sindicalistas,Tomsky, el 11 de julio del mismo mes, para enfrentar a Stalin (JOHNSON. 2000, pp 332 y 333).
El bloque Bujarin-Rykov se organizó para resistir el ataque de los bolcheviques, reunió en sus filas a la juventud burguesa e integró a su grupo a estas gentes: Maietsh, Slepkov, Goldemberg, Aijenwald y otros. Con Tomski, se agregaron los dirigentes de la burocracia sindical: Dogadov, Melnieranski y otros. Con Rykov, se unieron los dirigentes disidentes de los soviets: A. Smirnov, V. Schmidt, Eismont, etc. Otro grupo aunque era del Partido en Moscú, reforzó su organización opuesta al oficialismo: Uglanov, Ujanov, Kotov, Yagoda, Riutin, Polonki, etc. (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946). Sin el apoyo de Yagoda de la OGPU ni de otros partidarios armados, Tomsky y Rykov fueron obligados a renunciar a sus cargos; los tres confesaron públicamente sus errores (JOHNSON. 2000, p 333).
También otro grupo de derecha era de Moscú, pero sus integrantes no atacaron las políticas del oficialismo comunista. Uglanov y otros eran los activistas contra el Partido bolchevique. En la prensa oficialista de Moscú y en las reuniones del mismo, dicho grupo moscovita enemigo, argumentó sobre realizar concesiones a los kulaks y disminuir los impuestos aplicados a los mismos. La exposición del disidente Uglanov fue sobre respecto del pueblo agobiado por la industrialización y la importancia de sustituir la industria pesada por la ligera; este político era opuesto a la construcción de la central Dnieper. Uglanov y sus seguidores fueron acusados de pertenecer a un grupo ideológico de desviación derechista (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946).
El asesinato del probable sucesor de Stalin: Sergio Mironovich Kirov, en 1934.
Serguéi Kírov o Sergio Mironovich Kirov fue asesinado, con un revólver, el 7 de diciembre de 1934, en el Smolny, ubicado en Leningrado. El oficialismo bolchevique acusó de este crimen a un asesino perteneciente al grupo de Zinóviev, con centro en Leningrado y dedicado a asesinar a la dirigencia del Partido Comunista (COMITÉ CENTRAL DEL P.C. (b) DE LA U.R.S.S., 1946, p 445).
El asesino de Kirov, en el Instituto Smolny, fue Leonid Vasílievich Nikoláev. La custodia de Kirov fue retirada por el jefe de la NKVD de Leningrado: Yagoda. Jruschov afirmó, en 1956 y después en 1961, que Stalin fue el responsable de la muerte de Kirov, debido a la popularidad de dicho dirigente comunista y porque no quiso ningún sucesor de su liderazgo; además, Stalin utilizó este crimen para aplicar su purga política entre los comunistas. El jefe de la seguridad de Kirov era Broizov y murió por los garrotazos, ordenados por Stalin. La ejecución de Nikoláev fue realizada el 29 de diciembre y otros cien individuos, acusados de “blancos”, terminaron fusilados; 40 mil residentes de Leningrado fueron enviados a los campos como prisioneros. Los habitantes de esta ciudad, que supieron algo importante sobre este crimen, no sobrevivieron o se perdieron en el archipiélago de Gulag. (JOHNSON. 2000, pp 372 y 373).
El “Gran Terror”de las purgas stalinistas.
Zinoviev o Grigori Yevséievich Zinóviev y Kamenev fueron arrestados por orden de Stalin, 14 días después del asesinato de Kirov. Ellos terminaron enjuiciados en 1936 y asesinados 24 horas después de la terminación del juicio. Con posterioridad a estas muertes, Stalin ordenó a Yagada la ejecución de 5 mil afiliados al Partido Comunista, que estuvieron presos. Yagoda fue sustituido por Yezhov en el puesto de “comisario del pueblo de Asuntos Interiores” y se inició la purga en la policía política. El último integrante del Politburó, antiguo amigo de Stalin, Ordzhonikidze fue otra víctima de esta purga.
En 1937, Stalin no encontró ningún impedimento para asesinar a sus rivales políticos y los comunistas Rikov y Bujarin murieron. Desde 1936, quiso eliminar a todos los enemigos de su régimen gubernativo; 3 mil oficiales de la policía política y el 90 % de “los acusadores” . El general de caballería Schmidt fue el primer militar asesinado por esta purga. Stalin incluyó en su lista de víctimas al mariscal Tujachevski, jefe del Ejército de la Unión Soviética. Otros 7 altos oficiales y 30 mil oficiales, la mitad de la oficialidad, cayeron en la purga militar. casi todo los generales y los coroneles fueron víctimas. Stalin quiso destruir a todos lo revolucionarios comunistas, anteriores a su gobierno. Solamente dos de una totalidad de 150 representantes del XVII salvaron sus vidas. Este oficialismo bolchevique eliminó a un millón de afiliados al Partido Comunista (JOHNSON. 2000, pp 373, 374 y 375).
Los campos soviéticos de la exterminación.
Los “campos de la muerte” soviético eran de diferentes clases. Existió el campo para la viuda, los huérfanos y los familiares de los oficiales del ejército asesinados. Otras cárceles fueron los orfanatos para los hijos de “los enemigos del pueblo” ; la hija del mariscal Tujachevski: Svetlana terminó muerta después de tener “la edad suficiente”, como era común en estas prisiones. El NKVD (el Comisariado del pueblo para Asuntos Internos) realizó sus masacres con las ametralladoras en estos campos; un ejemplo fue el asesinato de 40 mil individuos en el campo Kolyma. Los campos para extraer el otro y “el castigo especial” asesinaron a muchos presos. La duración de su vida era un mes para el trabajador esclavo. La política de Stalin causaron 10 millones de muertos (JOHNSON. 2000, pp 378 y 379).
La colectivización forzada.
Stalin decidió exterminar a todos los kulaks el 27 de diciembre de 1929. La organización de la colectivización agraria estuvo a cargo de la OGPU, pero el gobierno soviético utilizó todas las alternativas posibles para apurarla. El campesinado fue incentivado ideológicamente, para ocupar las tierras expropiadas de los kulaks y a perseguirlos. Todos opositores fueron considerados kulaks y las poblaciones que se resistieron fueron cercadas por los policías y los militares, subidas a los camiones, deportadas o ametralladas, a pesar de la recomendación de Stalin de no utilizar la violencia, el 2 de marzo de 1930. Los trasladados por la colectivización agraria fueron al Asia Central, a Siberia y al norte de Rusia (en Europa). La resistencia de los campesinos se manifestó en la quema de los granos, la destrucción de los utensilios para la labranza y los animales sacrificados: l00 millones entre las ovejas y las cabras, 30 millones de vacas y 18 millones de caballos. (JOHNSON. 2000, pp 338, 339, 340, 341 y 342).
Los planes quinquenales.
El programa económico de los planes quinquenales fue adoptado por el partido comunista entre los años 1928 y 1929. El artículo de Stalin “el año de la gran crisis” rechaza a la economía rural minifundista e impulsa la industrialización. La industrialización siguió un plan detallado y para su elaboración tardó 7 años y su puesta en práctica necesitó dos años más. La Comisión del Consejo de Trabajo y Defensa (Gosplan) actualizó las investigaciones económicas anteriores, para este programa de industrialización soviética.
El primer plan quinquenal (1928-1933). El primer plan quinquenal tuvo sus retrocesos y otras dificultades, por una cosecha pobre en 1929; en este año, la crisis económica mundial perjudicó la exportación y dicho plan no se pudo completar y se caracterizó por su desigualdad, los medios de transportes insuficientes y la escasa mano de obra, común y calificada. Antes los primeros resultados, el gobierno soviético apuró su plan industrial y quiso hacerlo en cuatro años, pero tuvo que renunciar porque la rapidez de colectivización agraria disminuyó la calidad de vida. En el segundo año de su aplicación, la hulla, la fundición y el acero no alcanzaron la cantidad exigida, pero mejoró en el tercer año con la puesta en funcionamiento de un grupo de fábricas muy grandes; en este año la mecanización de la agricultura favoreció el abastecimiento. Los resultados económicos fueron desiguales, algunos favorables y otros negativos. Las maquinarias fueron construidas y alcanzaron un 181,2 %, con respecto a esta planificación; la electrificación en el campo llegó a un 136 %; y la producción del petróleo totalizó un 102 %. La extracción de la hulla logró un 86 % ; el acero, un 57 %; y la fundición, un 62 %. Los arriendos de la ganadería faltaron y perjudicaron a las lanas (un 34 %) y el plan del azúcar apenas consiguió un 32 %.
El segundo (1933-1937) y el tercer plan económico quinquenal (hasta 1941). El primer plan quinquenal sacrificó a la industria pesada y al incremento de los suelos cultivados, para favorecer a otras economías: la industria ligera, los rendimientos de la agricultura y los transportes. El segundo plan quinquenal intentó la igualdad, aunque tuvo sus prioridades. Cuando culminó este plan, la industria pesada se incrementó un 6,9 veces desde 1928 y la industria ligera aumentó 3,9 veces. Este plan se concretó en un 102%, pero tampoco pudo con las desigualdades en los resultados económicos; en el calzado, un 107 %; en los laminados, 104 %; en el azúcar, 104 %; en la electricidad; un 96 %; en la fundición, un 91 %; en la hulla, un 89 %, en el algodón, un 64 %; y en la lana, un 46 %.
En la aplicación del tercer plan quinquenal, la invasión de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial perjudicó el desarrollo de las industrias químicas por los gastos militares, aumentados desde 1936; esta industria alcanzó un 70 % en 1941. Cuando llegó 1940, Rusia ya era un país industrial, la colectivización agraria era un hecho terminado y se convirtió en la tercer potencia mundial y la segunda en Europa. Este país estuvo en el segundo lugar en la producción de hierro, oro y petróleo; ocupó el tercer lugar en el mundo en la fundición, el acero, la energía eléctrica y el algodón; el cuarto en los motores de los automóviles, la producción de hulla, etc. La construcción de la central hidroeléctrica del Dnieper inferior, entre 1927 y 1932, permitió funcionar a 9 turbinas de 10 mil caballos de fuerza. La industria del caucho sintético cubrió el 50 % del consumo. La red de los canales y los ríos se incrementaron, en 1933, con la puesto en funcionamiento del canal Báltico y Mar Blanco; el canal Moscú-Volga fue otra obra, concretada en 1937. Los ferrocarriles recorrieron muchas tierras: el Transiberiano de Omsk a Tcheliabinsk, las líneas férreas Arkangel- Moscú y entre Moscúy-Jarkov. Otras redes ferroviarias llegaron al Turksib, las líneas Karanganda-Balkach, Urales-Kuznets y Urales-Karanganda. En la producción industrial mundial, Rusia ocupó el 13,1 % en 1932. El pánico económico de 1929 afectó a los países industriales capitalistas, pero no afectó de una manera similar a Rusia y multiplicó varias veces su producción (CROUZET. 1981. Vol. VII, pp 49 a 54).
El gobierno soviético concretó algunas obras muy grandes: el dique del Dniéper en 1932, la siderúrgica de Magnitogorsk, la fabricación de los tractores en Stalingrado y la minería de la Cuenca de Kuznetsk, ubicada en Siberia. Pero en la construcción del canal Báltico-mar Blanco trabajaron 300 mil esclavos. Otros esclavos políticos fueron obligados a trabajar en diversas obras: la minería del oro, los ferrocarriles y la forestación. (JOHNSON, 2000, p 342).
Capítulo 2.
El fascismo.
La guerra civil española (1936-1939) y el triunfo del militarismo fascista de Franco.
El gobierno de Primo de Rivera.
El general Primo de Rivera gobernó España, entre 1923 y 1930. Tuvo éxito con el problema de Marruecos, pero no aportó ninguna solución eficaz para recambio gubernamental (CROUZET. 1981. T. VII, p 225)
El socialista Largo Caballero colaboró con la dictadura de Primo de Rivera, para no favorecer el enfrentamiento sangriento y mejorar la situación del trabajador. La moderación de su socialismo permitió la transición pacífica entre la monarquía y la república (JOHNSON. 2000, p 401). España volvió al régimen constitucional en 1930, con los gobiernos de Berenguer y Aznar, pero la monarquía de Alfonso XIII cayó el 14 de abril de 1931 (CROUZET. 1981. T. VII, p 225).
Antonio Primo de Rivera y Sáenz Heredia nació en Madrid en 1903 y fue el hijo de Miguel Primo de Rivera, dictador de España entre 1923 y 1930. Él fundó la Falange Española en 1933. Otra creación de Antonio fue el Sindicato Español Universitario. La Falange y las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalista (J.O.N.S.) se fusionaron en 1934. El liberalismo, la democracia, el sufragio universal y los partidos políticos eran despreciados por él. Fue muy influyente entre los nacionalistas más extremistas de Latinoamérica, incluso para el nacionalismo católico argentino (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992, p 329).
La Segunda República.
La Segunda República tuvo dos bienios; el primero fue izquierdista y ocurrió entre los años 1931 y 1933; el segundo fue conservador y se prolongó desde 1933 hasta 1935. Los sucesos violentos europeos y los enfrentamientos ideológicos dividieron a la sociedad española (CROUZET. 1981. T. VII, p 225).
La violencia ni la legalidad de la izquierda fueron apoyadas por Largo Caballero, en la república, para no provocar a los militares y causar un golpe de Estado. Él no permitió el incendio de la casa del general derechista Mola, por parte de la militancia de la izquierda de su partido. La constitución reformista contó con su apoyo, autorizó las nacionalizaciones pero con el pago de las indemnizaciones. Largo Caballero construyó 7 mil escuelas, durante los primeros 12 meses de la república. Los anarquistas y los comunistas hicieron huelgas, pero Caballero decidió el uso de la artillería contra los huelguistas violentos. La derecha militar intentó un golpe militar en 1932, pero fracasó. Una ley de reforma agraria, bastante modesta, fue aprobada. Los sindicatos y el partido socialistas fueron penetrados por la ultraizquierda. Caballero se inclinó más hacia la izquierda, para recuperar el control de la importante federación sindical UGT. Los triunfos de Hitler en Alemania y del canciller austriaco Dollfuss convencieron a Caballero para dejar la moderación y pasar a la violencia en las calles. La crisis campesina no favoreció a la república. La reforma agraria no fue aplicada, por su falta de aceptación. Los precios de los productos del campo bajaron. Finalizó la emigración hacia el ámbito rural, con el regreso de 100 mil trabajadores. Las guardias civiles fueron violentas para terminar con las sublevaciones campesinas, dirigidas por los anarquistas. Los socialistas perdieron las elecciones de 1933 (JOHNSON. 2000, pp 401 y 402).
La izquierda abandonó la democracia en 1934. Largo Caballero, dirigente del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), hizo un llamamiento a una huelga agrícola en 1934, pero fracasó. Miles de campesinos fueron amenazados y trasladados, en camiones, a mucha distancia para su deportación. Caballero fue más extremista en octubre. La huelga general de Madrid no tuvo una acogida muy entusiasta. La independencia de la república catalana, en Barcelona, duró 10 horas. Un comité obrero, en Asturia, existió durante 15 días, pero su resistencia minera fue violenta y utilizó dinamita. Madrid y Barcelona no contaron con el levantamiento obrero. El general Francisco Franco se ocupó de la represión con cuatro columnas de militares, integrados por las tropas coloniales y el ejército regular.
Dimitrov presentó la idea del Frente Popular en agosto de 1935, durante el VII Congreso del Comintern. Franco temió la neutralización o la división del ejército, con la asunción gubernamental de la ultraizquierda; tampoco quiso la caída de la propiedad rural en poder de los comunistas. Este general era favorable a la preparación militar contra la ultraizquierda en España, al inicio de febrero de 1936, pero dudó del respaldo civil a la intervención militar (JOHNSON. 2000, pp 402 y 403).
El Frente Popular ganó las elecciones del 16 de febrero de 1936. La ultraizquierda sembró el miedo en la Confederación Española de Derechas Autónomas, liderada por Gil Robles, un republicano antimonárquico y antifascista. Esta derecha democrática no escapó del totalitarismo. Las Juventudes de Acción Popular, perteneciente a la CEDA, pasaron a la violencia contra la izquierda “antiEspaña”o antiespañola, el separatismo y la “francomasonería”. La JAP rechazó el diálogo con sus enemigos. La militancia extremista de la CEDA utilizó el miedo a la ultraizquierda, para convencer al electorado español en febrero de 1934. En su propaganda advirtió sobre el peligro de la victoria del Frente Popular, por la pérdida de la propiedad privada urbana o rural, quemada, saqueada o distribuida entre la chusma armada. El Frente Popular venció con menos del 50 % de los votantes. La izquierda agregó un millón de votos más. La derecha se incrementó con 750 mil votos. Los diputados comunistas eran 17, pero aumentó su influencia cultural. La diputada Dolores Ibarruri, la “Pasionaria”, fue culpada del asesinato a mordiscos de un sacerdote. Eran muchos los religiosos del clero en España: 35 mil sacerdotes, 600 mil monjas y 20 mil monjes. El Obispo de Jaén y su hermana murieron, ante una multitud de 2 mil testigos, por la criminalidad de la miliciana “Pecosa” (Josefa Coso “La Pecosa”). Un grupo de sacerdotes fueron enterrados, quemados vivos o perdieron sus orejas. La izquierda no quiso esperar un segunda vuelta, dispuesta por “un refinamiento constitucional”, para formar su gobierno. Liberaron a los presos de la cárcel de Orvieto. Varios templos religiosos cristianos fueron incendiados. La izquierda quiso echar del Parlamento a los diputados de la CEDA, con el argumento de “irregularidades”. Esta campaña izquierdista se extendió al presidente Alcalá Zamora.
El agente de la Comintern ( la Internacional Comunista) Vittorio Codevilla y el dirigente de la Juventud Socialista Santiago Carrillo lograron unir a los militantes comunistas con los socialistas; 40 mil socialistas sirvieron a los comunistas. El Frente Popular presentó su programa revolucionario en las Cortes, sin considerar a la oposición política. La posibilidad de una guerra civil, porque la izquierda no respetó la legalidad de los representantes de la mitad del electorado español, fue una advertencia de Robles en las Cortes. Robles advirtió, en junio, sobre la violencia en España: 269 crímenes (mayormente asesinatos políticos), 160 templos cristianos quemados, 69 oficinas destrozadas, 1287 agresiones,, 10 diarios asaltados, 228 paros parciales y 111 huelgas generales (JOHNSON. 2000, pp 402, 403, 404 y 405). Siete mil religiosos, cerca del 13 % del total, fueron asesinados en España. Estas víctimas eran mayormente sacerdotes y monjes, pero muy pocas monjas. En una diócesis de Cataluña, en Girona, 6 mil imágenes religiosas fueron destruidas. La izquierda revolucionaria y el anarquismo denunciaron estos hechos violentos, porque sus militantes eran revolucionarios anticlericales, que quisieron cambiar toda la realidad ideológica de España, pero el gran enemigo de ellos era el capitalismo (HOBSBAWM. 1977, pp 83 y 84). José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia fue procesado por el Frente Popular y murió fusilado (FLORIA y GARCÍA BELSUNCE. 1992, p 329).
Los socialistas estuvieron divididos. Uno de sus líderes Indalecio Prieto fue un moderado que no coincidió con Largo Caballero; él criticó la violencia izquierdista, porque era una provocación para el alzamiento militar, pero no fue escuchado. La clase media, los artesanos, los dueños de las fábricas, los oficiales del ejército y la policía eran contrarios a la violencia de la ultraizquierda; la ocupación de los campos por los anarquistas, las huelgas en las industrias y los enfrentamientos callejeros los asustaron. Las pandillas fascistas se organizaron y respondieron con violencia a los grupos de la izquierda: el movimiento juvenil callejero, el Partido Obrero de Unificación marxista (POUM), los anarquistas y los Sindicalistas Libres. El Frente Popular, con su militancia juvenil sádica, engendró a los agentes stalinistas, o estalinistas, de la guerra civil española. El POUM y los anarquistas hicieron huelgas y ocuparon las fábricas, en marzo. Andalucía, Extremadura y otros lugares soportaron la ocupación de las grandes propiedades campesinas por parte de la izquierda, en el mismo mes. La guardia civil estuvo retenida en sus cuarteles. El gobierno republicano dio licencia al ejército. La policía participó en la violencia o fue indiferente ante el fuego que consumió las cosechas. El parlamentario de la derecha Calvo Sotelo fue encontrado muerto el 14 de julio; este crimen se responsabilizó a la guardia de asalto, como represalia por dos camaradas asesinados, víctimas de la pandilla de la derecha. Robles atribuyó, el 13 de julio, este asesinato al gobierno y se exilió en Francia, porque no quiso participar en el golpe de Estado, en parte fallido, contra el gobierno de la Segunda República (entre el 17 y el 18 de julio de 1936) (JOHNSON. 2000, pp. 405 y 406).
La guerra civil española.
La guerra civil en España duró desde la sublevación militar del 18 de julio de 1936 hasta el triunfo de Franco, anunciada oficialmente el 1 de abril de 1939 (CROUZET. 1981. T. VII, p 225). El sur y el este, en gran parte, estuvieron en poder de los generales sublevados, pero no se adueñaron de Madrid. El norte y el este fue controlada por el gobierno republicano, hasta el comienzo de 1938.
El odio republicano causó la violencia contra los religiosos cristianos. El clero era monárquico, antiliberal, antisocialista y el fascismo no fue de su agrado. El cardenal Primado de Toledo era un amigo de los británico y enemigo de los fascistas. Los miembros del clero recibieron compensaciones económicas, cuando perdieron sus tierras en 1837. El clero era considerado rico, pero el sacerdote de parroquia fue pobre. Muchos crímenes republicanos fueron hechos por la militancia joven, los sindicalistas y los cuadros políticos; ellos tuvieron diferentes nombres: “Espartaco”, las “furias”, los “linces de la república”, los “leones rojos” y “fuerza y libertad”, entre otros. El clero no fue parte del alzamiento militar, pero fueron asesinados: 11 obispos, (⅕ parte de la totalidad), 13 % de los sacerdotes y 12 % de los monjes. Las monjas muertas alcanzaron a 283. Muchas monjas fueron violadas. Los laicos nacionalistas, especialmente los integrantes de la Falange, fueron víctimas mortales de los republicanos. Ernest Hemingway utilizó, en su obra “Por quién doblan las campanas” un episodio ocurrido en Ronda, donde murieron 512 individuos arrojados a la garganta. Una docena de grupos de asesinos estuvieron en Madrid; se destacó García Attadell (Atadell) como dirigente de uno estos grupos.
Muchos de los republicanos asesinos se recibieron en la policía secreta de Barcelona, influida por los soviéticos. La izquierda mató a 55 mil civiles; entre estas víctimas mortales, las mujeres totalizaron 4 mil y los niños se contaron por centenares. Los crímenes de los nacionalistas fueron hechos, mayormente, por los militares. Los enemigos republicanos eran detenidos por la noche, sometidos a torturas y fusilados. Los sacerdotes que intercedieron terminaron asesinados. El poeta García Lorca fue otra víctima mortal de la represión militar, porque era el cuñado del alcalde socialista de Granada.
Los crímenes de los nacionalistas (muchos eran ultranacionalistas) fueron: entre 7 mil a 8 mil en Navarra, 8 mil en Granada, 9 mil en valladolid, 2 mil en Zaragoza, 9 mil en Sevilla y 3 mi en los Baleares. Todos los diputados del Frente Popular que capturaron, 6 generales,1 almirante terminaron asesinados por los nacionalistas; otras víctimas mortales fueron: los gobernadores, los maestros y los médicos; en total, los muertos totalizaron 50 mil en esta aplicación totalitaria de la culpa colectiva (JOHNSON. 2000, pp 406, 407 y 408).
La intervención extranjera en la guerra civil española.
El putsch de Franco no fracasó totalmente por la participación extranjera, porque no tuvo éxito en cinco urbes importantes, debido al ejército más numeroso de los republicanos, aumentado con las milicias populares. Los oficiales de la Marina fueron ejecutados. El ejército de África no pudo pasar el estrecho a través del mar, porque fue impedido por dos destructores y dos cruceros. La aviación de los golpistas fue superior, pero no contaron con el transporte aéreo para trasladar a 200 soldados, diariamente, a la península española. El general Mola careció de las municiones suficientes para su levantamiento de Burgos. Franco llegó a Tetuán, desde las Canarias, el 19 de julio de 1939; en este lugar, este líder golpista consiguió los aviones italianos y alemanes al finalizar julio. Mola recibió de Franco 600 mil proyectiles y 3 mil soldados pasaron, en un día, el estrecho de Gibraltar. Franco se convirtió en generalísimo y jefe de Estado, después que los ejércitos del sur y norte se juntaron el 11 de agosto, pero no prevaleció en el aire por la llegada de los aviones rusos y franceses, para apoyar a los republicanos. Los tanques rusos y la superioridad aérea no permitieron la caída de Madrid. Los alemanes enviaron: los tanques y los aviones de una unidad militar de experimentación y 10 mil soldados, de los cuales 5 mil pertenecieron a la Legión Cóndor; después, suministraron 600 aviones y 200 tanques, los cañones antiaéreos de 88 mm y los instructores militares. Los italianos aportaron entre 40 a 50 mil soldados, 660 aviones, 150 tanques, 800 cañones de una artillería de muy buena calidad, los rifles y las ametralladoras. Estos enemigos de los republicanos aseguraron que hundieron 62.800 toneladas de las embarcaciones y eliminaron 903 aviones. El ejército de Franco contó con la colaboración de miles de soldados de Portugal, 600 irlandeses con su jefe O’Duffy y 75 mil soldados moros; también participaron algunos franceses, norteamericanos, británicos, rusos blancos y latinoamericanos. La República recibió 300 carros blindados, 900 tanques y mil aviones de los rusos. Los franceses dieron 300 aviones a los republicanos, pero careció de eficacia al utilizar los materiales suministrados y muchos se abandonaron en el campo del enfrentamiento militar. Los tanques rusos eran los mejores, pero un poco antes de finalizar la guerra un regimiento de estos tanques era del ejército de Franco. Los rusos aportaron 2 mil especialistas militares y 1.000 pilotos, pero no trasladaron un contingente militar numeroso. La República utilizó a 40 mil extranjeros.
El financiamiento de la guerra.
Los republicanos tuvieron una reserva importante de oro, pero no consiguieron créditos para comprar los armamentos bélicos de Occidente y pagaron las armas rusas con las ⅔ partes de este oro. La peseta republicana se devaluó mucho en 1937 y después cayó. El crédito soviético estuvo agotado en 1938. Franco mantuvo estable la peseta nacionalista, sin contar con esta reserva de oro; las empresas extranjeras en España fueron presionadas por él, logró exportar y consiguió los créditos en su país, necesarios para pagar los suministros bélicos. El gobierno de Franco debió 225 millones de dólares a los alemanes y 273 millones a los italianos en 1940; para cobrar estas deudas era necesario que los franquistas ganaran la guerra civil (JOHNSON. 2000, pp 408 a 413).
El putsch comunista en la República.
La guerra entre los grupos de izquierdas en la República se inició en Barcelona, en la primavera de 1937. El POUM y los anarquistas fueron atacados por los comunistas, después del asesinato de su dirigente Roldán Cortada, sucedido el 28 de abril. Estos bandos tuvieron asesinos, policías y ejércitos privados. Caballero no aprobó la disolución de las milicias del POUM. Los comunistas influyeron ideológicamente en el bando republicano, más cuando se necesitaron las armas soviéticas, suministradas por Stalin. Los agentes comunistas de la OGPU y la NKVD, en España, fueron dirigidos por Alexander Orlov, subordinado a Yezhov; otro personaje fue André Marty, un francés del Comintern. Caballero no aceptó la absorción del Partido Socialista por el Partido Comunista ni la influencia stalinista (estalinista). Este gobernante español expulsó de su despacho a Marcel Rosenberg, el embajador de la Unión Soviética, por la exigencia de Stalin para lograr la renuncia de un general republicano. Rosenberg fue asesinado cuando volvió a la URSS. En el Partido Comunista de España se reunieron varios dirigentes comunistas; entre ellos estuvieron Orlov, Marty y el secretario general del Partido Comunistas de España José Díaz. Este español y Jesús Hernández, ministro de Educación de España, no aceptaron el golpe de Estado para derribar a Caballero. Juan Negrín, un profesor de la clase media más privilegiada, sin filiación política, fue el sucesor de Caballero. Él fue elegido por Arthur Stashevsky, un agente de Stalin. No compró armas para ganar la guerra civil, sino recorrió Francia para divertirse con las jóvenes. Su gula era excesiva y acostumbró a cenar tres veces. Los comunistas se adueñaron del Ministerio de Interior y los puestos policiales y militares importantes, cuando Negrín ocupó el cargo de primer ministro, para el cambio completo del gobierno español. Dos falangistas prisioneros fueron obligados, por la policía madrileña, a participar de un falso intento golpista de la “quinta columna” de Francisco Franco y falsificaron la firma una correspondencia entre el líder del POUM y Franco. Todos los jefes del POUM fueron arrestados por las documentaciones falsas. Los intentos del gabinete español para liberar a Nin de la cárcel no tuvieron ningún éxito. Nin no confesó y fue torturado, pero recién murió en el Prado, asesinado por Orlov. Miles de integrantes del POUM soportaron las torturas comunistas hasta morir o fueron ejecutados. Muchas víctimas eran del extranjero: el trotskista Ervin Wolff, el austríaco Kurt Landau y José Robles, un ex docente de la Universidad Johns Hopkins. Orwell y Willy Brandt, posteriormente canciller alemán, escaparon.
La purga de Stalin en el mundo.
Muchos de los agentes soviéticos fueron eliminados en el mundo, por la gran purga de Stalin en la URSS. Robles murió por saber demasiado del general soviético Antonovich Berzin, también asesinado. Casi todos los sirvientes del comunismo en España terminaron muertos, entre 1937 y 1938, excepto Orlov porque amenazó publicar su relato de los secretos comunistas. En París murió envenenado con cianuro el jefe de la NKVD, en febrero de 1938. En Rotterdam falleció (por un atentado) Evhem Konovalek, el proveedor de las armas destinadas a España, en mayo de 1938. Walter Krivitsky era el jefe de la inteligencia soviética en Europa Occidental y sobrevivió hasta febrero de 1941, cuando fue asesinado por los criminales de Stalin en Washington. Otra víctima fue Rudolf Clement, decapitado en el Sena. Además murieron Michael Koltzov, Arthur Stashevsky y Antonov Ovseenko.
El bombardeo de Guernica.
La ciudad vasca de Guernica fue bombardeada por 43 aviones de la Legión Cóndor, proveniente de Alemania. Fue una decisión del coronel alemán Wolfgang von Richthofen, después de consultar con el coronel Juan Vigón, jefe de Estado Mayor del franquista Mola. La ciudad histórica de Guernica, con su roble muy conocido porque fue el lugar de reunión del primer parlamento vasco, fue destruida un 70 % en su edificación y murieron mil individuos.
La propaganda comunista y la versión de Orwell.
El comintern utilizó este bombardeo como propaganda contra su enemigo. Picasso pintó un cuadro de Guernica, exhibido en el Metropolitan de Nueva York. Esta tragedia vasca consiguió la adhesión de las revistas Newsweek y Time, favorables a la causa republicana. Otto Katz y Willi Muezenberg, (Willi Münzenberg) posteriormente asesinados por decisión de Stalin, se ocuparon de la propaganda del Cominter. Ellos utilizaron el ataque aéreo de Guernica, para ocultar la purga comunista en el POUM. No se pudo conocer la versión de Orwell, sobre esta purga, por la oposición de director del New Statesman Kingsley Martin, favorable al bando republicano. Finalmente, Orwell logró publicar este escándalo en el New English Weekly, pero tuvo escasa repercusión entre los intelectuales de la izquierda (JOHNSON. 2000, pp 413, 414, 415, 416 y 417).
Los intelectuales y el Congreso de Escritores de Madrid.
El intelectual progresista se sirvió de España para su actividad literaria. André Malraux, escritor de La condición humana en 1932, sobre la Revolución China, viajó a España para escribir la continuación de su novela, publicada en 1938 con el nombre de Esperanza. Él consiguió los bombarderos Potex, muy lentos para la causa republicana, pero no los aviadores. Hemingway fue convencido de la culpabilidad de Robles, acusado de espionaje, por el represor del contraespionaje Pepe Quintanilla.
El Comintern organizó y pagó las reuniones internacionales de los intelectuales, para favorecer su propaganda. El líder del Partido Comunista Marcel Cachin dirigió, en 1937, la Campaña Internacional por la Paz, realizada en Bruselas. En el mismo año se hizo el Congreso de los Escritores de Madrid y los intelectuales, trasladados en Rolls-Royce, fueron premiados con los banquetes y las fiestas. También presenciaron la danza y los conciertos de canto.
La finalización de la guerra civil.
Las facciones de la izquierda, aseguró Orwell, se disputaron las posiciones militares en la guerra civil española, convencidos del triunfo republicano. Evitaron las bajas para no disminuir sus efectivos militares. Los comunistas negaron el apoyo aéreo y la artillería al POUM. Franco aplicó su “guerra de desgaste”, durante el invierno de 1937-1938. En abril España fue dividida en dos partes. Franco se preocupó por tener la mayoría militar. Stalin completó sus purgas políticas en el otoño y quiso un nuevo acuerdo con los países de la democracia de Occidente o negociar con Hitler. La España republicana se quedó sin oro. La ofensiva final de Franco fue en Cataluña, antes de llegar la Navidad. Barcelona fue derrotada el 28 de enero de 1939 y los militares de Franco ocuparon Madrid el 28 de marzo. El ejército de Franco perdió 90 mil soldados y 110 mil fueron las bajas de los republicanos. Un millón quedaron inválidos, 25 mil murieron por la desnutrición y otros 10 mil por los ataques aéreos. Los fusilados o muertos “detrás de las líneas” totalizaron 130 mil y 500 mil terminaron exiliados. El juicio sumario fue aplicados por los vencedores, contra los republicanos detenidos. El ministro del Interior Suñer quiso vengar a sus hermanos, fusilados en las prisiones republicanas. El cuñado de Mussolini era Ciano y afirmó sobre la cantidad de fusilados por día, entre los republicanos; en Madrid, 200 o 300; en Barcelona, 150; y en Sevilla, 80 (JOHNSON. 2000, pp 418 a 421).
El gobierno de Francisco Franco y la sucesión monárquica.
En 1939 España se declaró neutral, pero el 13 de junio de 1940 negoció con el nazismo su participación en la Segunda Guerra Mundial. Las exigencias españolas eran muchas y no fueron aceptadas por Hitler: Todo Marrueco, Orán, grandes territorios de África Occidental y muchos suministros y equipos militares, para la defensa de las Canarias y el ataque a Gibraltar. Estas exigencias fueron nuevamente reiteradas en la reunión entre Hitler y Franco en Hendaya, el 23 de octubre del mismo año, pero terminaron rechazadas.
Dos mil republicanos pasaron los Pirineos y entraron en España, en octubre de 1944, para causar un levantamiento general y derrocar a Franco. Un gobierno republicano, formado el 26 de agosto de 1945, fracasó porque los aliados contra el fascismo no quisieron una nueva guerra civil española. Franco prohibió el saludo fascista, pero no disolvió la Falange porque era controlada por él.
El gobierno de Franco fue constituido por los funcionarios aceptados por los empresarios, los terratenientes y la Iglesia. El gobernante se consideró el centinela de España y no apoyó al político profesional, para no afrontar ningún riesgo estatal.
Una “ley de sucesión”, con su principio monárquico, fue aprobada por la votación de la mayoría del electorado español. Juan Carlos fue educado para suceder a Francisco Franco. La autoridad de Franco fue traspasada a Juan Carlos en 1974. En noviembre de 1975, después de la muerte de Franco, Juan Carlos fue coronado como monarca de España (JOHNSON. 2000, pp 453, 744 y 745).
El nazismo.
Los hombres del Este y la cultura alemana. El pueblo judío alemán.
Los hombres del Este eran simpatizantes de la cultura de la raza aria y enemigos de la civilización del Oeste. Estos dirigentes perdieron la Primera Guerra Mundial; sin embargo, ellos engañaron ideológicamente al pueblo alemán y culparon de esta derrota a los defensores de la civilización de Occidente, especialmente a los judíos. Después de esta gran guerra, las actividades políticas, culturales y artísticas en la República de Weimar estuvieron influenciadas por los judíos alemanes; la intelectualidad, el arte, la música, la cinematografía, el teatro y las publicaciones, entre ellas los periódicos, incluyeron a muchos de esta colectividad.
El burócrata de Alemania fue educado con los “criterios prusianos” y su honra era obedecer a los políticos gubernamentales; la consecuencia negativa de este obedecimiento era su “abdicación moral”; esta práctica se extendió hasta terminar la Segunda Guerra Mundial.
La nación alemana moderna provenía del militarismo prusiano. El Estado prusiano militarista de Bismarck, con su Estado de bienestar, fue copiado por los hombres del Este; era paternalista y tenía su seguridad social y su programa de salud pública para el trabajador. Este sistema era opuesto al liberalismo, con sus salarios altos y la opción de elegir libremente.
El Tercer Reich.
El historiador Arthur Moeller van Bruck publicó una obra antiliberal, en 1923, referida a los imperios alemanes; el primer Reich fue el imperio medieval; el segundo Reich fue el creado por Bismarck, pero fue artificial y se derrumbó por la corrupción liberal; el Tercer Reich debía defender los valores de Alemania y durar mil años. Para lograr este tercer imperio, era necesario depurar la sociedad alemana del capitalismo y el liberalismo (JOHNSON. 2000, pp 145, 157, 159 y 163).
El antisemitismo en la cultura Volk alemana.
El antisemitismo alemán ya se había expresado en la cultura Volk alemana y su vuelta al campo. El Volk, su mitología y su hábitat natural en el paisaje de Alemania, con sus bosques misteriosos y cubiertos por las sombras, fue importante en el movimiento romántico de este país. Se originó en la época napoleónica y en 1817 se empezaron a quemar los libros no deseados, por corromper a la cultura Volk.Un autor de novelas históricas: Otto Gemlin (Otto Gmelin) escribió en Die Tat, una publicación del romanticismo alemán, sobre la importancia de la campiña para un pueblo y su raza; sin este hábitat, el alma se moría. El pueblo judío por estar desarraigado no tenía alma, carecía de paisaje propio y se amontonaba en la gran ciudad. Era necesario quitar las industrias y las tecnologías a los judíos para destruirlos, porque eran enemigos mortales. La burguesía y el proletariado del mundo conspiraban para destruir al campesinado alemán, su alma y su paisaje natural (JOHNSON. 2000, pp 153 y 154).
Las escuelas de la cultura Volk.
La vida al aire libre fue defendida por las escuelas Volk. Los ritos de esta cultura eran practicados en los anfiteatros naturales, como las montañas Harz y otras. Los jóvenes del movimiento Volk caminaron por las campiñas para difundir su música, con la utilización de la guitarra. Los colegios y las universidades recibieron esta cultura antisemita. Otras costumbres de sus integrantes eran: tomar baños de sol y practicar el desnudismo puro, virtuoso y no provocativo sexualmente. Josefina Baker, una bailarina erótica de raza negra, no era aceptada moralmente por los hombres del Este.
La reacción de la comunidad judía.
La comunidad judía reaccionó ante esta cultura enemiga; en un primer momento, los judíos intentaron la asimilación y se dedicaron a diversos trabajos: artesanía, agricultura y ejército; pero después, ellos crearon: las ligas estudiantiles, los grupos de militantes y otras organizaciones judías.
La Casa Rothschild.
Los judíos alemanes no trabajaron como funcionarios del Estado ni eran los capitalistas de las industrias más importantes en este país. En la elección de 1932 no tuvieron candidatos de su colectividad. Sin embargo, el asesor financiero de Bismarck fue el judío Gerson von Bleichröder, el organizador de los bancos y especialmente de la Casa Rothschild, con el propósito de financiar las guerras de Alemania. En 1920 Walter Rathenau ocupó una alta jerarquía y fue casi la excepción entre los miembros de esta colectividad, pero terminó asesinado poco después.
Civilización y cultura.
Para los hombres del Este, la civilización era de Occidente, cosmopolita, desarraigada, enemiga de los germanos, inmoral, contaminante racialmente y demasiado material. En cambio, la cultura era pura, virtuosa, nacional, auténtica, espiritual y alemana. La cultura empujaba a los alemanes hacia el Este y la civilización los dirigía hacia el Oeste.
El editor de la revista Die Tat, desde 1912, fue Eugen Diederich y dijo, en su casa de la ciudad de Jena, que la democracia pertenecía a la civilización mientras la aristocracia era similar a la cultura.
En 1924 D. H. Lawrence escribió, en su “Carta desde Alemania”, sobre el alejamiento alemán de la polaridad del cristianismo civilizado y su acercamiento al Este. Este cambio ocurrió por la influencia de Tartaria, con su polaridad salvaje. La fascinación alemana por el Este, destruido por Atila, causaron la caída de la influencia civilizadora. La paz y la producción ya no bastaron para mantener la esperanza de Alemania en su reconciliación con Europa; esta adhesión ya se resquebrajó en 1921. (JOHNSON. 2000, pp 144, 145, 154, 155, 156 y 175).
Después de 1800, las terminologías civilización y cultura fueron rivales; en el año 1900, la palabra cultura fue muy utilizada. También se dió una “concepción unitaria” de la idea de ambos términos, pero no fue constitutiva de la “regla general”. En Francia nacieron casi al mismo tiempo. Cicerón habló de “cultura mentis”; sin embargo, civilización apareció por primera vez en una obra del año 1776. Civilización nació con más tarde, porque civilización y civilizado son palabras que se remontan a los siglos XVI y XVII. Civilización se convirtió en un “ideal profano” de progreso, tanto intelectual como técnico, social y moral.
En el año 1850, ambos términos pasaron del singular al plural; con esta pluralidad, se dejó el ideal de una “civilización definida” europea y se consideraron todas las experiencias humanas de otros continentes.
Con Herder, en la lengua alemana, cultura fue el progreso tanto intelectual como económico y civilización designó el “aspecto material” de la vida del ser humano.
Cultura es la “verdadera espiritualidad” y civilización es la “mecanización”, para Thomas Mann.
Henri Marrou consideró a la cultura como la “forma personal” de la vida y del espíritu; él dejó la terminología civilización a las realidades sociológicas.
El antropólogo norteamericano: Philip Bagby reservó la palabra civilización para la ciudad y la cultura para el campo, pero consideró a la civilización como un estadio superior.
Spangler afirmó que hay tantas filosofías y artes como culturas (BRAUDEL. 1995, pp 134 a 155).
El libro de Spengler: “La decadencia de Occidente”.
En su libro: “La decadencia de Occidente”, Oswald Spengler consideró ocho civilizaciones históricas, entre ellas la última y la octava: la civilización de Occidente. Esta obra, publicada en 1918, fue un bestseller y su esencia era al darwinismo social. La plutocracia, la democracia y la tecnología mostraron los signos de la decadencia de esta cultura de Occidente. La civilización se imponía a la cultura alemana y causaba su derrota en la Primera Guerra Mundial. Spengler era un maestro de escuela y pronosticó una nueva época, marcadas por las guerras crueles y los héroes duros. Otra obra suya se publicó en 1920: “Prusianismo y socialismo” para exponer sus socialismo nacional, sin las clases sociales y dirigido por un director. (JOHNSON. 2000, pp 162 y 163).
La formación política de Hitler y su ideología.
Los personajes influyentes en Hitler. Karl Lueger era el alcalde de Viena (Austria) y su paternalismo estatal fue muy exitoso: los cinturones verdes, la creación de un millón de empleos, los transportes, la educación y la seguridad social; este socialcristiano influyó, con su socialismo, en el pensamiento de Hitler sobre la política interior de Alemania, hasta 1931. Persuadir a las masas para cambiar la libertad por la seguridad estatal impresionó al joven Hitler. Georg Schönerer logró influir en el antisemitismo de Hitler, con su proyecto de una legalidad antijudía. Otro influyente fue un militar: Ludendorff, con su politización del ejército. (JOHNSON. 2000, pp 170 y 171)
La concepción política de Hitler. Esta concepción fue opuesta a las ideas de la revolución francesa (1789), porque los vencedores de Occidente, después de la Primera Guerra Mundial, obligaron a caer en un estado inferior a la república de Weimar al aceptar la ideología liberal. Para Hitler era preciso que Alemania despertara contra el liberalismo y su individualismo, porque no eran convenientes a la mentalidad de la población alemana; la libertad y la igualdad del liberalismo no eran naturales para Hitler, por la falta de coincidencia de dicho sistema racional con la naturaleza; por ser el “eslabón de las generaciones”, el hombre no se halló aislado; la misión del Estado jerárquico de librería y vendió 6 millones de ejemplares en 1940. Goebbels, Darré, Rosenberg y las publicaciones: Angriff y Völkischer Beobachter divulgaron las ideas expuestas por Hitler. (CROUZET. 1981. Vol. VII, p 210).
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EURASIA SOBRE TODO: Manifiesto del movimiento eurasista
Alexander Dugin
Traducción por Juan Gabriel Caro Rivera
Crisis de ideas en la Rusia contemporánea
En nuestra sociedad rusa*, especialmente en la esfera social y política, al comienzo del nuevo milenio se siente dolorosamente una deficiencia de ideas. La mayoría de las personas, incluidos gobernadores, políticos, científicos, trabajadores, se guían en la vida, en la elección política, por un conjunto de factores momentáneos, preocupaciones casuales, llamadas efímeras transitorias. Estamos perdiendo rápidamente cualquier representación general sobre el sentido de la vida, sobre la lógica de la historia, sobre los problemas del hombre, sobre el destino del mundo. La elección existencial y social ha sido sustituida por publicidad agresiva. En lugar de una ideología política significativa y responsable, se encuentra una RP efectiva (o ineficaz). El resultado de la lucha de ideas se define por el volumen de inversiones en entretenimiento. Dramáticos enfrentamientos de pueblos, culturas y religiones se convierten en espectáculos inspirados por corporaciones transnacionales y propiedades petroleras. La sangre humana, la vida humana, el espíritu humano se convirtieron en abstracción estadística, en el costo del consumidor, en el mejor de los casos: una forma de hablar demagógica meliflua y de ambiguas lamentaciones humanitarias, ocultando un doble estándar.
En lugar de la uniformidad totalitaria, ha llegado una indiferencia totalitaria. La mayoría de los partidos políticos y movimientos sociales formalizados persiguen propósitos tácticos. Prácticamente en ninguna parte se puede encontrar una ideología explícita y consecuente capaz de arrebatar al hombre de un estado de indiferencia somnolienta, para hacer que la vida valga la pena.
Los padres fundadores del eurasianismo
Históricamente, el eurasianismo existió durante 20 años como un intento de interpretar la lógica del desarrollo sociopolítico, cultural y geopolítico de Rusia como un proceso uniforme y básicamente continuo desde la Rus Kiev hasta la URSS. Los eurasianistas han detectado detrás de la dialéctica del destino nacional del pueblo ruso y el Estado ruso una misión histórica unitaria, expresada de manera diferente en las distintas etapas. Una tesis importante de los primeros eurasianistas (el conde N.S. Trubetskoy, P. Savitsky) fue esta: "Occidente contra la humanidad", es decir, las naciones del mundo en que florecen la complejidad de las culturas y civilizaciones contra el patrón occidental unitario y totalitario, contra la dominación económica, política y cultural de Occidente. Rusia (tanto la antigua como la ortodoxa-monárquica y soviética) vio a los eurasiáticos como una fortaleza y vanguardia de este proceso mundial, como una ciudadela de libertad contra la hegemonía unidimensional sobre la humanidad de una excrecencia irreligiosa, secularizada, pragmática y egotista. La civilización occidental, reclamando la supremacía y la dominación jurídica, material y espiritual. Sobre esta base, los eurasiáticos aceptaron la URSS como una nueva forma, paradójica, del camino original de Rusia. Desaprobando el ateísmo y el materialismo en la esfera cultural, reconocieron detrás de la fachada externa del comunismo las características nacionales arcaicas, detrás de la Rusia soviética, la herencia geopolítica legítima de la misión rusa.
Siendo consecuentes y convencidos patriotas rusos, los eurasiáticos llegaron a una conclusión sobre la insuficiencia de las formas tradicionales, en las cuales la Idea Nacional en Rusia estaba investida durante los últimos siglos. El lema de Romanov - “Ortodoxia, autocracia, nacionalidad” - era solo una fachada conservadora que ocultaba contenidos bastante modernos, básicamente copiados de Europa. El patriotismo soviético expresó la idea nacional en términos de clase, que no capta la esencia del problema de la civilización ni reconoce el significado de la misión histórica de Rusia. El nacionalismo secular de los Romanov no era más que una imitación formal de los regímenes europeos. El patriotismo soviético ignoró el elemento nacional, rompió la conexión con las tradiciones y barrió con la creencia de los padres.
Un nuevo enfoque sintético era indispensable. Tal enfoque también se desarrolló en el marco de la filosofía eurasianista, dentro del movimiento social y político de los eurasianistas. Los fundadores del Eurasianismo por primera vez dieron la mayor estimación posible a la naturaleza multinacional (imperial) del Estado ruso. Estaban especialmente atentos al factor turco. El papel de la herencia de Gengis-Khan, fundador del estado tártaro asimilado por Moscú en el siglo XVI, fue visto como un giro decisivo de Rusia hacia el Este, a sus orígenes, a sus propios valores. En la leyenda ortodoxa, solo esta época está vinculada a la sagrada Rus ', a la transformación de Moscú en la Tercera Roma (después de la caída de Zargrado y el fin del Imperio bizantino). La misión de la sagrada Rus se expresó en la autoafirmación de su propia cultura euroasiática, de un sistema social original, distinto en sus características principales de ese camino seguido por los países del occidente romano católico y protestante.
Rusia fue concebida por los eurasiáticos como la vanguardia de Oriente contra Occidente, como una línea de defensa avanzada de la sociedad tradicional contra la sociedad moderna, secular, prosaica y racionalizada. Pero en la lucha centenaria por preservar su "ego" cultural, Rusia, a diferencia de otras sociedades orientales, adquirió activamente la experiencia de Occidente, adoptó las técnicas que aplicó, tomó prestados algunos métodos, pero cada vez con el único propósito de confrontar a Occidente con sus propias armas. En lenguaje moderno, esto se llama "modernización sin occidentalización". Por lo tanto, Rusia también logró más tiempo que otras sociedades tradicionales para contrarrestar efectivamente la presión de Occidente.
A partir de esto, los eurasiáticos llegaron a una conclusión importante: Rusia no solo necesita volver a sus raíces, sino comenzar por combinar de nuevo lo conservador y revolucionario. Rusia debe modernizarse activamente, desarrollarse, abrirse parcialmente al mundo circundante, pero estrictamente salvando y fortaleciendo su propia identidad. Por lo tanto, algunos llamaron a los eurasiáticos como los "bolcheviques ortodoxos".
Por desgracia, históricamente, este notable movimiento no fue apreciado en la medida debida. Los impresionantes éxitos de la ideología marxista hicieron que la refinada perspectiva conservadora-revolucionaria de los eurasiáticos fuera ineficaz, superflua. A finales de los años 30, el impulso original del movimiento eurasianista, tanto en Rusia como entre la emigración rusa, había desaparecido definitivamente.
La carrera de relevos de la idea eurasianista fue dirigida en adelante no tanto por políticos e ideólogos, sino por científicos (en primer lugar, el gran historiador ruso Lev Gumiliev).
El Neo-eurasianismo
Los dramáticos acontecimientos de las últimas décadas en Rusia, en todo el mundo, han vuelto a hacer urgentes, esenciales, las ideas de los eurasianistas. Occidente se enfrentó a su oponente de civilización más problemático: la URSS. La ideología marxista de repente perdió su atractivo. Pero una nueva alternativa general al occidentalismo y al liberalismo (que hoy están encarnados en su pleno desarrollo por la civilización americana y Estados Unidos, de la que incluso los europeos, los abuelos del monstruo mundial, comienzan a sentirse nerviosos) aún no ha aparecido.
Y no pudo aparecer de todos modos.
Las piezas separadas (nacionalismo prerrevolucionario, clericalismo, sovietismo totalmente inercial o la imaginación extravagante del ecologismo y el izquierdismo) no podían convertirse en un frente unido. No había una base común de visión del mundo, ningún denominador común. El acercamiento ocasional de las posiciones de los opositores al globalismo y la americanización no resultó en una verdadera síntesis de las visiones del mundo.
En este momento, las mentes más atentas, los corazones más puros y las almas más llameantes se convirtieron también a la herencia eurasiática. En él discernieron una fuente de salvación, un germen de esa doctrina, esa ideología, que idealmente cumplía con los requisitos del momento histórico actual.
El neoeurasianismo comenzó a construirse como una corriente social, filosófica, científica, geopolítica y cultural desde finales de los años 80. Distanciándose de la herencia de los eurasiáticos rusos de los años 20-30, habiendo incorporado la experiencia espiritual de la tradición staroobryad de la ortodoxia rusa, enriqueciéndose con la crítica social de los populistas y socialistas rusos, interpretando de una nueva manera los logros de la etapa soviética de la historia doméstica, y al mismo tiempo habiendo dominado la filosofía del tradicionalismo y la revolución conservadora, la metodología geopolítica y las doctrinas revolucionarias originales de la "nueva izquierda" (es decir, esas corrientes intelectuales, que se elaboraron en Occidente, pero dirigidas contra el lógica dominante de su desarrollo): el neo-eurasianismo se convirtió en la plataforma de visión del mundo más seria en la sociedad rusa moderna, adquiriendo la forma de una escuela científica completa, de un sistema de iniciativas sociales y culturales.
El neo-eurasianismo sentó las bases de la geopolítica rusa moderna, ganó un fuerte potencial de personal de partidarios en estructuras gubernamentales y ministerios y oficinas vinculadas al sector militar, basándose en la geopolítica eurasiática de muchos proyectos operativos internacionales, militares y económicos serios.
El neoeurasianismo influyó en la política, la sociología y la filosofía domésticas modernas.
El neo-eurasismo se convirtió gradualmente en un instrumento conceptual relevante de los monopolios estatales rusos que requieren un patrón estratégico para desarrollar una estrategia a largo plazo de actividad macroeconómica, que no dependa de procesos políticos momentáneos, sino de constantes históricas, geográficas y de civilización.
El neo-eurasianismo sentó las bases de todo el conjunto de corrientes de vanguardia en la cultura juvenil, dio un impulso vivificante al desarrollo creativo y apasionado de toda la dirección en el arte.
El neo-eurasismo tuvo un fuerte impacto en los partidos y movimientos políticos en la Rusia moderna: encontramos grandes préstamos del arsenal ideológico neoeurasianista en los documentos programáticos de "Unidad", KPFR [Partido Comunista], OVR [Otetchestvo-Vsyo Rossiya], LDPR [Partido liberal-democrático], el movimiento "Rusia" y de una serie de movimientos y partidos más pequeños. Sin embargo, estos préstamos siguen siendo fragmentarios, combinados con otros elementos a veces heterogéneos e incluso contradictorios (todo esto hace que los grandes partidos rusos sean formaciones tácticas, desideologizadas, creadas para la solución de problemas políticos locales a corto plazo).
El nuevo sujeto social y político.
Ha llegado el momento de dar el siguiente paso, agregar el eurasianismo a una dimensión social y política concreta. La ideología neoeurasianista excedió gradualmente el nivel de elaboración teórica pura. El nuevo gobierno de Rusia está seriamente comprometido en la solución de problemas estratégicos que enfrenta el país, y obviamente no está satisfecho con las recetas primitivas y destructivas impuestas por Occidente y los portadores de la influencia occidental en Rusia: necesita una visión mundial y social y apoyo político. Las autoridades actuales, su especificidad, su imagen social, difieren considerablemente tanto del período postsoviético como de los tiempos de pasión acrítica por el liberalismo imprudente. Una nueva visión estatal del mundo, un nuevo patrón interno de corrección política ha madurado. Esto lo atestigua esa búsqueda perseverante de una Idea Nacional en la que las autoridades están comprometidas hoy.
Si el sistema político y de partido habitual es adecuado para la decisión de problemas moment��neos (aunque lo consideramos inadecuado incluso en el sentido pragmático estrecho), en una perspectiva a medio plazo (por no hablar de una visión estratégica a largo plazo) no tiene ninguna posibilidad en absoluto, y requiere una reforma radical. El sistema existente evolucionó durante el proceso de demolición del modelo soviético y su sustitución por una formación pro-occidental liberal-democrática. Pero hoy ni el primero ni el segundo son aceptables para Rusia. Y, además, es inapropiado frente a la difícil situación a la que se enfrenta el país, como consecuencia de las ridículas políticas seguidas anteriormente. Lo que necesitamos son partidos y movimientos basados en una visión del mundo, que refleje los intereses de estratos concretos de la población, fusionados con la gente, educándolos, capacitándolos y defendiéndolos, en lugar de explotar la confianza (e ingenuidad) de las masas por el bien del beneficio privado o grupal.
Todas las condiciones han florecido para la aparición de un riguroso movimiento eurasianista en la nueva Rusia. Y aquellos que se ubicaron en los orígenes del Neo-eurasianismo, quienes formaron las premisas teóricas y las bases de la geopolítica rusa, la filosofía eurasianista, la política conservadora revolucionaria y la sociología, que pasaron años luchando por los ideales de Eurasia, por el renacimiento del pueblo ruso. y nuestro Gran Poder, quienes tomaron la decisión de formar el nuevo movimiento social y político "EURASIA".
¿Quiénes serán los participantes en el movimiento "Eurasia"?
¿A quién nos dirigimos al llamado a entrar y respaldar nuestro movimiento? A cada ruso, educado y no, influyente y el último de los desposeídos, al trabajador y al gerente, al necesitado y la persona acomodada, al ruso y al tártaro, al ortodoxo y al judío, al conservador y modernista, al estudiante y al defensor de la ley, al soldado y al tejedor, al gobernador y al músico de rock. Pero solo para el que ama a Rusia, que no puede pensar en sí mismo sin él, que se ha dado cuenta de la necesidad de un esfuerzo severo, que se requiere de todos nosotros para que nuestro país y nuestra gente permanezcan en el mapa del nuevo milenio (de la cual intentan borrarnos persistentemente), al que quiere, quiere apasionadamente, que todos nosotros finalmente crezcamos en un poder poderoso, desechemos de nuestro organismo común su excrecencia parasitaria, rasguemos el velo de la niebla mental , afirmará sobre el país, el continente, el mundo, nuestros ideales solares rusos: ideales de libertad, equidad, fidelidad a los orígenes.
Centro radical
El movimiento "Eurasia" se basa en los principios del centro radical. No somos izquierdistas ni derechistas, ni servilmente cumplimos con las autoridades, ni oposicionistas a toda costa, ladrando con una razón y sin ella. Nos damos cuenta de que la autoridad de hoy en Rusia, el presidente de Rusia, Vladimir Vladimirovic Putin, requiere ayuda, apoyo, solidaridad y cohesión. Pero al mismo tiempo, la sumisión ciega a los líderes, la connivencia acrítica a la autoridad solo porque es autoridad, hoy no son menos (si no más) perniciosas que la rebelión directa. Somos centristas en la medida en que el presidente y la autoridad actúan por el bien del poder, por el bien del pueblo. Y no de manera populista y transitoria, sino en una perspectiva a medio y largo plazo. Aquí nuevamente estaremos para el Presidente fervientemente, radicalmente, hasta el final, sin prestar atención a pequeñas inexactitudes, aceptando todas las dificultades y problemas que surgirán, ya que Rusia se establecerá seriamente con el propósito de rescatarse a sí misma y al resto del mundo de la terrible amenaza que se arrastra desde el oeste. Nada más centrista que nuestro apoyo incondicional y total a la construcción de poder patriótico de la autoridad (incluso en sus acciones más impopulares) simplemente no podría serlo. Entonces, nuestros precursores, los eurasiáticos, apoyaron a los odiados regímenes fundamentalistas y marxistas ortodoxos porque confrontaron a Occidente, el peor de los males. Pero nuestro centrismo radical no es pasivo. Nos damos cuenta de que la autoridad actual en Rusia de acuerdo con la lógica de las cosas no tiene (y no puede tener) una representación clara de los propósitos estratégicos fundamentales, del dramático problema filosófico y espiritual que nace en el nuevo milenio: terrible, arriesgado, amenazante, problemático, incomprendido durante siglos de sangrientas batallas y crueles sufrimientos ... En este sentido, la autoridad de hoy está perdida y requiere ayuda, orientando puntos, puntos de referencia, especificando cuál es la tarea de la gente, su lado más activo, de carácter fuerte, inteligente, idealista y patriótico (esto también debería reunirse en nuestro movimiento, para convertirse en su núcleo).
Aquí se cambian los roles, y ahora es el turno de la autoridad para escuchar la voz de Eurasia. Esta voz no es el servil "sí, señor” de fiestas condescendientes y artificiales, buenas para sillas y pantallas de televisión. Es el poderoso atractivo radical de la tierra, el voto de las generaciones, el grito de las profundidades de nuestro espíritu y nuestra sangre.
Prioridades del movimiento Eurasia
Nuestro movimiento difunde los principios eurasianistas a todos los niveles de la vida.
En el ámbito religioso, significa un diálogo constructivo y sólido entre los credos tradicionales de Rusia: ortodoxia, islam, judaísmo, budismo. Las ramas euroasiáticas de las religiones mundiales tienen muchas diferencias con aquellas formas que se han arraigado en otras regiones del mundo. Existe un estilo común de visión espiritual eurasianista, que, sin embargo, no elimina en absoluto las diferencias y la originalidad de los principios. Esta es una base seria y positiva para el acercamiento, el respeto mutuo y el entendimiento mutuo. Debido al enfoque eurasianista de las cuestiones religiosas, se pueden evitar u organizar muchas fricciones inter-confesionales.
En el ámbito de la política exterior, el eurasianismo implica un amplio proceso de integración estratégica. Reconstrucción sobre la base de la CEI [Comunidad de Estados Independientes] de una Unión Euroasiática sólida (análogo a la URSS sobre una nueva base ideológica, económica y administrativa).
La integración estratégica de los espacios internos de la CEI debe extenderse gradualmente también a áreas más amplias, a los países del eje Moscú-Teherán-Delhi-Beijing. Se invoca una política eurasianista para abrir a Rusia una salida a los mares cálidos, no a través de la guerra y los sufrimientos, sino a través de la paz y la cooperación abierta y amistosa.
Las políticas eurasianistas hacia Occidente implican relaciones prioritarias con los países europeos. La Europa moderna, a diferencia de la época en que actuaban los padres fundadores del eurasianismo, ya no representa la fuente del "mal del mundo". Los rápidos acontecimientos políticos del siglo XX contribuyeron a transferir este dudoso registro aún más hacia el oeste, a América del Norte, a los Estados Unidos. Por lo tanto, en la etapa actual, Rusia puede encontrar en Europa socios estratégicos interesados en la reactivación de su antiguo poder político. La Rusia eurasiática debería desempeñar el papel de libertadores de Europa, pero esta vez de la ocupación política, económica y cultural estadounidense.
La política eurasianista de Rusia está dirigida a la cooperación activa con los países de la región del Pacífico, en primer lugar con Japón. Los gigantes económicos de esta área deberían ver en las políticas euroasiáticas de Rusia el punto de orientación para un sistema político autosuficiente, y también para un potencial estratégico de recursos y nuevos mercados.
A nivel planetario, el eurasianismo significa oposición activa y universal a la globalización, es igual al "movimiento antiglobalista". El eurasianismo defiende la creciente complejidad de los pueblos, las religiones y las naciones. Todas las tendencias antiglobalistas son intrínsecamente "eurasianistas".
Somos consecuentes partidarios del "federalismo eurasianista". Esto significa una combinación de unidad estratégica y autonomías etnoculturales (en casos concretos, económicas). Diferentes formas de vida a nivel local en combinación con un estricto centralismo en los momentos básicos, vinculados a los intereses del Estado.
Deberíamos revivir las tradiciones del pueblo ruso, contribuir a la recuperación del crecimiento demográfico ruso. Y lo más importante, despertar en la gente su espiritualidad orgánica intrínseca, la moral, los altos ideales, el patriotismo vivo y ferviente. Sin el renacimiento prioritario de la nación rusa, el proyecto eurasiático no tiene posibilidad de convertirse en realidad. Comprender este hecho es la base de nuestra visión del mundo.
El eurasianismo en la esfera social significa la prioridad del principio público por encima de la subordinación individual de los patrones económicos a los problemas sociales estratégicos. Toda la historia económica de Eurasia demuestra que el desarrollo de mecanismos económicos aquí ocurre de acuerdo con una lógica alternativa que los patrones liberales capitalistas e individualistas de beneficio personal que evolucionaron en Occidente sobre la base de la ética protestante. La lógica liberal de gestión es ajena a Eurasia, y a pesar de los enormes esfuerzos, no hay forma de romper esta característica profundamente arraigada de nuestro pueblo. El principio colectivo y comunitario de gobernar la economía, la contribución del criterio de "equidad" en el proceso de distribución, todo esto representa una característica constante de nuestra historia económica. El eurasianismo insiste en una explicación positiva y evaluación de esta circunstancia, y sobre esta base da preferencia a los patrones económicos socialmente orientados.
El eurasianismo implica una reevaluación positiva de lo arcaico, de lo antiguo. Se refiere fervientemente al pasado, al mundo de la tradición. El desarrollo del proceso cultural es visto por el eurasianismo en una nueva referencia a lo arcaico, a la inserción de motivos culturales originales en el tejido de las formas modernas. La prioridad en esta área se devuelve a los motivos nacionales, a las fuentes de creatividad nacional, a la continuación y el renacimiento de las tradiciones.
Siendo una visión del mundo nueva y fresca, que acaba de tomar una forma definida, el eurasianismo se dirige principalmente a la juventud, a las personas cuya conciencia aún no se ha echado a perder por saltos aleatorios de un patrón ideológico inadecuado a otro, incluso menos adecuado. El ideal eurasiático es el hombre fuerte, apasionado, saludable y hermoso (en lugar del adicto a la cocaína bastardo de las discotecas mundialistas, el gángster mediocre o la puta en venta). Estamos en condiciones de ofrecer valores diferentes y positivos, en lugar del culto a la fealdad y la patología, en lugar del cinismo y el servilismo ante los sustitutos de los espectáculos mundiales. No permitiremos que nuestros hijos sean asesinados, violados, degradados, pervertidos, vendidos o encadenados a una aguja. Nuestro ideal es una celebración de salud física y espiritual, fuerza y dignidad, fe y honor.
El movimiento "Eurasia" puede convertirse en una realidad solo en caso de que muchas personas se reúnan a su alrededor. Incluso un solo hombre puede hacer mucho, pero, como dijo Lautréamont, ¡a todos les debe interesar la poesía!
En mayor medida, ¡todos deberían preocuparse por Eurasia!
Ahora todo depende de nuestros esfuerzos. Nadie promete solo victorias, aumento de las acciones de bienestar o de la industria del entretenimiento. Delante queda el trabajo laborioso diario, a menudo invisible desde el exterior.
¡Adelante, mantente en dificultades y batallas, pérdidas y trabajos, pero adelante también mantén el placer y el Gran Propósito!
1 de enero de 2001.
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LOS BORBONES SON UNOS LADRONES A pesar del confinamiento físico e informativo al que nos vemos sometidos desde hace unos días por el dichoso virus, nada es capaz de frenar el cuestionamiento popular de una institución caduca, antidemocrática y profundamente corrupta. La degeneración del anterior titular de la Corona adquiere tal magnitud que ya ni los medios monárquicos son capaces de esconderla, pues van aflorando como hidra de siete cabezas imposible de doblegar. Tras las noticias que conocimos días atrás desde medios extranjeros (de nuevo nos tenemos que enterar a través de la “onda corta”), el domingo 15 por la noche la Casa Real nos sorprende con un increíble comunicado con el que el hijo de Juan Carlos trata de limpiar su imagen y sus vínculos hereditarios. Respecto de la herencia económica, ni deja claro que su renuncia sea real, ni parece legalmente posible. Y de la herencia política, el trono, nada dice, como era de esperar. Si el escándalo de la cacería africana de Juan Carlos en plena crisis mundial, pocos días después de afirmar que el “paro juvenil le quitaba el sueño”, desembocó pocos años después en su abdicación, el nuevo escándalo de la casa real, en plena crisis y confinamiento colectivo, puede desembocar en una nueva abdicación; veremos. Quizás Felipe VI tuvo la idea de que el actual estado de alarma y confinamiento colectivo podría ser el mejor momento para que sus escándalos familiares pasasen desapercibidos; pero es posible que se haya equivocado rotundamente. Precisamente el actual estado de shock en que se encuentra la población, altera los estados de ánimo, a veces de una manera incontrolada, desde el punto de vista social y de las relaciones. Mientras el conjunto de las familias de este país se enfrentan a una crisis sanitaria, con graves riesgos para la salud, para los ingresos económicos y los puestos de trabajo, resulta que la familia real se dedica a sus trapos sucios de herencias millonarias de origen corrupto, y todo aderezado con la singular tradición braguetera de la dinastía que nos reina. Fue un gran error (quizás no le quedaba otra) publicar el domingo 15 el comunicado sobre unos asuntos que llevan coleando hace años; pero el remate fue dirigirse a sus súbditos, como si aquí no hubiera pasado nada y sin disculpas que valgan, para exponerse cual títere de feria. El pueblo español, tan bueno para algunas cosas, y otras no tanto, no perdió la oportunidad que el monarca le brindaba para colocarlo en la picota del escarnio colectivo, rememorando algunos episodios del pasado. La noche del miércoles 18 de marzo pasará a la historia por la, seguramente, mayor manifestación antimonárquica celebrada en este país. Centenares de miles de personas participaron, unas activamente, y otras como espectadoras, en una impresionante cacerolada que repicó por todos los rincones de la geografía, con más o menos contundencia y participación según los territorios. Por fin una gran manifestación anti-monárquica, desce
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Derecho a la Memoria y crisis monárquica — elespacioindependiente
Espacioindependiente nº 346, jueves 20 febrero, 2020 http://elespacioindependiente.wordpress.com/:f:info.espacio.independiente La impunidad de ayer y de hoy Derecho a la Memoria y crisis monárquica El derecho a la Memoria no se puede entender de manera unilateral, visto solo desde el punto de vista de los intereses de Estado; entendido, solo y simplemente, desde las referencias vagas e […]
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La espantada del pasado lunes del rey emérito, Juan Carlos I, ha trastocado toda la actividad política de este mes de agosto. Y traerá cola. Ha reanimado las reivindicaciones republicanas de distintos sectores de la sociedad y ha mostrado las tensiones internas en el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. La mayor crisis en décadas para la monarquía ha coincidido con "el gobierno más progresista de la historia" y con ministros abiertamente republicanos. A pesar de la decisión de que este terremoto sucediera en agosto, mal mes para la organización de una respuesta coordinada, distintos sectores y organizaciones republicanas miran a otoño para celebrar movilizaciones.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha cerrado filas apelando directamente a su militancia en una carta: "Se juzga a las personas, no a las instituciones" y "el PSOE se siente plenamente comprometido con el pacto constitucional... La monarquía parlamentaria es un elemento de ese pacto". Existen tensiones evidentes en el Consejo de Ministros, las cuales no amenazan, de momento, con hacer descarrilar la coalición gubernamental. Unidas Podemos, por su parte, se ha mostrado más contundente, incluso llaman a Felipe VI a que dé explicaciones del plan de "huida" del emérito en el Congreso. Pero, más allá del Gobierno, las iniciativas republicanas van tomando forma.
Así, la comisión de enlace del Encuentro Estatal por la República, que reúne a colectivos republicanos de todo el Estado, se reunirá a principios de septiembre para poner fecha a "una gran movilización descentralizada", previsiblemente para el mismo septiembre o en fechas próximas a este mes, según relata a cuartopoder José Manuel García, uno de sus portavoces. La movilización, que se pretende que tenga eco en todas las provincias, reclamará que se entregue a Juan Carlos I a la Justicia y tendrá un manifiesto abiertamente republicano.
Por su parte, desde la Plataforma Referéndum UAM, una de sus voceras, Lucía Nistal, asegura que "habrá respuesta en septiembre en las universidades", a pesar de que por las condiciones actuales derivadas de la pandemia no se sabe en qué situación volverán los estudiantes a las aulas. "Tenemos que salir para evitar esta operación de separación de Juan Carlos I y Felipe VI, vamos a luchar contra la institución monárquica como tal", asegura esta activista que critica al Gobierno porque "ha tenido un papel de facilitar la huida de Juan Carlos I y no era el momento de facilitarlo, es el momento de un referéndum". En este sentido, tal y como ya contaba este periódico, la consulta estatal republicana que estaba prevista para este año se tuvo que retrasar hasta el próximo mayo, el de 2021, por motivos evidentes.
Por parte de la Coordinadora 25S, que convocó una manifestación en Madrid contra la "monarquía corrupta" el pasado mes de junio, advierte también de que en otoño volverán a las calles. "Una nueva gran convocatoria de movilización por la república popular, por la dignidad, por los derechos sociales y políticos en el mes de octubre. La manifestación del 25 de julio sentó los cimientos de esa manifestación masiva que ya hemos empezado a preparar, para el mes de octubre", explican en un comunicado. "En el mes de agosto cubriremos la etapa de todas las cuestiones de diseño, técnicas y políticas de esa movilización; a finales de ese mes y durante las primeras semanas de septiembre pondremos en marcha todo el proceso organizativo de la movilización", añaden.
Algunas movilizaciones han tenido lugar en estos días posteriores a la marcha de España del emérito. El pasado martes se convocaba una cacerolada contra la "monarquía corrupta". En distintas ciudades, como Bilbo, Vitoria-Gasteiz,Donosti, Iruña, Badajoz, León o Toledo ya han habido concentraciones republicanas. Y distintas organizaciones, más allá de las que integran el Gobierno, se han manifestado a través de comunicados o comparecencias en medios de comunicación. Llama la atención la especial actividad de las juventudes de los partidos políticos, que han tomado la delantera republicana a sus mayores.
Así, las Juventudes Socialistas se desmarcaban el miércoles de Sánchez y se reivindicaban como una organización republicana. Ayer fue el turno de las juventudes de En Comú Podem, Podemos, IU, PCE, Equo y Más País. Firmaban un comunicado conjunto Confluència Jove, Rebeldía, Jóvenes de IU, UJCE, Red Equo Joven y Más País Joven. "La gran consternación que han provocado en la sociedad las útimas noticias a las que hemos tenido acceso sobre la fuga de Juan Carlos evidencian la necesidad de un debate sobre la celebración de un referéndum sobre la organización del Estado, donde se pregunte al pueblo claramente su preferencia: monarquía o república", reivindican.
"Una institución como la monarquía, que es claramente personalista, no se puede desvincular de sus representantes, ya que solo ellos la encarnan", prosigue el comunicado conjunto de las juventudes de estos partidos, que concluye reclamando una "república plurinacional y solidaria" y comprometiéndose a "movilizarse en cada pueblo y ciudad" con este fin. Una de las portavoces de Jóvenes de IU, Cristina González, charla con cuartopoder y mira hacia arriba, su organización: "IU es una organización republicana y como tal tiene que actuar en estos momentos". Además, asegura que están buscando formas de movilización de cara a septiembre en favor de una república, aunque reconocen que la inestable situación generada por la pandemia no les permite organizar a medio plazo.
Desde Anticapitalistas, por otro lado, señalan al Gobierno y le recuerdan: "Nos parece intolerable a estas alturas es que ni tras un escándalo de esta magnitud, los poderes políticos se planteen siquiera un referéndum en donde la ciudadanía pueda decidir. Décadas de propaganda no pueden ocultar la cuestión: nadie ha votado esta institución". "La primera responsabilidad la tiene el Gobierno. Existe una mayoría parlamentaria que se declara formalmente republicana. Existe la posibilidad desde el Gobierno de abrir un debate público que culmine en una votación que dé la palabra a los pueblos del Estado español", consideran los Anticapitalistas. Su portavoz, Raúl Camargo, asegura a este periódico que están trabajando en "algún tipo de iniciativa amplia de colectivos y personalidades para preparar una consulta popular monarquia-república".
"Hay formas que podrían ser muy garantistas para poder hacerla incluso con fórmulas mixtas presencial y telematicas", explica Camargo, sobre la fórmula en la que se podría celebrar esta consulta. Para lograr esta consulta popular, apelan a un amplio espectro de fuerzas políticas y organizaciones sociales: "En el terreno político creemos que incluso sectores del PSOE, como las Juventudes Socialistas, podrían participar pasando por Unidas Podemos y las izquierdas independentistas". "En el terreno social, creemos que sindicatos, movimientos ecologistas, feministas, juveniles y de defensa del derecho a la vivienda podrían participar en una iniciativa amplia", prosigue. "El objetivo debe ser conseguir una base de apoyo a esta consulta muy grande", concluye el anticapitalista.
Respuesta de los soberanistas
Las distintas fuerzas soberanistas y nacionalistas de diferentes territorios del Estado español también desarrollan acciones de carácter republicano y en favor de la transparencia sobre la opacidad que rodea a la monarquía. En el Congreso han reclamado conjuntamente ERC, EH Bildu, JxCat, CUP y BNG la comparecencia tanto de Sánchez como de la vicepresidencia, Carmen Calvo, para que aclaren las cuestiones sobre la "huida" del emérito. Además, el Parlament, a petición del president de la Generalitat de Catalunya, Joaquim Torra, debatirá hoy sobre la monarquía.
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▶️ La libertad y la salud se asemejan: su verdadero valor se conoce cuando nos faltan. Henri-François Becque ➡️ #Tipo, ⏹️ 9ZS SIN CRISIS DE GOBIERNO, LOS PEORES ESTUDIANTES, IMPOTENCIA MONÁRQUICA, PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN, EL MOMENTO, consenso es un acuerdo, @TercioHispanico
▶️ La libertad y la salud se asemejan: su verdadero valor se conoce cuando nos faltan. Henri-François Becque ➡️ #Tipo, ⏹️ 9ZS SIN CRISIS DE GOBIERNO, LOS PEORES ESTUDIANTES, IMPOTENCIA MONÁRQUICA, PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN, EL MOMENTO, consenso es un acuerdo,
— Repúblico #Vox Tercio Hispánico (@TercioHispanico) March 5, 2019
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La España de la Escuela de Salamanca, por Mises Hispano.
1. La situación política
En su trabajo La España Imperial(1), dice John H. Elliot que a finales del siglo XVI, época en la que la Escuela de Salamanca comienza a dejar de brillar, las circunstancias en las que se encontraba Castilla eran simplemente extraordinarias. La situación económica era, en pocas palabras, catastrófica. En 1596 Felipe II declaró su tercera bancarrota. Esto, unido a la sensación de fracaso generada por la serie de derrotas militares –La Armada Invencible se pierde en 1588– dio lugar que Castilla se viera sumida en una profunda crisis, que, sumada a otros factores, hizo que el reino se encerrase en sí mismo. A partir de ese momento, España empieza a sentirse insegura de sus posibilidades. Pero aun así, como sostiene Manuel Fraga Iribarne, participó sin dudarlo en la Guerra de los Treinta Años y llegó a enfrentarse contra toda Europa: Francia, Inglaterra, Suecia, Venecia, Saboya, Dinamarca, Brandemburgo, Sajonia, Weimar, etc.
Pero ¿qué caracterizaba a la España de la época? Se puede observar una España con una gran crisis financiera, pero debemos decir que no sólo existía una crisis económica, sino que también había problemas de tipo político, fuera y dentro del territorio del reino, y sobre todo existía un problema de naturaleza moral. Sabino Alonso-Fueyo es claro cuando afirma que “La España de los siglos XVI y XVII era un pueblo católico, más diría, un pueblo de teólogos, que se convierte en campeón de la unidad y la ortodoxia cuando el orden cristiano sufría un duro quebranto en el resto de Europa”(2).
España se convierte en la gran protagonista de la política europea, al liderar el movimiento de la Contrarreforma. En pocas palabras, cargó con el mantenimiento del orden tradicional.
¿Qué fue la Contrarreforma? Básicamente, un movimiento defensivo, por el cual se cierra el paso a la Reforma Protestante en determinados territorios de Europa, y se lucha por el mantenimiento de la tradición apostólica y romana. La Contrarreforma, en palabras de Tierno Galván, se manifestaba de dos maneras: la Contrarreforma religiosa, representada por el esfuerzo de la Iglesia, y la Contrarreforma política, representada por España.
Hay que decir que esta defensa del orden romano complicó mucho la existencia del Reino de España como tal. De hecho, como afirma Fraga Iribarne, el objetivo de la España de los Habsburgo era el mantenimiento del statu quo: el sosiego, la estática de la paz, la pax austríaca; o sea “la paz vinculada al orden de las cosas”(3).
Por lo tanto, vemos una España que se caracteriza por su idea de firmeza, de resistencia ante los cambios que aún no han sucedido, pero que parece llegarán sin remedio. La España en la que se desarrolla la Escuela de Salamanca es una España de reyes que no reinan, porque, aunque nace en la época de Felipe II, se desarrolla y desaparece durante los reinados de Felipe III y Felipe IV. Es también, como fruto de esa debilidad de los monarcas, la España que llega a observar una cierta desnaturalización de la institución monárquica”(4), la España de los válidos y los favoritos, de los que tanto desconfiaron personajes como Diego Saavedra Fajardo. En resumen, es una España que se mueve en un mundo cambiante, de una forma insegura, con un camino claramente definido, pero desconfiando de sí misma, en una Europa en transición. Como señala Fraga Iribarne en su edición de Empresas políticas, “Aún no ha llegado la estructura racionalista del siglo XVIII, ni el Despotismo Ilustrado, pero terminan los últimos recuerdos del medievo, en Francia ya apunta Luis XVI, en Inglaterra la Revolución inicia el parlamentarismo y los partidos”(5).
Debemos decir que intelectuales como Saavedra y muchos de los miembros de la Escuela de Salamanca formaban el nutrido grupo de intelectuales conscientes de los cambios. El diplomático murciano, según José Antonio Maravall, cree que se mueve en un mundo en constante transformación. Esto es, sin duda, una de las características del pensamiento barroco: ninguna cosa permanece en la Naturaleza. Por ello, y como afirma el profesor Maravall, “El problema político por excelencia en el siglo XVII es la ´conservación´ del Estado, como el problema moral general es el de la conservación de cada cosa, por tanto de cada individuo”(6). Parece que lo anterior es la máxima común de la literatura política barroca.
El crepúsculo de la Escuela de Salamanca comienza con la Guerra de los Treinta Años, esa guerra de grandes dimensiones, que nace en Bohemia en 1618 y se desarrolla entre los países europeos, con el único fin de luchar contra el poder de Roma, del Reino de España y de la Casa de Habsburgo, e instaurar las condiciones necesarias que hicieran que el Ancien Regime diera paso a la Europa Moderna, burguesa y protestante, representada en los Países Bajos y los principados alemanes adscritos a la Unión Evangélica(7) . Fraga vuelve a ser muy claro cuando afirma:
“Saavedra presencia el tránsito de una Europa basada en el orden cristiano, a otra que sólo pretende un equilibrio mecánico entre potencias políticas, y en la cual los Estados son Leviatanes que no reconocen superior en la Tierra”(8).
La Guerra de los Treinta Años destruye el inmenso poder del que disfrutó Roma hasta ese momento; también pone fin al dominio español en el mundo y abre el Grand Siecle de Francia. El país vecino triunfa en la nueva etapa de la historia que está a punto de iniciarse, y sus resultados se ven claramente en la Paz de Westfalia (1648) y en la Paz de los Pirineos (1659).
Como afirma Francisco Ayala, “Lo moderno en el siglo XVII era el pensamiento de la soberanía como doctrina del absolutismo político, y el pensamiento –más o menos corregido– de un gobierno monárquico moderado, que aparece en Saavedra Fajardo como en toda la literatura española de la época, era por el contrario lo anticuado y tradicionalista tratando de afirmarse contra innovaciones juzgadas peligrosas”(9).
Como se ve, parece que no sólo Saavedra, sino también el mundo intelectual español de la época estaba de acuerdo en esa defensa de la monarquía tradicional. José Antonio Maravall piensa lo mismo, cuando afirma que Saavedra muestra claramente una “sensata inspiración conservadora”(10) al defender, por ejemplo, el valor de la experiencia y de la tradición, como fuente de normatividad para el comportamiento político, el valor de la historia en la educación del príncipe, etc.
Por lo tanto, podemos finalizar este apartado diciendo que la España salmantina era un reino que no quería cambiar, en un mundo que lo estaba haciendo constantemente. Y esa fue su ruina también: probablemente el miedo al cambio que existía en España y la incomprensión de ver que el resto de los países estaban cambiando ya. Los epígonos de la Escuela, entre ellos Juan de Lugo, acabaron sus días viendo a España sumida en una situación trágica, con un rey débil, como era Felipe IV, bajo la sombra de su válido Don Luis de Haro, sobrino del Conde-Duque de Olivares, declarando una nueva bancarrota en 1647. Con una serie de provincias en lucha abierta contra la monarquía y sus impuestos, por ejemplo Aragón, Valencia, Cataluña (declarada República Independiente bajo la protección de Francia desde 1641), las provincias italianas que se sublevaron en 1647, y firmando un Tratado de Paz –la Paz de Westfalia (3 de enero de 1648)–, en el que España reconocía la independencia y soberanía de las Provincias Unidas.
2. El mundo cultural
Sin embargo, y aunque suene paradójico, los escolásticos salmantinos vivieron sin duda el período más dorado que se conoce en la historia de España, en cuanto a las artes se refiere. Disfrutó del conocido Siglo de Oro. Por lo tanto, tiene sentido la respuesta de Manuel Fraga Iribarne, en la introducción a Empresas políticas(11), cuando se pregunta: “¿Cuál fue, pues, la España de Savedra? No hay duda: La más bella y la más triste, como corresponde al nudo de la tragedia histórica”(12). Fraga continua diciendo: “La más bella es el Siglo de Oro: Quevedo, Velázquez, Gracián, Calderón. Pero también en el sentido de que estuvo a punto (o podía creerse) de lograrse la victoria que prolongase durante dos o tres siglos más la preponderancia española”(13).
Es magnífico, para tener una visión general del arte en la época de Saavedra Fajardo, el artículo de Enrique Ferrari Lafuente El arte en tiempos de Saavedra Fajardo(14). El señor Ferrari comienza reconociendo que “…nuestro autor vive una época de penuria, de agotamiento del Estado español, de profunda crisis política, de lo cual es testigo, desde el observatorio de Alemania, en el que se fragua la paz de Westfalia”(15).
Se indica que entre los siglos XVI y XVII se genera un cambio de estilo que da lugar a dos momentos significativos: uno caracterizado por el Clasicismo, el Humanismo, el Renacimiento, y el otro caracterizado por el Barroco y la Contrarreforma.
Resaltan en la pintura figuras como Ribera, Velázquez, Alonso Cano; en la literatura, desde 1545 a 1560, escritores como Cervantes y Mateo Alemán; a partir de 1560, Quevedo, Lope de Vega o Tirso de Molina; y luego, en la última etapa, a partir de 1590, Saavedra, Alarcón y otros. Sin embargo, en palabras de Enrique de la Fuente Ferrari, la generación más decisiva “es la generación que va de 1590 a 1605”(16) . Lo es porque representa la culminación del Barroco: en literatura, Calderón, Rojas, Gracián; en pintura, Velázquez, Zurbarán, Ribera y Alonso Cano, que, según Ferrari, “representan la crisis del español humanista y son los que la Reforma y la Contrarreforma van a ahuyentar”(17).
Se puede percibir con claridad esa transición del Renacimiento al Barroco. De hecho, parece claro lo que señala Ferrari:
“La idea del Renacimiento fue mostrar un ideal de perfección que encaminase las cosas por encima de la esfera de la vida y surge el Barroco. El Barroco viene a una vida imperfecta y por la desilusión se encamina otra vez a la verdad. El Barroco es un arte existencialista y así, frente a la belleza ideal de Rafael o Leonardo, bellezas que no encontramos por el mundo, el Barroco da la realidad de la vida. En España esa vocación está claramente encaminada a la verdad. Nuestro realismo no es la aceptación realista de la vida, es la entrega apasionada a la realidad, basada en el drama trágico y diario de la vida”(18) .
Se puede observar con claridad, según Ferrari Lafuente, la singularidad del arte español en disciplinas como la arquitectura o la escultura. El autor reconoce que “Tenemos un Renacimiento nuestro. En España se da la paradoja de que los artistas casi no van a Italia, mientras que los de los otros lugares de Europa sí”(19).
Por lo tanto, vemos que el drama político que sufría España no fue un problema para la creación artística y que el período en el que vivió Saavedra Fajardo fue, a pesar de las dificultades políticas, el más grande de la historia española del arte.
3. La situación económica a finales del siglo XVI
En su ya clásica obra La época del mercantilismo en Castilla(20), don José Larraz afirma que, a partir de los descubrimientos españoles y portugueses, el comercio europeo se articuló alrededor de ciudades como Sevilla, Lisboa o Amberes, restándole importancia a las ciudades que se encargaban del mismo hasta esa fecha, como las del Hansa (en Alemania), y al sur las repúblicas italianas Venecia, Génova o Florencia. Pero ¿cómo eran los reinos que al unirse constituyeron la monarquía hispánica?
En opinión de Larraz, hacia 1500 Castilla era un reino pobre y sin posibilidades de desarrollo claras. John H. Elliot(21) caracteriza a Castilla como un reino orientado más a la guerra que al comercio, que evolucionó económicamente gracias a la lana de las merinas, debido a lo cual se desarrolló mucho –la Mesta es la demostración de esto– el sector ganadero. De todos modos, el británico declara que en el reino castellano era muy difícil generar una burguesía mercantil, debido al alto número de nobles con poder.
El caso de Aragón era, sin embargo, distinto. Fue un reino próspero, gracias a la maestría catalana en llevar a cabo numerosas actividades comerciales. Según Elliot(22), Barcelona llegó a tener cónsules por todo el Mediterráneo. El sistema, como explica el investigador británico, funcionaba sobre la base de pacto entre gobernantes y gobernados. Las libertades estaban claramente definidas: la institución más importante eran las Cortes de Cataluña, Valencia y Aragón, que negociaban con la Corte todo lo referente a impuestos, préstamos de dinero, etc. Aragón era antes de la unión con Castilla un reino que poseía territorios fuera de la Península Ibérica, como los de Cerdeña y Sicilia. También a éstos exportó su modelo de gobierno. Sin embargo, en el momento de unirse, el reino de Aragón pasaba por lo que se suele calificar de “período negro”. En ese momento, Cataluña era un reino empobrecido por disputas dinásticas –había ascendido al poder una casa castellana, la de Alfonso el Magnánimo–, por la recesión económica y por la peste. Además, Cataluña sufrió una grave crisis en el campo, hubo varias quiebras de bancos, etc. Todo esto significaba que en el momento de la unión el gobierno de Aragón no estaba en una buena posición para negociar.
La unión se produjo, y a partir de ahí el reino comenzó una carrera meteórica, que le llevó a realizar un gran número de conquistas en el continente americano. Como resultado, en parte, de las mismas, comienza a entrar en el reino una gran cantidad de oro y plata, debido a los cuales el nivel general de los precios sufre una serie de fluctuaciones. Marjorie Grice Hutchinson(23) comenta que las repercusiones inmediatas de estos envíos sobre la economía castellana fueron notorios: Castilla sufrió un alza sostenida en el nivel general de los precios, los tipos de interés y de cambio fueron afectados por grandes fluctuaciones, etc.
Larraz dice que “la abundancia de metales preciosos, en un medio psicológico dominado ya por el alza a causa de la demanda americana, potenció la elevación de los precios”(24)..
Según el profesor Larraz, “el flujo de plata vertido por las Indias sobre Sevilla, que había doblado el índice general de precios en la primera mitad del siglo XVI, volvió a doblarlo en la segunda mitad, a pesar de que las cantidades importadas en éste fueron muchísimo mayores que en el período anterior, síntoma inequívoco de que existía un drenaje del “stock” monetario castellano para tomar camino de Europa”(25)..
Tanto el profesor Larraz como Grice Hutchinson, Elliot, Elorza, etc., afirman que España sufrió a lo largo de todo el siglo XVI la más alta nivel elevación de los precios de toda Europa.
Las consecuencias económicas son varias. Para empezar, el alto nivel de los precios dio motivo para que llegaran a España numerosos comerciantes y mercaderes extranjeros, principalmente a Sevilla, que es desde donde se dirigía todo el comercio hacia las Indias.
Esta llegada masiva de comerciantes atraídos por los precios y por la demanda de la Indias hizo que aumentase de forma brutal la competencia y se desincentivara la producción propia. Larraz opina que, además de estas causas, generadas por el nivel de los precios y la competencia extranjera, debió existir también un conjunto de razones de tipo cultural, dado que se debió producir un fenómeno de liquidación de negocios y de transformación en empresarios rentistas.
Marjorie Grice Hutchinson opina, en una línea similar a la de Larraz, que, “además de la afluencia del tesoro, había otras causas en el incremento de los precios. Las malas cosechas, la decadencia de la manufactura y las crecientes demandas de Indias, ayudaron sin duda a elevar los precios al crear una escasez de bienes”(26).
Lo que sí parece claro es que la España del siglo XVI se caracteriza por la existencia de una gran inflación que, cómo no, afecto mucho a la España del siglo siguiente.
La economía en el siglo XVII siguió mostrando los males que padeció a lo largo del XVI: destrozada la Hacienda Real por las guerras y los altos precios, y sin la posibilidad de subir más los impuestos, se inició una “inflación” del vellón, que provocó innumerables desequilibrios en la economía española.
Para concluir, podemos mostrar la evolución que defiende José Larraz. El profesor afirma:
“La evolución económica de Castilla entre 1500 y 1700 nos presenta, por tanto, tres etapas claramente diferenciadas:
1500-1550. Las Indias constituyen un poderoso estímulo para la producción metropolitana.
1550-1600. Los beneficios del comercio con las Indias y la capacidad de absorción de éste determinan una participación creciente de la industria extranjera en tal tráfico, a través de Castilla; la coyuntura de la prosperidad castellana, bajo la presión de la competencia exterior, hace punto y final y entra en liquidación.
1600-1700. Las potencias europeas mantienen relación directa con las Indias y abastecen la mayor parte de las necesidades de éstas por vía del contrabando; el comercio con Sevilla se reduce y el que queda está dominado por los extranjeros.
Inferioridad de potencia industrial en 1500, desviación de los precios del nivel internacional, falta de espíritu capitalista y política de intervención en Europa, constituyeron un complejo que produjo efectos de dolorosa contemplación”(27).
Frente a todos estos problemas de índole económica reaccionó la Escuela de Salamanca, formada por profesores de la Universidad de Salamanca, dedicados a la teología y a la jurisprudencia, que centraron parte de sus estudios en el análisis de la situación económica en el Reino.
Notas y citas:
ELLIOT, John, La España imperial, Barcelona, Madrid, RBA, 2006.
FRAGA IRIBARNE, Manuel, Don Diego Saavedra Fajardo y la diplomacia de su época, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1998.
ALONSO FUEYO, Sabino, Saavedra Fajardo: el hombre y su filosofía, Valencia, Ediciones Guerri, 1949. P. 17.
FRAGA IRIBARNE, Manuel, Don Diego Saavedra Fajardo y la diplomacia de su época, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1998.
Op. cit., p. 90.
FRAGA IRIBARNE, Manuel, Don Diego Saavedra Fajardo y la diplomacia de su época, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1998. P. 96.
SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Ed. Manuel Fraga Iribarne), Empresas políticas, Madrid, Anaya, 1972.
Op. Cit., p. 17.
MARAVALL, José Antonio, “Moral de acomodación y carácter conflictivo de la libertad”, Madrid, Cuadernos de estudios hispanoamericanos, mayo-junio 1971, número 257-258, páginas 225–254.
Por Unión Evangélica se entiende los países adscritos a la fe cristiana protestante.
FRAGA IRIBARNE, Manuel, Don Diego Saavedra Fajardo y la diplomacia de su Época, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1998. P. 47.
AYALA, Francisco, El Pensamiento vivo de Saavedra Fajardo, Barcelona, Península, 2001. P. 16.
MARAVALL, José Antonio, Saavedra Fajardo: “Moral de acomodación y carácter conflictivo de la libertad”, en Cuadernos hispanoamericanos, mayo-junio 1971, número 257- 258, pp. 225- 254.
SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Ed. Manuel Fraga Iribarne), Empresas políticas, Madrid, Anaya, 1972.
Ibidem.
FERRARI LAFUENTE, Enrique, “El arte en tiempos de Saavedra Fajardo”, Revista de estudios políticos de la región de Murcia, año III, número 5, 2º semestre 2004. Páginas 165- 169.
Op. cit., p. 167.
FERRARI LAFUENTE, Enrique, “El arte en tiempos de Saavedra Fajardo”, Revista de estudios políticos de la región de Murcia, año III, número 5, 2º semestre 2004. Páginas 165- 169.
FERRARI LAFUENTE, Enrique, “El arte en tiempos de Saavedra Fajardo”, Revista de estudios políticos de la región de Murcia, año III, número 5, 2º semestre 2004. Páginas 165-169.
Ibidem, p. 168.
LARRAZ, José, La época del mercantilismo en Castilla 1500- 1700, Madrid, Ediciones Atlas, 1943.
ELLIOT, John H., La España Imperial, Barcelona, RBA Coleccionables, 2006. P. 160.
GRICE HUTCHINSON, Marjorie, La escuela de Salamanca. Una interpretación de la teoría económica española 1544- 1606, Salamanca, Kadnos, 2005.
LARRAZ, José, La época del mercantilismo en Castilla 1500- 1700, Madrid, Ediciones Atlas, 1943. Pp. 46-47.
LARRAZ, José, La época del mercantilismo en Castilla 1500- 1700, Madrid, Ediciones Atlas, 1943. Pp. 64-65.
GRICE HUTCHINSON, Marjorie, La Escuela de Salamanca. Una interpretación de la teoría monetaria española 1544-1606, Salamanca, Kadnos, 2005. P. 91.
LARRAZ, José, La época del mercantilismo en Castilla 1500- 1700, Madrid, Ediciones Atlas, 1943. P. 98.
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